La caridad es un arte
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 27/03/2009 14:30:15
por Wilson Francisco - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
AUNQUE YO HABLE LA LENGUA DE LOS ÁNGELES, SI NO TENGO CARIDAD NADA SOY
Eres un alma inmortal, creada por Dios, cuyo destino es la luz.
En tu origen el polvo, la tierra. Y en este barro, simbólico, el soplo del Creador insufló la vida.
Y durante milenios, tú, este principio inteligente, peregrinas por todos los reinos, modelando formas e instrumentalizándote para poder llevar a cabo tu evento existencial.
Desde el cristal al ángel, esta es la saga del Espíritu, que en su jornada por el mineral, por el vegetal, hasta alcanzar los primordios de una rudimentaria inteligencia o un germen de sedimento, fue realizando su destino.
Contemplabas lo infinito, y la angustia de ser luz alentaba tus pasos; sufrías en las intemperies de los senderos agrestes, en los cuerpos primitivos, pero dentro de ti el ángel se debatía y cantaba el alba de un nuevo tiempo.
¡Era la voz de Dios, clavada en tus entrañas!
Era la mano de Dios, dominando tus músculos aún nativos, inhábiles.
Era el corazón de Dios, caritativo, que llenaba tu pecho de fuerza y coraje.
Y así fue como has atravesado las fronteras desconocidas de este universo para adentrarte en este mundo aureolado de estrellas, donde una humanidad que lucha por espiritualizarse lleva a cabo el adviento de una vida que contempla la paz, que trabaja y confía, que ya sabe rezar y cantar.
Y más que eso, una humanidad que ya ha aprendido a deponer las armas; a mitigar el hambre y a llorar el dolor ajeno.
Hete aquí, tú, habitante de la Tierra, escribiendo tu historia en las estrellas.
No eres todavía un astro, pero ya puedes viajar por el universo contemplando espacios y sabiduría que te confortan y enseñan.
Todo esto que conquistas, en la Tierra y en el Cielo, es fruto de tu denuedo, de tu coraje de Ser.
Sin embargo, si vuelves atrás tu mirada y buscas tus orígenes y con sinceridad repasas la travesía que has realizado, percibirás que siempre y siempre ha habido algo o alguien que te apoyó en tu peregrinación.
Madres que han adornado tu alma, con cuerpos hermosos para culturizarte.
Padres dedicados que se han consagrado al trabajo para mantenerte los vuelos en la existencia.
Amigos que han gritado y se han arrodillado contigo para adorar y para llorar pérdidas y glorias en las luchas juveniles.
Y todo un cortejo de seres inanimados o vivientes que te han ofrecido el dorso, la piel, las vísceras, el brillo y el cántico para que pudieses protegerte, caminar y sonreír.
Que lo sepas, durante toda la vida ayudaste y fuiste ayudado. Es la esencia de la vida.
Nadie, ninguna alma creada por Dios alza vuelo a los Cielos sin antes haber vagado por las eras del Universo físico y espiritual en la tarea sacrosanta de realizar la caridad.
Por eso, tenía razón el bravo evangelizador, Paulo de Tarso, cuando proclamaba en voz alta y clara:
Puedo tener la voz de los ángeles, pero si no tengo caridad en el corazón, no soy nada.
LA CARIDAD ES UN ARTE
Es el arte de atravesar tus límites para realizar el encuentro con la soledad, con la pobreza y con el dolor.
Este encuentro es una aventura que solo pueden llevar a cabo aquellos que tienen la fuerza de perdonar; de ultrapasar las fronteras del prejuicio para atrincherarse en el corazón de las almas afligidas, en la batalla contra el sufrimiento.
Y allí, abrigados en el pecho de las almas frágiles, con manos ágiles y pensamientos brillantes reinventar un camino de luz para que estas criaturas sigan sus rumbos.
Ellas caminarán, sí.
Caminarán abastecidas por el combustible de la Caridad, colocado en el depósito del amor por otras criaturas disponibles que también han de abrir sus corazones para confortarlas y dirigirlas.
Al final, recibirán el beneplácito divino que premia con el trofeo de la paz y el champaña de la alegría a todas las criaturas que aún creen que el Amor existe.