La Ciencia empieza a explicar la Acupuntura y el Reiki
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 16/09/2010 17:30:27
por Roberta Dias - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El interés de la población en tener soluciones para la cura de dolencias crónicas e incluso de las enfermedades dichas incurables, ha llevado a Universidades y Hospitales renombrados de todo el mundo a pesquisar más sobre los métodos alternativos de tratamiento, tales como el Reiki o la Acupuntura. Las pesquisas empíricas muestran resultados excelentes en el empleo de esas terapias en diversos trastornos de la salud, y la ciencia los sigue para observar los resultados en laboratorio. Véase a continuación un artículo de la Revista Galileu que relata estudios científicos sobre ese tema:
“Pesquisas recientes comprueban efectos benéficos e incluso encuentran explicaciones científicas para la acupuntura y el Reiki. Estudios sobre el tema, antes restringidos a las universidades orientales, han logrado espacio entre los investigadores norteamericanos, europeos e incluso brasileños. Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha creado una denominación especial para esos métodos: son las terapias integrativas.
Un artículo sobre el mecanismo de la acupuntura contra el dolor fue publicado por investigadores de la Universidad de Rochester en la revista Nature Neuroscience el 30 de mayo. Creada hace cuatro mil años, la práctica consiste en la aplicación de agujas en puntos del cuerpo. Según la explicación tradicional, esto activa determinadas corrientes energéticas para equilibrar la energía del organismo.
Científicamente, las agujas podrían tener efectos en el sistema nervioso central (cerebro y espina dorsal). Las células cerebrales son activadas y liberan endorfina, un neurotransmisor responsable por la sensación de relajación y bienestar. El estudio de los neoyorquinos ha descubierto una novedad: la terapia, que alcanza tejidos más profundos de la piel, podría tener efectos en el sistema nervioso periférico. Las agujas estimulan además la liberación de otro neurotransmisor, la adenosina, con poder anti-inflamatorio y analgésico.
En el experimento con ratones que sufrían dolores en las patas, los científicos aplicaban las agujas en la rodilla del animal. Constataron que el nivel de adenosina en la piel de esa zona era 24 veces mayor que lo normal y que el malestar se había reducido en dos tercios.
El equipo intentó potenciar la eficacia de la terapia poniendo en las agujas un medicamento empleado para tratar el cáncer. La droga perfeccionó el tratamiento: el nivel de adenosina y la duración de los efectos en el organismo de los animales prácticamente se triplicó. Pero este método no podría aplicarse a humanos porque el medicamento aún no está en uso clínicamente. “El próximo paso será probar la droga en personas, para perfeccionarla o para encontrar otras drogas con el mismo efecto”, dice Maiken Nedergaard, coordinadora de ese estudio.
Reiki
Sus practicantes creen en los efectos benéficos de la energía de las manos del terapeuta, colocadas sobre el cuerpo del paciente, contra las enfermedades. Para comprender las alteraciones biológicas del Reiki, el psicobiólogo Ricardo Monezi probó el tratamiento en ratones con cáncer. “El animal no tiene elaboración psicológica, fe, creencias o empatía con el que le trata. A partir de la experimentación con ellos, hemos procurado aislar el efecto placebo”, dice. Para su pesquisa en la USP, Monezi eligió el Reiki entre todas las prácticas de imposición de manos por tratarse de la única que no tiene connotación religiosa.
En el experimento, el equipo de investigadores dividió en tres grupos los 60 ratones con tumores. El grupo de control no recibió ningún tipo de tratamiento; el grupo “control-guante” recibió imposición con un par de guantes sujetos en barras de madera; y el grupo “impostación” tuvo el tratamiento tradicional siempre por las manos de la misma persona.
Después de sacrificados, los animales fueron evaluados en cuanto a su respuesta inmunológica, o sea, la capacidad del organismo para destruir tumores. Los resultados pusieron de manifiesto que, en los animales del grupo “impostación” los glóbulos blancos y las células inmunológicas habían duplicado su capacidad de reconocer y destruir las células cancerígenas.
“No sabemos aún distinguir si la energía que trabaja en el Reiki es magnética, eléctrica o electromagnética. Los artículos la describen como ‘energía sutil, de naturaleza no aclarada por la física actual”, dice Monezi. Según él, esa energía produce ondas físicas, que liberan algunas hormonas capaces de activar las células de defensa del cuerpo. La conclusión del estudio fue que, como no había diferencias significativas en los grupos que no recibieron el Reiki, las alteraciones fisiológicas del grupo que pasó por el tratamiento no son resultantes del efecto placebo.
El equipo de Monezi empezó ahora a analizar los efectos del Reiki en seres humanos. El estudio aún no está completo, pero el psicobiólogo adelanta que el primer grupo de 16 personas presenta resultados positivos. “Los resultados sugieren una mejora, por ejemplo, en la calidad de vida y una disminución de los síntomas de ansiedad y depresión”. El trabajo forma parte de su tesis de doctorado por la Universidad Federal del Estado de São Paulo (Unifesp).
Y esos no son los únicos trabajos desarrollados en Brasil con las terapias complementarias. La psicobióloga Elisa Harumi evalúa el efecto del Reiki en pacientes que pasaron por quimioterapia y la doctora en acupuntura Flávia Freire ha constatado una mejoría de hasta un 60% en pacientes con apnea del sueño tratados con las agujas, ambas por la Unifesp. La cantidad de pesquisas recientes sobre la cuestión pone de manifiesto que la ciencia está cada vez más interesada en el mecanismo y efectos de las terapias alternativas”.
- extraído del Website link
