La Ciencia y el Espiritismo
por Wilson Francisco em STUM WORLDAtualizado em 02/05/2006 14:49:37
Traducción de Teresa - [email protected]
En el Libro de los Espíritus, capítulo VII de la Introducción, Allan Kardec informa que “las ciencias reposan sobre las propiedades de la materia que se pueden experimentar y manipular a voluntad; los fenómenos espiritas reposan sobre la acción de inteligencias que tienen su propia voluntad y nos demuestran a cada instante que no se encuentran a disposición de nuestros caprichos”. Por este motivo la espiritualidad determinó y elaboró la ciencia espirita, con objeto y metodología propios, además de definir que el resultado de la ciencia en el Espiritismo será siempre la consecuencia moral, o sea, la motivación para que el hombre – creyendo – pueda tornarse más espiritualizado, más ético y con una actuación social mucho más eficaz.
Aun teniendo objeto, metodología y metas específicos, la Ciencia espirita no camina en paralelo con la Ciencia convencional; ellas se inmiscuyen, se tocan a veces, una en apoyo de la otra, a pesar del escepticismo de los científicos. Observemos, por ejemplo, lo siguiente: la danza de las ranas, la caída de la manzana y otros hechos pintorescos han propiciado la aparición de algunos principios de la Ciencia, mientras que la danza de las mesas y los golpes en la pared han permitido la codificación espirita.
La mayor fuerza de la ciencia espirita, como está explícito en el capítulo VI de la conclusión, es que la fenomenología espirita, y consiguientemente, los principios de la ciencia espirita, están en la Naturaleza, no han sido creados o inventados por Allan Kardec, ni por los Espíritus. Desde prístinas eras el hombre está a vueltas con la existencia de los Espíritus y con los hechos espirituales. En la Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento) encontramos una serie de situaciones que demuestran la existencia y acción de los Espíritus en la vida humana.
Habiendo surgido en la Era Moderna, tras el largo período de ceguera de la Edad Media, cuando los mediums eran quemados como brujos, el Espiritismo ha aportado gran colaboración a este nuevo tiempo, esclareciendo para la sociedad actual este fenómeno, considerado como sobrenatural. Y demostró a la ciencia, a través de grandes mediums, como Mirabelli, Arigó y Chico Xavier, la verdad de la interferencia del mundo espiritual. Y un poco antes, esclareció a los científicos, con pesquisas y experimentaciones serias a través de Aksakof, Camille Flammarion, Leon Denis, Gabriel Delanne y tantos otros.
En la actualidad, la contienda se ha vuelto menos compulsiva, pues la ciencia camina a pasos largos para descubrir la existencia del Espíritu, tras demostrar, ella misma, que la Materia no existe (desbaratado el mito del átomo) y que todo es ENERGÍA, como atestigua Elaine de Beauport, científica, en sus pesquisas. Ella dice “que el cerebro humano es un sistema de energía”.
INVESTIGACIONES PSÍQUICAS EN EUROPA
La Facultad de Psicología de la Universidad de Ámsterdam - Holanda, ha abierto el Departamento de Estudios de Cognición Anómala. Objetivo: estudiar y analizar la clarividencia, la precognición y los efectos PK (acción de la mente sobre la materia). El coordinador de ese sector es el Profesor Dick Bierman.
EXPERIENCIAS AMERICANAS
En 1968 el periódico de la Sociedad para Pesquisa Psíquica publicó un reportaje hecho por Celia Green en la Universidad de Southampton. Ella preguntó a centenares de estudiantes si habían tenido alguna experiencia en que estuviesen sintiéndose “fuera del cuerpo”. Uno de cada 5 estudiantes (20%) respondió positivamente. Un año más tarde, la misma pregunta se hizo a 380 estudiantes de la Universidad de Oxford. De ellos, un 33% respondió que sí. La mayoría de los estudiantes, sin embargo, conseguía recordar solamente una de las experiencias. La minoría (20%) recordaba hasta 6 o más. Algunos respondieron que podían inducir el estado de “salir del cuerpo” voluntariamente o, al menos, tener algún control sobre el proceso, siendo que la hora más común para ese tipo de “salida” siempre había sido, o al dormirse o al despertar. Tras la publicación de ese reportaje muchos casos han salido a luz pública. El más famoso de ellos es el de Robert Monroe, publicado en 1971, en Nueva York, en forma de libro (Journeys out of the body).
UN CASO CIENTÍFICO
Hasta donde tenemos informaciones, queremos creer que la primera vez que el asunto “viajes fuera del cuerpo” ha sido tratado o abordado en el medio científico lo fue en 1927. En ese año sir Auckland Ges describió a la Real Sociedad de Medicina de Londres un episodio acaecido a él mismo. Resumen del episodio: cierta noche Geddes sufrió un ataque, teniendo como causa probable una intoxicación alimentaria. El mal fue tan agudo y repentino, que ni siquiera tuvo tiempo de telefonear pidiendo socorro médico.
Postrado en su lecho no perdió la lucidez, pero, poco a poco, notó que en él coexistían dos formas de conciencia. Una la denominó A y la identificó como siendo la mente. La otra, a la que llamó B, pertenecía al cuerpo. Como empeorase su condición física, la conciencia B comenzó a desintegrarse, “pareciendo estar fuera del cuerpo”.
“Gradualmente, describe Geddes, noté que podía ver no sólo mi cuerpo y la cama donde estaba, sino la casa entera, el jardín y todas las cosas en Londres y en Escocia. Vi, después, que alguien entraba en mi casa, corría al teléfono cuando me vio acostado, y llamaba a un médico. Cuando éste llegó, aplicando una inyección, sentí que volvía al cuerpo a medida que el ritmo de las palpitaciones del corazón aumentaba.”
Todos estos fenómenos ya han sido exhaustivamente estudiados y comprobados como verdaderos por la Doctrina espirita, tanto por investigadores antiguos como por experimentadores actuales. Aunque el Espiritismo no sea una ciencia dentro de los esquemas convencionales, se puede decir que los fenómenos y los estudios realizados en algunas sociedades espiritas de pesquisas tienen carácter científico. El objeto del Espiritismo es el Espíritu, no el cuerpo. Y el objetivo del Espiritismo es dar al ser humano un modelo de dignidad más elevado en la convivencia social, en el cumplimiento de las leyes y en el establecimiento de un nivel de igualdad de derechos y deberes que respete la diversidad social, dando a cada uno los derechos mínimos de una supervivencia digna.
Dicho esto, entendemos al Espiritismo como una ciencia social de alto valor, por cuanto trasciende la humanidad física para rescatar de los umbrales extra-físicos a esta otra humanidad, la del mundo de los Espíritus, que infiltra la existencia corpórea, dándole la oportunidad de tomar conciencia acerca de la vida tras la muerte y de los disturbios que la influencia ejercida en la vida terrestre puede causar en el comportamiento de las criaturas, cuando esta influencia es inconsecuente o maléfica.Y para finalizar, dejamos aquí la palabra de Ralph Waldo Emerson para reflexión: “Nada está muerto; los hombres se fingen muertos y soportan falsos funerales, llorosos obituarios, pero allá están ellos, asistiendo a todo por la ventana, vivos y con buena salud, bajo nueva y extraña forma”.
