La Comparación
por Simone Arrojo em STUM WORLDAtualizado em 16/10/2008 17:11:33
Traducción de Teresa - [email protected]
Desde pequeños nos han comparado y faltado al respeto con relación a nuestra propia individualidad y forma de ser y de proceder. Aprendemos por imitación e, inconscientemente, nuestros padres nos han motivado a ser educados como el primito, buen alumno como fulanito y así hemos aprendido a basarnos en ejemplos externos y no vivenciamos nuestro discernimiento.
Pero la verdad es que hemos crecido y ya no podemos sufrir por no ser nosotros mismos. Muchas personas se sienten débiles y faltas de capacidad para resolver determinadas cuestiones de la vida por buscar siempre referentes externos. Si tu referente de responsabilidad sobre lo que has de hacer o no, está basado en tu madre, por ejemplo, cuando tu madre ya no exista se caerá la casa, pues tú te sentirás incapaz de tomar decisiones. Algunas personas se vuelven dependientes de otras, como el marido, la mujer, los amigos, y mantienen, muchas veces, relaciones enfermizas, por no conseguir experimentarse, ser ellas mismas y conocer sus propias capacidades. Necesitan de los demás para todo. Sólo que el universo es muy sabio y de repente, quita la muleta a esa persona para que ella se depare con sus potenciales y crezca.
En cualquier sociedad planetaria se estimula la igualdad de forma errónea. Colocan en igualdad de derechos a personas que no son iguales en deberes. Habría que reconsiderar el concepto de ‘igual’. No es preciso que seamos iguales al otro para ser aceptados. Si fuese así, ya naceríamos iguales y con huellas dactilares iguales también. No sucediendo tal cosa, ya existe un conflicto de apariencia. La apariencia ya denota el concepto de las creencias de cada uno de nosotros. La forma en cómo nos vestimos, nos atrevemos y amamos, produce un “mix” de padres, con profesores, con el barrio donde hemos nacido y el no pararnos a reevaluar la importancia “para nosotros” de cada elección y manera de vivir. ¿Cuántos hay que cuando van a hacer el amor se sienten bloqueados pues se llevan a sus padre a la cama, o sea, llevan las creencias, culpas y maneras de proceder de los padres?
Muchos se enamoran de la apariencia, muchos juzgan erróneamente por la apariencia. Desgraciadamente la creencia del diferente denota que está equivocado. Por esto tantos conflictos de religiones, razas, estilos de vivir, edad, etc…. Vivimos esto en nuestras relaciones afectivas. Algunos buscan personas con “afinidades” y otros buscan “opuestos”. La mayoría no sabe cómo convivir con la idea de igualdad o diferencia como sinónimo de respeto y principalmente, de aprendizaje.
Las personas abiertas a nuevos conceptos y nuevas ideas son personas abiertas a la evolución sin dolor. Son personas abiertas al propio cuestionamiento de sus verdades que son no permanentes, al fin y al cabo ¿qué es madurar sino reevaluar y aprender?
Como he dicho anteriormente, nos han enseñado que ser diferente es complicado, pero esto no es motivo para que no se pueda reevaluar esa postura. ¿Cuántas personas han tenido y todavía tienen dificultades para manejar el computador? ¿Prejuicio contra lo nuevo o pereza de acompañar la evolución? Es más fácil seguir del mismo modo mecánico sin tener que pensar, reflexionar y reevaluar. No estoy en absoluto diciendo que el computador sea acertado o equivocado, sino que es preciso darnos la oportunidad de conocer.
La comparación y lo diferente existen para que reconsideremos lo que somos y lo que queremos para nuestra propia vida, y por eso vivimos en un mundo tan heterogéneo. ¿Cuántos homosexuales aún son discriminados por ser diferentes? ¿Por qué muchos no creen en extraterrestres? ¡No aceptamos lo diferente!!! Si no es igual y no lo conocemos, no existe.
Si, por una parte, nos ajustamos a nuestro patrón social, familiar y cultural, por otra, perdemos nuestra creatividad y nuestra evolución personal. Cuántas personas siguen la profesión que los padres han elegido y son infelices. ¿Cuántos de nosotros no adoptamos actitudes pensando en los demás sin escuchar nuestro corazón? Por cierto, ese es el mal del ser humano actualmente. Las personas que han perdido la conexión con su propia esencia entran en depresión, tienen síndrome de pánico y pierden el suelo con sensaciones de muerte. Verdaderamente ya están realmente muertas para la vida pues han sido abandonadas por sí mismas siguiendo caminos que no son verdaderos.
Gracias a Dios también existen muchas personas lúcidas y no durmientes en esta vida. Muchas de esas personas han muerto por ser diferentes pero mantuvieron la dignidad de asumir que son únicos. Es gracias a esos seres que han reconocido su unicidad, que tenemos hoy aviones, computadores, medicina avanzada y equipamientos de tanta utilidad para nuestra calidad de vida. Sin embargo, lo más importante de todo no es solamente el desarrollo tecnológico, sino la felicidad del ser humano que se acepta como único y a partir de ahí se desarrolla con mayor placer, con más rapidez y sin sufrimiento.
Quien se compara, sale de su propio camino y pierde su propia gracia. Quien se compara y quiere copiar al otro todo el tiempo es infeliz porque siempre le parecerá que el otro es mejor en esto o en aquello. Quien es lo que es y sigue su propio camino tiene su belleza brillante e irradia felicidad y dignidad. ¿Cuántas veces contemplamos una persona y, aparentemente la encontramos fea y cuando la conocemos acabamos enamorándonos de ella?
En fin, vale la pena regresar a nuestro eje y atrevernos a preguntarnos siempre: Allá en lo más profundo, en lo más profundo del corazón ¿qué es lo que realmente deseamos para nuestra vida? Atrévete a escuchar la respuesta y principalmente atrévete a ir en busca de la realización de esa respuesta. Nuestra mente, nada más es que el administrador y organizador de formas de alcanzar nuestros sueños que vienen de nuestra alma. Recuerda siempre también buscar lo que tú realmente deseas, aunque de momento parezca imposible su realización. Quien ha logrado sus objetivos no los tenía listos cuando imaginó y, según Walt Disney: si lo has soñado, lo puedes realizar.