¡LA DINÁMICA DE LA MENTE!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 29/11/2012 14:26:05
por Carmem FARAGE - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Carta Zen
Estimados amigos,
Siempre me deparo con la incredulidad de las gentes cuando se trata de creer en aquello que ellas mismas piensan y sienten. No es raro, desgraciadamente, oír frases del tipo de: “¿pero eso no es de mi imaginación?”; ¡como si la imaginación fuese un monstruo devorador alejado de nosotros, y al mismo tiempo al acecho, listo para ponernos la zancadilla!
Ante eso, siempre trato de explicar cómo funciona el flujo mental y consiguientemente, qué es de hecho la imaginación.
Nosotros, los seres humanos, no conocemos las cosas en sí. Conocemos únicamente las imágenes del mundo externo, producidas por nuestra mente.
¡Por tanto, la mente es el vehículo del YO! Es como un espejo que refleja las imágenes de los objetos: LA IMAGEN, no los objetos en sí.
Si no conocemos las cosas en sí, solo conocemos el EFECTO que esas cosas producen en nuestra conciencia.
¡Tenemos, por tanto, en nuestra mente, solo la imagen de los objetos!
Aunque se parezca a un espejo, la mente va más allá. No es mero reflejo, sino la reproducción del objeto. La imaginación, por tanto, es la materia mental que asume la forma del objeto y nosotros reproducimos ese objeto y lo guardamos en nuestro inconsciente.
Cuando, algún día, el conocimiento saque a la superficie lo que hemos ido almacenando, y a esto vamos a llamar: TOMA DE CONCIENCIA, nos identificaremos y desarrollaremos el poder de reproducir la imagen almacenada en materia real.
Explicándolo mejor, la imaginación es el primer paso de una cadena cuyo final es la creación.
Nuestro proceso evolutivo, por tanto, depende de nuestra capacidad creativa, de nuestro poder de imaginar en primer lugar para a continuación identificarnos con la imaginación y partir para el acto de la creación.
El Dr. Jorge Adoum lo ha resumido así: “El pensamiento esboza una idea y forma una imagen mental; la imagen mental impele al hombre a actuar; el acto es el origen del hábito; la repetición del acto forma el carácter y el carácter es el padre de la voluntad”.
Todavía estoy por comprender por qué las gentes tienen tanto miedo a valorar su imaginación. ¿Será por temor a los cambios? ¡Porque lógicamente, si doy “alas” a mi imaginación, voy a provocar cambios en mí y en el mundo de mi entorno! ¡Y veo cuánto se acomodan las personas en el más-o-menos del día a día ya listo, hecho por el colectivo mediocre!
Alguien dijo una vez que un cambio es como una piedra arrojada a un lago tranquilo, ¡que con círculos concéntricos llega a sacudir todo el lago!
Tomar conciencia de aquello que hemos almacenado a lo largo de la existencia es fundamental para nuestro crecimiento y por consecuencia, ¡cambiamos todos!
¡Buena semana, chicos, pensad en esto!