La energía de las pasiones
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 26/07/2009 12:16:12
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
“Un hombre inteligente nota que ciertos momentos se repiten. Frecuentemente se ve ante los mismos problemas, y se enfrenta a situaciones a que ya se había enfrentado anteriormente. Entonces, se deprime. Empieza a considerar que es incapaz de progresar en la vida, ya que lo mismo que ha vivido en el pasado vuelve a sucederle otras veces. “Ya he pasado por esto”, dice quejándose a su corazón. “Es cierto que ya lo has pasado”, contesta su corazón. “Pero nunca lo has sobrepasado”. El hombre, entonces, pasa ser consciente de que las experiencias repetidas tienen una finalidad: enseñarle lo que aún no ha aprendido. Y empieza a darle una solución diferente a cada lucha repetida – hasta que encuentra la victoria.” (El Camino de la Victoria).
Sin entrar en el mérito moral de la cuestión de las relaciones pasionales, una de las características de quien emplea de forma consciente y equilibrada su facultad mediúmnica, es acceder, eventualmente, a informaciones de vidas pasadas.
La energía de la pasión, por el hecho de envolver a dos seres que se atraen, deja registros de esa intensa relación en sus memorias extra-cerebrales. Como la experiencia de sentir pasión por otra persona es genuinamente humana, esos registros se encuentran a disposición para ser revelados a la luz de la consciencia, principalmente, cuando mantenemos sano el mecanismo de acceso a esas informaciones que son independientes de la memoria cerebral de la vida presente.
Esa condición de estar “acoplados” a las sensaciones del aquí y ahora y, al mismo tiempo, conectados a una frecuencia superior a la percepción de los cinco sentidos, nos propicia experimentar situaciones que sintonizamos por la energía de las emociones, en vidas pasadas.
Entre algunas experiencias que me sucedieron en la juventud, una de ellas me llamó especialmente la atención: un contacto ocasional con una mujer aún joven. Sin embargo, la visualización de su rostro, y principalmente, de su cabello largo y ensortijado, de color castaño oscuro, me transmitió instantáneamente una fuerte impresión de haberla conocido antes en algún lugar. Hecho que inmediatamente revolvió mis emociones…
Pasado aquel momento, nunca más la he visto. Sin embargo, la simple visualización de su imagen ha servido para rescatar de los recónditos de la memoria extra-cerebral, “flashes” de una relación muy antigua en que la energía de las emociones ha quedado prendida a la imagen de aquella mujer del remoto pasado que se había revelado a través de rasgos físicos semejantes a la joven del contacto fortuito en el presente.
¿Reencuentro? ¿Almas gemelas? A decir verdad, no sentí – y tampoco percibí – que fuese el caso.
Simplemente llegué a la conclusión de que, a través del mecanismo inconsciente de la memoria extra-cerebral – por los cabellos y rasgos fisonómicos semejantes –, la imagen de la mujer del encuentro ocasional, se asoció a la imagen de la relación pasada, reactivando en mí cierta intensidad de emoción, y revelando, de esa forma, la antigua relación pasional.
Es probable que, por lo menos en parte, en esas experiencias de contenido emocional-pasional esté la explicación de nuestras elecciones inconscientes de compañero sentimental, tipo “amor a primera vista” o de perfiles que reúnan ciertas características físicas, fisonómicas y de carácter.
No obstante, lo saludable de la cuestión es que sepamos discernir entre pasado y presente, o sea, que la vida es una oportunidad de renovación en relación a las energías psíquico-espirituales que emanan del remoto pasado, y que si no nos mantenemos en alerta y conectados con nuestro yo superior, tendemos a continuar siendo rehenes de antiguas emociones que acaban por interferir en las relaciones afectivas de la vida adulta.
El auto-conocimiento de nivel avanzado, a partir del momento en que empezamos a aceptar nuestro canal mediúmnico como una forma natural de acceder a otros niveles de conocimiento y de informaciones, se convierte, a partir del Tercer Milenio, en una necesidad para aquellos que desean acompañar la expansión de consciencia programada para la humanidad.
La fijación o dependencia afectivo-emocional de relaciones antiguas que permanecen vinculadas por la energía de la pasión, y de sentimientos no resueltos generados por considerables traumas psíquicos entre los implicados, nada añade en términos de desprendimiento y evolución del espíritu, sino todo lo contrario, porque lo mantiene cautivo de una situación de dependencia cuyo origen él mismo desconoce.
La cura de los males del alma y del cuerpo pasa por concienciarse de que los sentimientos no resueltos, así como las emociones, se convierten en energías acumulativas que por su acción invasiva en el inconsciente, provocan reacciones negativas que tarde o temprano se manifestarán en forma de patologías.
En tal sentido, un mejor nivel de auto-conocimiento, o sea, el conocimiento del contenido emocional que, hasta entonces, ejercía presión sobre el inconsciente del individuo limitando el fluir de su crecimiento personal, se hace imprescindible para cuantos desean liberarse de las “ataduras” de su pasado reciente y remoto.
El despertar para el fluir natural y saludable de la vida pasa por el proceso de renovación de energías a partir de la vida presente, pues en caso contrario, la tendencia es reproducir, vida tras vida, un patrón de comportamiento íntimamente ligado a las energías de nuestras emociones acumuladas con el transcurso de los siglos…
La salud integral, libre de enfermedades de fondo emocional, es la meta a alcanzar por aquellos que buscan la generación de la energía del amor a partir de sí mismos, pero en comunión con el otro. Cuando ha alcanzado ese nivel de renovación y liberación del pasado, el individuo está apto para comprender que la pasión es una energía densa, inestable, intensa y fugaz, y que el amor es una energía ligera, estable, envolvente y eterna.
Psicoanalista Clínico e Interdimensional.
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Dirigente mediúmnico espírita