La Eternidad
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 28/11/2010 08:38:31
por Maria Cristina Tanajura - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
¡Somos seres eternos! Aceptando esto como una verdad, al mismo tiempo en que ensanchamos nuestra esperanza de un día realizar todos nuestros sueños, pasamos a sentir una responsabilidad mucho mayor con relación a cada acto practicado, a cada sentimiento y pensamiento que emitimos. Debido a que el fin no existirá jamás… Tenemos una interminable andadura, de siembras y cosechas…
Ya sabemos que, aunque sea posible dormir encima de nuestros problemas, cuando despertemos habrán de ser encarados y resueltos. Aparte de eso, incluso después de desencarnados, continuaremos con las mismas dudas y anhelos, pues las dificultades que tenemos ahora esperan solución y no desaparecerán solo porque deseemos olvidarlas por un tiempo.
El amor sembrado y las relaciones de afecto construidas seguirán existiendo en nosotros y en los demás. Los resquemores, los resentimientos, también. El momento que vivimos ahora es el instante mágico en que podemos reformular lo que no está bien. Si no lo hacemos, todo seguirá de la misma manera equivocada ¡y quizá, con el paso de los años, incluso se ponga peor!
Ya que la “muerte” no existe como aniquilamiento del Ser, y como creemos que nuestra vida es eterna y que tendremos siempre oportunidades nuevas de transformar y mejorar lo que ya hemos hecho, es preciso que sin pérdida de tiempo nos comprometamos con la necesidad de cambios en nuestra alma. O estaremos perdiendo oportunidades preciosas que quizá tarden mucho en producirse nuevamente.
Pero ¿y nuestros sueños? Éstos un día serán una realidad en nuestra vida, si los tenemos como meta y derrotero para el camino. Con los ojos en lo infinito, que siempre estará ante nosotros, tendremos fuerza y energía para caminar, venciendo los obstáculos y dificultades, tristezas y dolores, en la certidumbre de que un día, en algún lugar, aquí en el plano material o en la patria espiritual, estaremos realizados y felices por haber alcanzado lo que siempre hemos buscado.
Importa no desanimar y no acomodarse. Aunque no todas las personas creen en esto y viven sacando provecho de momentos fugaces, sin pensar en la respuesta infalible de la vida a todos ellos, aparentando ante nosotros que están felices ahora, no podemos cambiar nuestro derrotero, ni dar pasos en retroceso. ¡Vamos adelante! Haciendo el Bien, escuchando lo que nos dice la conciencia – voz divina en nosotros – y ciertamente seremos felices ya en el camino…
Vivimos en un mundo en el cual no son muchos los ejemplos positivos de personas íntegras, leales, sinceras, amorosas. Pero no por eso debemos transgredir. Es preciso que seamos honrados con el propio Ser. Incluso aunque eso nos cueste aislamiento, decepciones, críticas; pues verdaderamente es algo que nos debemos a nosotros mismos. Una entereza, un reconocimiento del Ser divino que nos habita, que es Luz y Amor, y que nos orienta de forma acertada hacia una felicidad que no durará tan solo algunos segundos, sino que existirá eternamente. Tener la conciencia en paz es no afectarse tanto con las decepciones y sufrimientos de esta vida tan llena de desengaños y tristezas. Es la única salida para alcanzar la felicidad que en el fondo todos anhelamos, aun buscándola en la ilusión.
¡La vida es eterna! Hoy es el momento de buscar la felicidad, a través de actitudes correctas, de esperanza, y siempre habrá un nuevo día, en el cual podremos cambiar el rumbo, recomenzar. ¡Esta eternidad en que vivimos es, al mismo tiempo, responsabilidad y luz al final de un túnel!
Pensemos sobre esto.