La Fuerza mágica que acelera el crecimiento espiritual
por Wilson Francisco em STUM WORLDAtualizado em 23/06/2006 15:02:26
Traducción de Teresa - [email protected]
Podemos denominar – en lugar de mágica – fuerza motriz a esta energía que hace que la criatura ultrapase los límites de la densidad física para vivir o sentir, durante algunos momentos o durante toda la existencia, la magia de la levedad de ser. Fuerza motriz, este es el término exacto para designar a la energía Kundalini, representada por una serpiente adormecida, que se localiza en la columna, en la médula. Según Carl Jung, que ha estudiado e investigado el misticismo, el ser humano necesitaría miles de años para despertar a esta serpiente sagrada, ganando con eso poderes y percepciones ultra-dimensionales.
Stanislaw Grof, psiquiatra, piensa de modo diferente, diciendo que “acontecimientos futuros demostrarán que esta conjetura estaba equivocada, ya se atribuya este hecho a la evolución acelerada, a la popularidad y rápida diseminación de varias formas de práctica espiritual, a la presión de las peligrosas crisis del medio ambiente, o al efecto propiciador de las drogas psicodélicas. Está bastante claro que indicios inconfundibles del despertar de Kundalini pueden observarse hoy día en miles de occidentales”.
Pero ¿en qué consiste sentir la magia de la levedad del ser? El personaje principal de “La Profecía Celestina”, de James Redfield, explica: “Yo estaba aterrorizado, Marjorie presa, la sangre de otro hombre derramada en mis ropas… Decidí subir a la montaña y al llegar a la cima respiré aliviado, el adversario se había ido”.
En aquel momento, se sintió en otro estado de conciencia. “Sentí una conexión eufórica con todo y una seguridad y confianza plenas. Ya no estaba cansado. Me he sentido leve, seguro y ligado… como si todo el paisaje formase parte de mí. Creo que he sentido amor hacia todo”.
Otras personas en situación diferenciada, han tenido sensaciones más o menos semejantes, como si aquel momento fuese la “cima de la montaña”.
TIBETANOS Y ATLETAS – experiencias místicas
Los monjes tibetanos realizan un entrenamiento de meditación especial denominado lung-gom-pa, que les capacita para desarrollar carreras a alta velocidad durante varios días y noches consecutivas, en carreteras y caminos montañosos. Relatan estos iniciados que, mientras corren, se sienten leves y fluctuando. Algunos deportistas tienen sensaciones semejantes. Maurice Herzog, respecto de una escalada bien sucedida al Annapurna, dice: Me he sentido como si estuviese inmerso en algo nuevo y muy poco común. Había algo no natural en la manera como yo veía a Lachenal (Pierre Lachenal, su compañero de aventura) y a todo cuanto nos rodeaba… toda sensación de esfuerzo había desaparecido, como si no hubiese gravedad. Los paisajes que yo veía no eran las montañas que conocía, eran las montañas de mis sueños.
Nuestros estudios y pesquisas han demostrado que el despertar de esa fuerza motriz y la conquista de ese estado transdimensional o conciencia divina plena, puede ser realizado a través de procesos como la respiración.
LAS CÉLULAS-MADRE
Con el advenimiento de las células-madre la enfermedad podrá ser eliminada; con la expansión de la conciencia dejará de haber enjuiciamiento y con eso las leyes perderán su utilidad, pues el propio ser determinará su nivel de responsabilidad y asumirá para ante la sociedad la carga de su inconsecuencia. El hombre será su ley y su pensamiento, su cura.
En ese nuevo tiempo el corazón del hombre será su guía.
LA REVOLUCIÓN TOTAL EN LA EXISTENCIA PLANETARIA
Esa nueva visión de la vida habrá de revolucionar el pensamiento humano y, como consecuencia, también las leyes, la metodología científica, la política. Nada será ya lo mismo después de esa conciencia colectiva, que por ahora acontece tan sólo entre iniciados, místicos o criaturas que hayan experimentado, aunque fuese durante unos segundos, la percepción exacta de la vida en el Universo.
No quedará piedra sobre piedra. Y habrá de sobrevenir en la sociedad, en las empresas, en las familias, en los clubes, una verdadera hecatombe. Ese fuego divino, del cual todos somos portadores, una vez despertado, se transformará en el fuego de la mutación de la conciencia, convirtiendo en realidad el vaticinio de los antiguos, que anunciaban el fin de los tiempos por obra del fuego.