La gratitud es el Fermento
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 21/02/2013 12:40:02
por Nathalie Favaron - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Por fin ha pasado el año de 2012. ¡Uf!
Pese a todas las previsiones de acabarse el mundo y sus complicaciones resultantes de esta pequeña incomodidad, hemos llegado indemnes al Reveillón y 2013 comenzó tras el Carnaval. Me siento, por tanto, más segura ahora para hacer un análisis de lo que hemos vivido.
Este año que pasó ha sido una oportunidad increíble para que revisásemos, espontáneamente o no, nuestras creencias, relaciones, compañías y carreras. Lo que estaba pendiente de resolver o de sacar a la superficie se ha precipitado y ha aflorado durante los meses que pasaron.
Matrimonios que parecían indisolubles se han puesto en cuestión, la vocación intrínseca entabló una batalla con la carrera elegida, estructuras aparentemente rígidas fueron desmontadas para recibir más tarde una nueva forma más leve y fluida. Hemos reencontrado amigos íntimos y nos hemos despedido de otros. Personas antes desconocidas se han vuelto importantes en el día a día.
Podemos tomarnos un tiempo para hacer la lista de una serie de eventos que hicieron de este año de 2012 mucho más que un reto, haciendo honor a su fama.
Pero prefiero y recomiendo otra forma de terminar esta nueva etapa.
¡Agradeciendo! Digo y repito a todos mis clientes de terapia y orientación, que la gratitud es el fermento. Todos sabemos que es el fermento lo que hace crecer un bizcocho o una tarta cuando cocinamos. Y resultan lindos, esponjosos, redondos, sobresaliendo de la horma.
¡Cuánto más fermento, más crece!
Entonces, aprovechemos la sabiduría tácita sobre esta magia del crecimiento y agradezcamos todo aquello que queremos hacer crecer más, a partir de ahora.
Agradecer por otro lindo día de vida. Por la lluvia que moja el jardín y por el sol que seca las ropas blancas en el tendedero. Agradecer por todos los medios de transporte que nos llevan a donde queremos ir diariamente. Agradecer por el techo que cobija a nuestra familia. Y por todo lo que hay bajo él.
Hace pocos siglos ni los reyes y reinas tenían cuartos de baño en sus castillos. Qué maravilla que hoy tengamos la posibilidad de abrir el grifo y darnos una ducha diariamente.
Agradecer por todos los objetos que hacen más práctica la vida de cada día. El fogón que cocina los alimentos, la nevera que los mantiene frescos, la cama que nos da un descanso merecido cada noche. Agradecer por todas las personas que se han cruzado en nuestro camino proporcionándonos enseñanzas necesarias para nuestra evolución. A las mascotas que todos los días nos recuerdan que es posible amar incondicionalmente. Agradecer por el trabajo que posibilita el dinero para las necesidades cotidianas.
¡Muy agradecida, 2012!
¡Que empecemos el año de 2013 con una dulce sonrisa en los labios, con el corazón esponjado y lleno de gratitud!