La ley de dar y recibir
por Graziella Marraccini em STUM WORLDAtualizado em 18/05/2010 16:04:52
Traducción de Teresa - [email protected]
El universo opera a través de trueques dinámicos. Recibimos aquello que damos. Esta es la verdad sobre la Ley de la Atracción, tan comentada y tan mal comprendida. He recibido varios e-mails de internautas comentando los artículos anteriormente publicados, en donde yo hacía una reflexión sobre el poder de los pensamientos, de las palabras y de la potencialidad individual. Cuando meditamos de forma filosófica sobre nuestra capacidad de interactuar con el universo estamos siempre proponiendo una reflexión, no buscando en forma alguna imponer nuestra opinión. Creo que ese es el mayor propósito de esta columna semanal: el intercambio de experiencias que enriquece nuestro mundo interior, aumentando nuestro auto-conocimiento y ayudándonos a desarrollar primeramente nuestra Conciencia Individual y posteriormente la Conciencia Cósmica.
Dicho esto, voy a reflexionar sobre nuestra capacidad de ejercer la generosidad. En el Árbol de la Vida (glifo estudiado por la Cábala) encontramos un triángulo intermedio que abarca las tres Esferas centrales de Hesed (Júpiter), Geburah (Marte) y Tipheret (el Sol). La unión e interconexión de esas tres energías nos ayudan a recorrer el camino de la evolución espiritual donde empezamos a ejercer nuestro libre albedrío, y por consiguiente, a efectuar nuestras elecciones personales. La interconexión entre nuestra energía personal y la energía cósmica pasa necesariamente por esas tres esferas (o Sefira) posicionadas en el centro del Árbol. Ese triángulo se denomina triángulo ético ya que con su desarrollo lograremos las cualidades morales que nos harán merecedores del intercambio cósmico.
Recordemos que nuestra mente está constantemente interactuando con la Mente Superior del Cosmos. Con nuestra energía personal conectada con la expresión del Yo Interior que está en el camino de la evolución lograremos, sin duda, recibir del Cosmos aquello que deseamos y, sobre todo, merecemos.
Pongamos un ejemplo: nuestra sangre es bombeada constantemente de forma natural en nuestro cuerpo, distribuyendo la energía necesaria para el mantenimiento de la vida. Esa función natural sufre alteraciones cuando procuramos modificar su acción, interfiriendo en ella. Por ejemplo, cuando estamos muy estresados o tensos, la presión sanguínea se eleva y causa malestar, o bien el corazón late de forma desacompasada, causando arritmia. Sin nuestra interferencia, este movimiento constante de la sangre que circula produce bienestar en nuestro cuerpo. De la misma forma circula la energía del UNO por el universo: el macrocosmos es similar al microcosmos. Si la sangre cesa de correr por nuestro cuerpo, se coagula y nos morimos. Cuando la energía del Cosmos cesa de fluir en nuestras vidas, nos estancamos, no evolucionamos, morimos.
De modo similar, la corriente constante de la abundancia generada por el UNO fluye libremente por el Cosmos y distribuye la abundancia entre aquellos que estén preparados para recibirla. Esta abundancia solamente puede alcanzarse si la hacemos ‘fluir’. En esta palabra existe la noción de trueque, o sea, de dar y recibir.
Por tanto, hemos de tener siempre en mente que tenemos la obligación de ‘dar’ para poder ‘recibir’. Cuando hablo de donación, no me refiero solo a la expresión material que es el dinero circulante. Está claro que él será la postrera manifestación de esta abundancia cósmica. No obstante, podemos empezar a donar de aquello que tenemos en abundancia, de aquello que no nos hará falta. Del mismo modo que toda relación depende del dar y recibir, la relación entre nosotros y el Cosmos también depende de la misma Ley cósmica.
Cuando donas algo de ti mismo, el flujo vital invisible se manifiesta y recibes a cambio la manifestación material de tu donación. Si deseas alegría en tu vida, sonríe y distribuye alegría. Si deseas amor, aprende a dar amor. Si necesitas confort material proporciona confort a alguien que lo necesita. ¡Una manta donada a alguien que tiene frío puede revertirse en más clientes para tu negocio! Recuerda que ese principio puede ser aplicado en todos los niveles, ya sea en el personal o el empresarial, en el individuo como en la sociedad. ¡La energía se propaga en todos los niveles!
No obstante, recuerda que el acto de dar debe ser placentero, generoso, y esos son atributos de Hesed=Júpiter, la Sefiroth también llamada Misericordia. ¡La donación no puede estar motivada solo por el deseo de recibir! ¡El factor de ligazón, el ‘pegamento’ que hace funcionar la Ley de la Atracción es ciertamente el AMOR!
Pon amor en todos tus pensamientos, en todos tus actos, en todos tus objetivos y recibirás de vuelta según tu merecimiento.
Debemos usar la energía de Geburah-Marte para poner en práctica ese principio de dar y recibir. Sin acción e impulso nada fluye. Y, por último, debemos abrir nuestro corazón, el chakra cardíaco, Tipheret-Sol: la sangre que fluye es como el amor que caldea nuestro cuerpo y distribuye la energía vital.
Practica el amor todos los días. Empieza a hacer circular esa energía que ciertamente te ayudará, sea como individuo o como sociedad y, finalmente, llegará a contagiar a la humanidad. Y es en nuestro Chakra Cardíaco donde buscamos la Belleza Interior. Desarrollamos esas cualidades practicando la donación y evolucionaremos en nuestra propia individualidad. ¡Vamos a empezar a hacer una corriente de AMOR para salvar a nuestro planeta!
¡Yo me uno a los colaboradores de nuestro portal de auto-conocimiento STUM para practicar esa donación todos los días! ¿Vamos a practicarla?
¡Una semana llena de AMOR y de UNIÓN CON EL TODO!
São Paulo, 12 de mayo de 2010
