LA LOCURA DEL SER HUMANO
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 03/11/2016 11:19:53
Autor Xavier Andre - [email protected]
Traducción de Teresa
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Si un alienígena imaginario viniese a descubrir el planeta Tierra y a observar las formas de vida existentes en él, ciertamente habría de concluir que hay una especie que se está propagando de manera incontrolable y dominando las otras formas de vida. Y si viniese a estudiar, por pura curiosidad, el comportamiento de las diversas especies terráqueas, también ciertamente habría de concluir que esa especie dominante está claramente enferma: destruye su ambiente, mata y extermina innumerables otras especies sin verdadera necesidad, e incluso la suya propia. Además, en sus relaciones personales, los individuos de esta especie parecen debatirse en permanente conflicto y tensión.
Qué sería lo que causa esta locura incontrolada a esta especie, posiblemente se preguntaría, pero sin poder hallar una respuesta. En cambio, nosotros contamos con las aportaciones de las ciencias, de la etnología, de la antropología, de la historia. Sabemos que el ser humano evoluciona a lo largo de miles de años como un primate cazador-recolector. Esa manera de sobrevivir ha condicionado nuestro cuerpo y comportamiento, mejor dicho, ha hecho de nosotros lo que somos: ser humano, homo sapiens. Sólo en los últimos miles de años, lo cual es en términos evolutivos como cinco o diez minutos para nosotros, la forma de vida tradicional de los humanos, y las estructuras y comportamientos sociales por ella formados, han desaparecido por completo. El ser humano ya no es libre para andar en la caza y la recolección de alimentos por las llanuras y los montes. Ahora ya no es libre para tener relaciones personales sólidas y basadas en la cooperación, en la exploración y experiencia de la naturaleza.
La revolución neolítica, o sea, la agricultura y la pecuaria, no fue un adelanto, todo lo contrario. Fue una solución de huida frente a los condicionamientos del ambiente (causados en buena parte por nosotros mismos). Con ella empezó la era de la esclavitud del ser humano, que se extiende hoy a ritmo exponencial.
¿Cómo habríamos de tener relaciones personales sanas, cómo podríamos no estar enfermos, si vivimos de una forma completamente distinta de aquella que hizo de nosotros seres humanos?
Los psicólogos intentan ayudarnos (o sacarnos los cuartos, depende), pero por qué nadie dice lo que, según las evidencias antes referidas, debería ser el punto de partida de todo tratamiento: que no es posible ser humano cuando no se dispone de lo más básico que un humano sano necesita.