La manía de la perfección
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 06/09/2013 18:40:06
por Andre Lima - [email protected]
Traducción de Silvana Partucci - [email protected]
El niño nace sin ningún miedo de ser juzgado. Y es por eso que consigue aprender a caminar, a hablar y a hacer cosas tan increíbles que, a veces, para nosotros parece hasta imposible que un ser tan pequeño sea capaz de aprender.
Imagina si el niño que está aprendiendo a caminar tuviese el mismo miedo de equivocarse y de frustrarse que tiene un adulto. Al intentar los primeros pasos y no conseguir, se sentiría triste y desmotivado. Si se cayese, sentiría vergüenza y una tendencia en abandonar la práctica. Así, sería mucho más difícil que realmente consiguiese aprender a caminar algún día.
Menos mal que el niño no actúa así. Intenta, se cae, intenta de nuevo y de nuevo… Hasta conseguir. No desiste, ni piensa en esa posibilidad. Al comienzo, el niño no tiene idea de cómo va a llegar al resultado final, ni piensa, ni se preocupa con eso. Y, por eso, intenta, aún así, focalizándose en el momento presente. Y las cosas acaban encajándose, una después de la otra y cuando menos se espera, está caminando. Parece un milagro.
El mismo proceso ocurre con el habla y con tantas otras cosas nuevas para el niño. Por eso, las personas dicen que es más fácil para los niños aprender cosas nuevas. No creo que sea una capacidad extra lo que tienen, es simplemente por no tener miedo de equivocarse y ser juzgado.
A medida que crecemos, esos miedos van apareciendo y volviéndose más intensos y acaban por entorpecernos en dar los primeros pasos en cosas simples o más complejas. Surge entonces, el perfeccionismo, que no es nada más que la tentativa de hacer todo correcto y perfecto para evitar críticas y opiniones desfavorables a nuestro respecto. Y como no es posible hacer todo perfecto, la solución para muchos es dejar de intentar.
Es una fuga, una manera de protegerse para no tener que entrar en contacto con el juicio y las críticas que despiertan nuestras inseguridades. Tiene que ver con la necesidad de aprobación y aceptación. Todo eso opera en un nivel profundo e inconsciente. Por eso mismo es bueno traer esos mecanismos a la luz para que estos puedan volverse conscientes y más fáciles de ser detectados, cuestionados y curados.
Vean cuantos adultos no consiguen hablar una lengua extranjera como el inglés. La mayor parte de la dificultad está en el campo emocional, en los miedos de equivocarse y ser juzgado. Si tuviésemos el mismo desprendimiento del niño, la tarea se volvería mucho más fácil.
Nos parecería muy extraño si viéramos un niño con miedo de intentar caminar, o desistiendo de aprender a hablar. Nadie entendería eso. Cualquier adulto se acercaría a ese niño y le diría: continua intentando, aprenderás, es cuestión de insistir un poco más, todos los niños aprenden, tú aprenderás también. Sin embargo, nos parece normal que los adultos desistan o no intenten cosas nuevas y no seamos capaces de decirnos esas palabras a nosotros mismos.
Esos miedos son trabas invisibles que moldean nuestro comportamiento todo el tiempo. Y lo que hacemos normalmente es ignorar esos sentimientos. De tan normales que estos nos parecen, acaban pasando completamente desapercibidos.
Imagina si no tuvieses, absolutamente, ningún miedo de equivocarte, miedo de ser juzgado, o miedo de lo que las otras personas podrían pensar a tu respecto. ¿ Cómo sería tu vida? ¿Qué cosas nuevas harías? ¿Qué habilidades tendrías desarrollado? ¿Qué proyectos personales y profesionales habrías puesto en práctica? ¿Qué oportunidades habrías aprovechado? ¿Cuántas cosas más habrías hecho en la vida o cuántas otras habrías dejado de hacer? Seguramente, la vida se volvería mucho más plena y divertida.
Cuando comencé a escribir artículos, el miedo de lo que las personas pudiesen pensar o criticar era tan grande que el trabajo se volvía muy tenso. Eran horas escribiendo, reescribiendo un texto. Como si quisiese dejarlo perfecto para no sufrir ninguna crítica, lo que sabía que era imposible.
Es posible producir ese efecto libertador de los juicios al trabajar nuestros sentimientos con la *EFT (técnica para la auto limpieza emocional, fíjate como recibir un manual gratuito al final del artículo), pues ésta tiene un poder muy grande de disolver miedos y otras emociones negativas. Y, así, consiguir vivir mejor la vida de la manera que realmente quieres y no la vida que tus miedos te imponen.
Recuerdo cuando resolví retirarme de la ingeniería y comencé a trabajar como terapeuta. De una manera, que no se bien como sucedió, me volví
libre de todo el miedo de lo que la familia, los amigos, la sociedad podría pensar al respecto de mi decisión, a pesar de nunca haber sido una persona tan segura. Pero en ese caso fue de esa forma. Me sentí tan libre que fue fácil asumir el nuevo camino. Claro que hubo otros varios desafíos en la transición, pero se volvió todo más leve sin el miedo a ser juzgado. Muchas personas se quedan atrapadas toda la vida, haciendo lo que no les gusta cuando ya saben que camino podrían seguir.
André Lima - EFT Practitioner. *EFT - Emotional Freedom Techniques
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