La medalla de oro y las mandalas de arena
por Adília Belotti em STUM WORLDAtualizado em 02/09/2020 15:46:26
Traducción de Teresa - [email protected]
"...Es nuestra responsabilidad colectiva proteger y nutrir la familia global, dar soporte a sus miembros más débiles y preservar y cuidar del ambiente en el cual todos nosotros vivimos".
S.S. el 14º Dalai Lama
El Dalai Lama, líder espiritual del Budismo Tibetano, está en los Estados Unidos para recibir, el día 17, la Medalla de Oro del Congreso americano, por su "incansable trabajo en favor de la paz, de la no violencia, de los derechos humanos y del entendimiento entre las varias religiones del mundo." La ceremonia tendrá lugar en el Capitolio, en Washington, aparentemente, incluso el presidente Bush estará presente y miles de tibetanos ya están en camino.
Ese será el mayor homenaje prestado al 14º Dalai Lama, después del Premio Nobel de la Paz, que ha recibido hace 20 años. El Papa Juan Pablo II, la Madre Teresa de Calcuta y Nelson Mandela también recibieron la medalla, considerada la mayor distinción concedida a "un civil" - es cierto, esas medallas recuerdan tiempos de reyes y caballeros, no tienen mucho que ver con el carácter fundamentalmente pacífico del agraciado, pero el hecho no debe restar brillo al evento, ¿no es verdad?
Incluso porque, mientras tanto, y para dar un colorido más espiritual al homenaje, monjes "namgyal", del monasterio en que vive el Dalai Lama, en Dharamsala, en la India, han visitado el Aldrich Museum of Contemporary Art, en Nueva York para celebrar un ritual antiquísimo: la creación y destrucción de mandalas de arena.
El ritual da vida a uno de los más contundentes - y difíciles de poner en práctica - temas del budismo, la no permanencia.
Lee más sobre la ceremonia de creación de las mandalas de arena.
Recuerda que la vida es siempre inestable.
Que el tiempo cambia de repente a tempestad y tronada.
Refuerza, por tanto, el poder de tu mente.
Ofrece el tesoro de un pensamiento generoso y de una disciplina interior
Al amigo que te acompaña para siempre.
Recuerda que las marcas de cada uno de tus actos
Se unen a la mente, tal como tu sombra se une al cuerpo.
Evita por tanto los caminos del mal
Y cultiva una actitud de bondad activa.
Fija tu mirada sobre estas cosas de beneficio eterno.
Amigos míos, hoy os dejo
Este consejo que debéis seguir en memoria mía.
Pronto volveremos a encontrarnos
Gyelwa Gendün Gyatso (1475-1542), o 2º Dalai Lama, Vida.
In: Grasdorff, Giles. A Palavra dos Dalai Lamas. Coleção Ponto de Encontro.
Tradução de Emília Marques Rosa. Lisboa: Edições Asa, 1998. Pág. 163.
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