La música cura
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:18
Traducción de Silvana Partucci
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Células tumorales expuestas a la "Quinta Sinfonía" de Beethoven se achicaron o murieron.
Por Renato Grandelle. RIO. Aún quien no suele escuchar música clásica ya oyó, numerosas veces, el primer movimiento de la "Quinta Sinfonía" de Ludwig van Beethoven. Fue descubierto recientemente que el "pan-pan-pan-paaan" que abre una de las más famosas composiciones de la Historia, sería capaz de matar las células tumorales, en tests de laboratorio. Una investigación del programa de Oncobiologia de la UFRJ (Universidad Federal de Rio de Janeiro) expuso a media hora de la obra a una colonia de células MCF-7 relacionadas al cáncer de mama.
Una de cada cinco murió, en una experiencia que abre un nuevo frente contra la enfermedad, por medio de timbres y frecuencias.
La estrategia, que parece extraña a primera vista, busca encontrar formas más eficientes y menos tóxicas de combatir el cáncer: en vez de radioterapia, un día sería posible pensar en el uso de frecuencias sonoras. El estudio innovó al usar musicoterapia fuera del tratamiento de disturbios emocionales.
Esta terapia acostumbra ser adoptada en enfermedades relacionadas a problemas psicológicos, situaciones que involucren un componente emocional. Mostramos que, además, la música produce un efecto directo sobre las células de nuestro organismo, resalta Marcia Capella, del Instituto de Biofísica Carlos Chagas Filho, coordinadora del estudio.
Como las MCF-7 se duplican cada 30 horas, Marcia esperó dos días entre la sesión musical y el test de sus efectos. En este plazo, 20% de muestras murió. Entre las células sobrevivientes, muchas perdieron tamaño y granulosidad.
El resultado de la investigación es enigmático aún para Marcia. La composición "Atmosphères", del húngaro György Ligeti, provocó efectos semejantes a aquellos registrados con Beethoven. Pero la "Sonata de dos pianos en re mayor" de Wolfgang Amadeus Mozart, una de las más populares en musicoterapia, no tuvo efecto.
Fue extraño porque esta sonata provoca algo conocido como el "efecto Mozart", un aumento temporario del raciocinio espacio temporal, resalta la investigadora. Pero estamos felices con el resultado; creíamos que las sinfonías provocarían apenas alteraciones metabólicas, no la muerte de células cancerígenas.
"Atmosphères", diferente de la "Quinta Sinfonía", es una composición contemporánea, caracterizada por la ausencia de una línea melódica. ¿Por qué, entonces, dos músicas tan diferentes provocaron el mismo efecto?.
Aliada a un equipo que incluye al profesor de la Escuela de Música Villa Lobos, Marcia ahora busca esta respuesta dividiendo las obras en partes. Puede ser que el efecto haya venido no del conjunto de la obra, y más específicamente de un ritmo, un timbre o una intensidad.
En abril, exposición a samba e funk.
Cuando consigan identificar lo que mató a las células, el paso siguiente será la construcción de una secuencia sonora especial para el tratamiento de tumores. El camino hasta esta melodía pasará por otros géneros musicales. A partir del mes que viene, los investigadores probarán el efecto del samba y del funk sobre las células tumorales.
Aún no sabemos que música y cual compositor vamos a usar. La cantidad de combinaciones sonoras que podemos estudiar es inmensa, dice la investigadora.
Otra vía de estudio es investigar si las sinfonías provocaron otro tipo de efecto en el organismo. Mientas tanto, apenas células renales y tumorales fueran expuestas a la música. Solo en el segundo grupo fue registrada alguna alteración.
La investigación también posibilitó una conclusión ajena a las colonias de las células. Como quedó comprobado que el efecto de la música sobrepasa el componente emocional, es posible que haya una diferencia entre oírla con sonido ambiente o con auriculares.
Los resultados parciales sugieren que, con auriculares, estamos beneficiándonos con los efectos emocionales y despreciando las consecuencias directas, como éstas observadas con el experimento, revela Marcia.
