La puerta del nunca más
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 23/01/2009 14:31:02
por Wilson Francisco - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
En Senegal había una región muy pobre llamada La puerta de nunca más, donde las personas eran segregadas y esclavizadas. Gilberto Gil, inspirado en esa miseria moral y social, compuso una canción donde dice que la Luna que cubre todas las naciones cubre el pueblo del Gore, como también era denominado aquel lugar.
Uno de estos días, yo estaba en sintonía con la espiritualidad para dar apoyo a mi mujer que estaba algo deprimida. Y, de repente, Joaquina surgió ante ella, vestida con una ropa muy bonita y una sonrisa suelta en su cara, aún con aquel modo humilde y gracioso, que tenía cuando la conocimos en el Sanatorio Santa Fe, en Três Corações - Minas Gerais.
Explico: esa mujer vivió en ese hospital, era portadora del virus del Mal de Hansen y vivía en una casucha muy pequeña. Teníamos que agacharnos para entrar en sus habitaciones. Esa sencilla vivienda, sin embargo, albergaba a un alma resuelta y alegre, Joaquina. Un ejemplo de dignidad y coraje.
Pues bien, fue la imagen de esa mujer sencilla e iluminada lo que el Universo dibujó en la atmósfera, alentando el corazón de mi mujer. Y ella notó el efecto extraordinario de esa presencia y dio un salto hacia la alegría.
La Luna que enternece a las almas nobles que circulan por las alamedas de las ciudades envueltas en el progreso, ciertamente, todas las noches se asoma sobre las pajas secas que cubren la casa de las personas humildes, para observar e iluminar sus corazones.
Nada en este mundo está descubierto. Los dioses tienen paños calientes y acogedores para cubrir todos los cuerpos, incluso los de aquellas personas segregadas y esclavizadas por el dolor y la soledad.
Si tú, por un momento de tu vida, te sientes a punto de traspasar la puerta del nunca más, ten la seguridad de que allá del otro lado, donde faltan ojos humanos para ver tu dolor, la Naturaleza tendrá siempre al Sol y a la Luna para encantar y caldear tu corazón. Permítete ser amado por el Universo.
Muy bien, el Universo te protege, pero ¿será que tú has venido adquiriendo herramientas para dar calidad de vida a tu alma? O será que vives así, como dice una antigua y linda canción: “estaba en vano en la vida, mi amor me llamó, para ver la banda al pasar, tocando cosas de amor; mi gente sufrida se despidió del dolor, al ver la banda al pasar, tocando cosas de amor”.
Vale, es una canción muy bonita, una banda pasando por la calle puede remitirnos a pensamientos de salud y paz, y aún más con la presencia del amor a nuestro lado. Sin embargo, a veces, hace falta más, principalmente percepción, tanto en relación a lo que estamos haciendo, como en lo que respecta a lo que hacen con nosotros.
Hay posibilidades de que te dejes esposar y arrebatar por oleadas de maldad, así, de repente. Una situación aparentemente simple, una palabra y, listo, nos dejamos llevar por la amargura, nos entristecemos, nuestra vista se nubla y ni siquiera el sol y la luna podrán encantar e iluminar nuestra alma.
La puerta del nunca más puede estar ahí a tu lado, aguardando un momento propicio, para hacerse obstáculo y ahogar tus intentos y tus sueños. Observa los detalles por donde tú andas y qué es lo que haces. ¿Cómo está el cielo en este momento? ¿Hay nubes, prenunciando un temporal? Entonces, prepárate, lleva el impermeable, deja para ir más tarde, informa a la otra persona de que posiblemente te vas a retrasar. Elimina lo imprevisto de tu vida.
Claro, sin martirizarte con ideas preconcebidas, anticipando diluvios, cuando tan simplemente surge en el horizonte una nube que trae una llovizna muy ligerita. Si eres de aquellos que andan con la noticia de tragedia estampada en tu visual, cuidado. Pulveriza las situaciones dramáticas de tu mente. Cuida con cariño tus pensamientos.
¿Qué tal, pensar hoy, que tú eres una persona divina, creada por Dios y que ese Creador ha tenido el poder de organizar un Universo perfecto?
Será que Él se ha equivocado en ti. O serás tú, la que está haciendo un juicio equivocado de las cosas y las criaturas. Hay muchas Joaquinas por este mundo, en sus chabolas, dando duro para conseguir su pan de cada día. Y no por ello son tristes e irritables.
Esas Joaquinas que transitan por la puerta del nunca más, todavía mantienen su brillo, la elocuencia de sus palabras, a pesar de agobiadas por la insania social que amenaza nuestro mundo.
Y tú, que todavía estás por aquí, gozando de derechos y posibilidades de vivir bien, ¿qué haces de tu luz? ¿Con qué cosas te encantas en tu cotidiano? ¿Cuántas veces al año te haces el regalo de ser feliz?
Quizá la felicidad no esté tan distante de ti, puede que allí, al otro lado de la calle, encuentres tu motivo de vivir. Vamos, ve en busca de algo que te encante, y nunca más permitas a los grilletes de la melancolía encadenar tu corazón.
