La Santa Navidad y el solsticio de verano de 2012
por Graziella Marraccini em STUM WORLDAtualizado em 19/12/2011 12:23:45
Traducción de Teresa - [email protected]
El día 22 de diciembre, a las 2:30h del Horario de Verano (1:30h Hora de Brasil) el Sol ingresa a 0º de Capricornio, dando inicio al verano en el Hemisferio Sur y al invierno en el Hemisferio Norte. De hecho, el Sol ingresa en el signo de Capricornio, llegando al máximo de su inclinación Sur el día 21 de diciembre, marcando para nosotros el Solsticio de Verano. Solsticio significa Sol estacionado: el Sol parece estacionar durante algún tiempo en nuestro hemisferio, aportándonos todo el vigor y la energía del verano. Los pueblos antiguos, principalmente en el hemisferio norte, a donde llegaba el rigor del temido invierno, solían señalar esta fecha con rituales destinados a rogar al cielo una ayuda, casi por alejar el miedo a la carestía que eventualmente podría traerles el largo invierno. Por tanto, las Navidades eran en principio una fiesta pagana y no una fiesta cristiana como solemos creer. La Iglesia Católica, para encontrar una forma de incluir en la liturgia esos rituales paganos, determinó que esta fecha - 25 de diciembre – indicaría el nacimiento del Niño Jesús. Este nacimiento simbolizaba la esperanza de renovación que una nueva vida siempre significa. Por el hecho de ocurrir la Navidad en un momento de intenso frío en el hemisferio norte, los rituales eran acompañados de hogueras, danzas, ritos chamánicos, comilonas y otros festejos. Todo se hacía por espantar a la muerte, que la tierra adormecida bajo el manto de la nieve parecía indicar. A partir del momento en que la Iglesia se apropió de esta fiesta, se inició el ritual del Pesebre, reproduciendo en los hogares aquella representación del momento del nacimiento de Jesús que venía al mundo pobrecito, en un lugar frío e inhóspito, se renovaba la esperanza y se alimentaba la fe. Recuerdo muy bien las navidades de mi infancia, pasadas de manera muy católica en la ciudad de Milán. La Navidad ya no es la misma. ¡La sociedad de consumo en que vivimos ha hecho que esos festejos sean casi una anticipación del cotillón de fin de año! Solo se piensa en la cena, en los regalos, en las reuniones sociales, pero se olvida el verdadero significado de la Navidad: ¡la esperanza del renacimiento!
En nuestro Hemisferio es posible, no obstante, emplear ceremonias diferentes, ya que podemos disfrutar de la energía solar que empieza a inundar nuestro país con todo su vigor. Nos preparamos para las vacaciones de verano, pensamos en viajar y en aprovechar las hermosas playas, pero podemos al mismo tiempo entrar en sintonía con la energía capricorniana, con celebraciones íntimas y familiares. Podemos pensar en recuperar aquellos valores sociales y familiares que se están perdiendo en nuestra sociedad y podemos asimismo buscar en nuestro interior un suplido energético que nos ayudará a espantar de una vez las tristezas y dificultades que acabarán por dejarse atrás con el año que termina. En el Solsticio de Verano conmemoramos el día más largo del año, y podemos agradecer al Creador todas las bendiciones que esa energía nos proporciona. El Sol es vida, sin él no podríamos existir. El Sol tiene relación con nuestro corazón, nuestro plexo solar, de donde emana nuestro sentimiento de Amor Universal. Centro del Árbol de la Vida, irradia su luz hacia todas partes, indistintamente. Allí es donde reside la llamada Conciencia Crística.
El Signo de Capricornio tiene analogía con la Letra Ayn, de valor 70, que nos indica cómo la proyección de la determinación cósmica (Zayn) promueve la posibilidad de la vida biológica, como resultado de la acción de Sammekh (60) que es la fertilidad femenina. El Padre y la Madre que generan el hijo, Jesús, el niño Dios que renueva la vida.
Las fiestas navideñas nos colman de alegría y buen humor, no faltan las celebraciones y todos se sienten contagiados por el espíritu de fraternidad que reina en el aire. Para aprovechar al máximo este espíritu canalizando positivamente las energías generadas colectivamente, podemos prepararnos con las siguientes ceremonias:
La Ceremonia del Perdón, para perdonar a todos y dejar de lado resentimientos y enojos pasados; y también perdonarnos a nosotros mismos por los errores que hayamos cometido. Es muy difícil perdonar a nuestros enemigos sin guardar resentimientos ni rencor.
La Ceremonia del Amor, para compartir y propagar el amor universal, rezando por la Paz Mundial. ¡Podemos darnos la mano, abrazarnos, y abrazar virtualmente a todos los seres esparcidos por el mundo! ¡Podemos pedir a Dios que aleje el hambre, la miseria, la soledad y el miedo del corazón de aquellos que sufren!
La Ceremonia del Agradecimiento, para agradecer a Dios por todos los bienes preciosos que recibimos todos los días, sean o no materiales, y, sobre todo, por el más valioso de todos los dones: la propia VIDA.
La Ceremonia de la Esperanza, para abrir nuestro corazón a las bendiciones futuras que vendrán si mantenemos la Fe en la Providencia Divina.
No tengo intención de dar recetas para tales ceremonias, pero vosotros podéis bajar mi libro La Magia que Viene de los Astros (gratuitamente, en mi sitio web personal) y buscar la ceremonia que más os agrade. Quiero tan solo sugerir que cada cual busque en su corazón la sintonía que más necesita. Así el Cosmos y, principalmente, el Astro-Rey nos inundará con sus benéficos rayos cósmicos en ese momento tan especial.
¡FELICES NAVIDADES DE 2011 A TODOS!
São Paulo, 13 de diciembre de 2011
