La verdad sobre nuestra niñez II
por Rosemeire Zago em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:35:09
Traducción de Teresa - [email protected]
Sólo se puede entender una vida cuando se toma en serio su comienzo
Alice Miller
En el artículo anterior escribí sobre tres conceptos de Alice Miller: pedagogía negra, testigo auxiliador y testigo esclarecedor. Al llegar a adultos es imposible soportar la verdad de la niñez sin el testigo conocedor. Podemos encontrar ese testigo durante el proceso de psicoterapia. Es importante destacar que no todos los psicólogos estudian y trabajan con abusos sufridos durante la niñez. Por tanto, si tú has sufrido algún abuso y acudes a un profesional, busca informaciones acerca de qué teoría sigue (de preferencia la teoría de Alice Miller y/o Ferencz) y si tiene experiencia en el tratamiento de adultos que sufrieron abusos en la niñez.
La psicoterapia (en general no considera el inconsciente) o análisis (el foco de este trabajo es buscar contenidos inconscientes) debe proporcionar: el reconocimiento emocional de la verdad almacenada en el cuerpo, la liberación de la ley del silencio y de la idealización de los padres. ¿Qué quiere decir esto? Nuestro cuerpo registra todo lo que sentimos en la llamada memoria celular. O sea, sentimientos reprimidos desde muy pronto quedan registrados en nuestro cuerpo, pudiendo manifestarse por síntomas físicos. También queda registrado en nuestro inconsciente lo que hasta entonces estaba reprimido/escondido en el inconsciente. ¿Qué es lo que tus síntomas físicos y tus sueños están tratando de decirte?
La liberación del silencio se refiere a buscar la verdad de lo que pasó, ya no negando, ni haciendo de cuenta que aquello que se sufrió no ha dejado secuelas, pues éstas, por muy inconscientes que estén, se hacen presentes. Muchos niños sufren amenazas para mantener en silencio lo que les sucede, y por miedo no se lo cuentan a nadie; a menudo ni siquiera lo admiten para sí mismos, reforzando así la negación del dolor y del sufrimiento, principalmente cuando no hay ningún testigo auxiliador. Al llegar a adultos tendrán muchas dificultades para entrar en contacto y hablar sobre lo ocurrido.
La liberación de la idealización de los padres nos muestra que muchos adultos siguen esperando recibir reconocimiento, atención y cariño de los padres, perpetuando así el sufrimiento. Sólo al percibir que aquello que no recibimos de niños pasa a ser responsabilidad nuestra, y no de nuestros padres como muchos aún siguen esperando, es cuando conseguimos liberarnos. Sí, el niño es siempre víctima, pero muchos adultos, abusados en la niñez, continúan sintiéndose culpables por el abuso sufrido, y olvidan que el adulto ya no es impotente, ni una víctima, sino que puede defenderse y ofrecer al niño protección y oído atento, para que pueda contar su historia y expresar sus dolores. Al buscar la verdad sobre tu infancia es importante contar con apoyo y seguimiento por parte de un testigo esclarecedor.
¿Por qué es tan importante buscar la verdad sobre nuestra niñez? Cuando éramos niños, aprendimos a reprimir y negar sentimientos, manteniendo la ley del silencio. Pero ese dolor está registrado en nuestro cuerpo y en nuestro inconsciente, y cuanto más reprimimos lo que sentimos, más fuerte se hace el dolor. Aprendimos también que las humillaciones, palizas y todo lo demás que nos hicieron era por nuestro propio bien y no causan dolores, lo cual mantiene la idealización de los padres: ellos fueron buenos y todo lo que hicieron fue por mi propio bien.
Y ¿por qué huimos tanto de esa verdad? Cuando un acontecimiento fue psicológicamente doloroso, como en el caso de abuso en la niñez, hay una tendencia a bloquear el dolor causado, como defensa para soportar la realidad, principalmente si no tenemos una persona con conocimiento sobre las consecuencias del abuso para darnos apoyo. Ciertamente la verdad va a producir dolor, pero es preciso recordar que ese dolor ya está dentro de nosotros, sólo que a menudo, por haber sido reprimido, no es consciente, pero se hará presente de diversas formas.
Si sufriste algún abuso en la niñez busca la ayuda de un profesional, pero si quieres, aprovecha el Día del Niño para empezar a dar a tu chiquillo aquello que no recibió: atención, cariño, alegría, respeto, reconocimiento ¡y mucho amor! Ciertamente esos son los mejores regalos, pero también podrás comprar un juguete que siempre has querido o hacer lo que más te gustaba. ¿Qué te gustaría regalarle a tu pequeño?
¡Feliz Día del Niño!
Continúa en el próximo artículo.