La verdadera inteligencia - más allá del intelecto
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 13/01/2022 14:16:39
por Isha - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Un maestro zen japonés recibió una vez a un profesor universitario que venía a preguntarle sobre el zen. El maestro sirvió el té; la ceremonia del té fue prolongada y el científico estaba cada vez más impaciente por la calma del maestro durante los 54 pasos de dicha ceremonia. Cuando el té estuvo preparado, empezó a llenar el pocillo de su visitante. La taza estaba llena, pero él seguía llenándola. El té empezó a desbordar y el profesor ya no pudo contenerse. "¡Ya está llena, no puede derramar más ahí!"
"Tal como este pocillo.", dijo el maestro, "tú estás lleno de tus propias opiniones e ideas. ¿Cómo puedo enseñarte más, si aún no has vaciado tu primer pocillo?"
El intelecto humano es algo increíble, originó innumerables descubrimientos e inventos y sigue innovando, los avances actuales en tecnología son fascinantes y están creando un estilo de vida que hace algunas décadas parecía ciencia ficción. Pese a ello, la mente, con toda su maravillosa complejidad, sigue creando dentro de las limitaciones de la dualidad. Bien / mal; cierto / equivocado; la luz / la oscuridad; arriba / abajo; estos son los principios según los cuales la inteligencia es gobernada. Es imposible para la inteligencia ver más allá de sus propias limitaciones, por ejemplo, que el intelecto pueda entender el amor. El intelecto puede hacer una tentativa, quizá describir la sensación, quizá explicar las reacciones químicas que crean un sentimiento de amor, pero el amor, en sí, no puede ser completamente concebido por el intelecto.
Si queremos experimentar la conciencia, hemos de ir más allá del ámbito de la inteligencia. Tenemos que dejar ir lo conocido, y entrar en el vacío sin límites. Los muros que hemos construido nos mantienen en la seguridad de nuestras limitaciones, pero estas paredes también nos tienen encarcelados en la insatisfacción. Nuestra curiosidad natural siempre insistirá en ir a lo desconocido, aparte de lo que nos hemos acostumbrado a conocer, en la búsqueda constante de algo más. El intelecto está valorado por encima de casi todo en la sociedad occidental, pero es limitado en muchos aspectos.
Esto es muy bueno, pues si tuviésemos que comprender todo, perderíamos lo misterioso y lo mágico que hace de la vida una aventura. Es la incertidumbre lo que aporta intriga y emoción a la vida, si no, ¡qué cosa más aburrida sería si supiésemos todas las respuestas! Nos hemos acostumbrado tanto a las limitaciones de la mente que ésta se ha convertido en una malla en la que hemos quedado presos. Nos identificamos con la mente de manera tan profunda que consideramos que ella es lo que de hecho somos.
Con la finalidad de volver a nuestro estado natural de inocencia y de alegría, aquel que hemos experimentado de niños, debemos ir más allá de la inteligencia. ¿Cómo podemos hacerlo?
Ser en el momento. Esto ya lo hemos oído antes todos nosotros, pero ¿cuántas veces somos capaces de llevarlo a cabo realmente? Estar en el momento es un hábito valioso de desarrollar, y puede desarrollarse tal como solemos hacer todo lo contrario: en vez de vivir constantemente en el pasado y en el futuro. Cada vez que eliges llevar tu conciencia a este momento, estás fortaleciendo la costumbre de estar presente. Admitir que no sabes. "No sé" es una de las expresiones más poderosas en el camino de crecimiento interior. Cuando percibes que no sabes algo, te abres a recibir. Como el científico, antes hay que vaciar el pocillo de las convicciones y opiniones que nos impiden encontrar una nueva perspectiva, escuchar la voz que llama desde más allá de los pasos de la mente.
Escucha tu voz interior, hay un conocimiento que está más allá de la mente. A diferencia de la comprensión intelectual, que siempre ve los dos lados de una discusión, esta voz nunca duda, confía en sí misma de forma implícita y habla con absoluta clareza. Llegará sin aviso previo, y de repente te percibirás hablando, sin siquiera comprender el por qué. Sin embargo, podrás oír la verdad en tus palabras, las oirás en tu interior.
Tú las oirás.
