La Vida puede sorprendernos
por Rubia A. Dantés em STUM WORLDAtualizado em 05/04/2014 09:00:20
Traducción de Teresa - [email protected]
Pasé unos días muy alejada del movimiento de mi mundo, como una pausa… durante un mes lo hice todo de modo diferente a como era mi rutina en un trabajo nuevo, en un lugar nuevo, donde tenía que despertarme muy temprano y trabajar todo el día a ritmo acelerado, y a veces, incluso por la noche, haciendo lo que me gusta, pero todo dentro de un plazo y de un ritmo algo apretado para lo que era mi rutina… y, para mi total sorpresa, me he dado cuenta de que eso me gustaba mucho y de que logro hacer cosas que ni siquiera imaginaba, que ya había clasificado entre las que no me gustaban…
Me sentí renovada y capaz de ir más allá de mis conceptos y patrones, una vez más, y esto amplió mucho mis posibilidades.
He podido comprender un poco más de qué modo nuestras creencias nos limitan, y cómo a veces son tan sutiles que nos hacen pensar que nos están protegiendo, al llevarnos a creer que… lo que ellas nos dictan es lo que nuestra Alma quiere.
Lo que quiera que sea que nos dicta las normas y nos limita, ciertamente no puede ser la voz de nuestra Alma, y muy sutilmente somos llevados por nuestras memorias a descartar cosas y a encuadrarnos en otras porque, equivocadamente, creemos que ese es nuestro modo genuino de Ser.
Percibí con esa experiencia, cuán limitada estaba por creencias respecto de lo que yo pensaba que me “gustaba” y “no me gustaba”, que me ataban a una forma de proceder según la cual yo estaba ejerciendo sólo una parte de lo que puedo… otra parte mía estaba impedida para actuar porque ni siquiera le daba una oportunidad para revelarse…
Pero el Universo, en toda su sabiduría, me ha puesto en una situación en que he podido ver que, mucho más allá de mis creencias, hay mucho más para vivir y descubrir… somos mucho más de lo que nuestras memorias nos quieren hacer creer.
Tenemos la manía de clasificarnos y de congelar esas clasificaciones que pasan a ser verdades incontestables, hasta el día en que caen por tierra cuando nos atrevemos a desafiar esas verdades…
Alguna de esas clasificaciones son tan claramente negativas que trabajamos para superarlas porque sabemos que ellas nos limitan… otras, que quizá sean las más peligrosas, son tan sutiles e imperceptibles que consideramos que ellas trabajan a nuestro favor y, por eso, no hacemos nada por liberarnos… nos mantienen presos en rejas de donde no queremos salir porque ni siquiera nos hemos percatado de que existen… y esas son las peores prisiones.
Después de que me he descubierto libre y feliz, donde antes consideraba que no sería posible porque mis creencias sobre lo que yo era así lo dictaban en sus reglas rígidas, comprendí que la libertad pasa lejos de cualquier cosa predeterminada que te impide experimentar nuevos modos de expresarte.
Tenemos la manía de agarrarnos al falso confort de pensar que sabemos quiénes somos… lo que nos gusta… cómo debemos actuar en tal situación para sentirnos bien… y eso nos lleva a congelar y a intentar repetir… impidiéndonos fluir con la Vida… acabamos estancados en modos de ser y de vivir que nos limitan y prenden sin siquiera darnos cuenta de ello.
Probablemente, si no hubiese tenido la oportunidad de pasar por esa experiencia, aún creería que no soy capaz, y que no me gustan ciertas cosas que hoy sé que me gustan y que puedo hacer…
La clave no es cambiar un modo de Ser por otro, porque sería cambiar una prisión por otra… sino estar abierta a todas las posibilidades de expresión que el presente nos ofrece, sin permitir que nuestras creencias nos impidan zambullirnos por entero en lo nuevo que llega cada día.
La vida siempre puede sorprendernos si le damos espacio para entrar…
