Lecciones de humildad
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 13/12/2011 09:02:02
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
La vida es una nueva oportunidad para que el espíritu reencarnado altere para mejor sus rasgos de personalidad y el modelo conductual que trae consigo de otras vivencias.
Pese a ello, al reencarnarse, muchos individuos olvidan o pasan por alto esta orientación que se halla latente en sus conciencias, y prefieren repetir las tendencias negativas en su carácter de experiencias pasadas.
Según esa lógica de raciocinio, dictadores se aferran al poder con "uñas y dientes". Ministros de estado, en una tentativa por mantenerse en sus cargos, ocultan bajo la "alfombra", la suciedad que insiste en revelarse a la luz de la verdad. Autoridades y empresarios de los más diversos orígenes y campos profesionales, en una tentativa de perpetuar sus egos e intereses, se agarran al poder como parásitos sanguijuelas. Individuos corrientes ingresan en el crimen organizado y se vuelven violentos, tal como fueron en el pretérito.
Pese a que el reto es cambiar el paradigma por medio de nuevas elecciones que liberen al individuo de un pasado comprometedor, la reproducción de tendencias es lo que más ocurre en un espíritu que se reencarna en la Tierra.
La prepotencia, la ambición desmedida, la violencia implícita y explícita, el orgullo y el egoísmo, son responsables por la situación de millones de entidades que deambulan por el umbral y por la corteza terrestre, en busca de alivio para sus dolores y sufrimientos relacionados con los sentimientos de culpa. Otras tantas, subyugadas por procesos obsesivos, se organizan colectivamente y reproducen el mal que practicaban en vida.
Durante sus vidas, muchos de esos infelices tuvieron oportunidades de aprender con lecciones de humildad. Experiencias que ocurren con todos los espíritus dotados de inteligencia y libre albedrío, a fin de que reflexionen sobre opciones que representan intenciones o actos practicados contra sí mismos o contra los demás.
A veces esas experiencias suceden individualmente. Otras, en un colectivo de personas que predican la violencia, el fanatismo o cualquier forma de desequilibrio de ámbito psico-espiritual, que perjudique a terceros o afecte al ambiente natural.
En 2008, al visitar las ruinas de la antigua ciudad de Roma, en Italia, sentí un contacto espiritual que me transmitió cierta inquietud. Esa sensación me acompañó durante el resto del día, hasta el momento en que, por la noche, logré pasar el sentimiento del espíritu a un papel, por medio de una comunicación psicografiada. Terminado el texto, me relajé y dormí un sueño tranquilo. El título del mensaje: "Yo, el emperador", que transcribí íntegramente para el STUM.
En el mensaje, la entidad describe sus ilusiones y desilusiones con el poder de los hombres, a medida que se deja ofuscar por las artimañas del ego. Era el espíritu de un emperador romano, que después de siglos había despertado para la verdadera riqueza de la vida: los valores espirituales.
Desgraciadamente, en el universo en constante expansión, no todos despiertan para la liberación de la conciencia. Muchos solo cambian de cuerpo físico, de época y de actividad, pero la esencia permanece la misma, contaminada de energías deletéreas que llevan al individuo a repetir el modelo conductual de otras vivencias.
Las experiencias de regresión, en entidades que se presentan arrogantes durante las reuniones mediúmnicas de las casas espíritas, revelan que, al ser invitadas a hacer regresión a vidas pasadas, encuentran el origen del sentimiento de odio o de venganza que alimentan a través del vínculo obsesivo que mantienen con sus víctimas encarnadas.
En esas vidas pasadas, la regresión también revela que ellos fueron verdugos de esos individuos, y que el ciclo vicioso "víctima-verdugo" en papeles alternos se mantiene desde hace siglos, generando más odio entre ellos en cada reencarnación. Algunos casos de regresión en pacientes de la psicoterapia interdimensional sintonizan el sentimiento negativo del pasado relativo a determinada persona, que en la vida actual ha venido como miembro de su familia para que ambos rescaten deudas de su relación.
Nada de lo que ocurre en la vida es vano o falto de significado. Por tanto, las lecciones de humildad, incluso aquellas experiencias que nos humillan o avergüenzan, poseen un sentido de aprendizaje si asimilamos su "recado".
Generalmente tales lecciones se hallan asociadas a nuestro orgullo o prepotencia, y sirven para que elaboremos el cambio necesario, o sea, una nueva actitud ante la vida.