LEYENDA DE SANTIAGO
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 06/04/2016 11:00:23
Autor Helena Gerenstadt - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
A comienzos del siglo IX se produjo gran agitación en el mundo cristiano de Occidente. España anunciaba que unos hombres santos habían descubierto en Galicia la tumba de Santiago el mayor, uno de los apóstoles de Jesucristo. Posteriormente muchos fieles empezaron a visitar el lugar y con el paso de los años, habiéndose producido muchos milagros, peregrinos de varias nacionalidades, denominados Jacobeos, visitan Santiago de Compostela para conseguir la Vieira de Santiago, insignia del peregrino intrépido.
Santiago el mayor era hijo de Zebedeo y de María Salomé, hermano de San Juan Evangelista, y uno de los apóstoles más cercanos a Cristo. Tras la muerte de Jesús pasó a predicar la Buena Nueva en Judea y Samaria, y después marchó a España para continuar con su misión. Se cuenta que no tuvo éxito en ese país, logrando pocos discípulos; siendo así, regresó a Judea, donde su nueva estancia estuvo marcada por una serie de conflictos.
Hay un relato que narra el conflicto que tuvo con Hermógenes, un mago que había inmovilizado a Fileto. Santiago liberó al cautivo y trabó batalla contra Hermógenes y sus demonios. Los venció, y Hermógenes, arrepentido, se convirtió y llevó a Santiago sus libros de magia para que los quemase, pero el apóstol prefirió que fuesen arrojados al mar. Perseguido por Herodes Agripa, Santiago fue decapitado el día de la Anunciación.
Algunos de sus discípulos robaron el cuerpo de la tumba, temerosos de que fuese profanado por los judíos, lo pusieron en una nave sin gobernalle y huyeron. Navegaron a la deriva y fueron a encallar en Galicia. Cuando los discípulos desembarcaron el cuerpo, lo depositaron sobre una enorme piedra, que se derritió como la cera bajo el peso del cuerpo, modelándose como un sarcófago.
Los discípulos se dirigieron a la Reina Lupa y le dijeron: “El Señor Jesucristo te envía el cuerpo de su discípulo porque quiere que recibas muerto al que no quisiste recibir cuando estaba vivo”. Le pidieron un lugar conveniente para la sepultura, después de relatarle el milagro de la deriva de la embarcación y el de la piedra. La reina los envió al Rey de España para que les diese el debido consentimiento.
Tras mucho insistir el Rey cedió, pero la Reina Lupa, disgustada con la respuesta del Rey, dijo a los discípulos: “Tomad mis bueyes que están en el monte cercano; enganchadlos a un carro, transportad el cuerpo de vuestro maestro y después, en el lugar que mejor os parezca, construid a vuestro gusto”.
La verdad es que los bueyes eran toros salvajes, pero los discípulos no lo sospecharon. Subiendo al monte les salió al paso un dragón que vomitaba fuego; al verlo hicieron la señal de la cruz para defenderse y así lograron hacerlo reventar. Hicieron igualmente la señal de la cruz a los toros, que se tornaron mansos como corderos. Los engancharon al carro, poniendo el cuerpo santo en él, juntamente con su sarcófago de piedra.
Los animales, sin que nadie los guiase, se dirigieron al palacio de Lupa con el cuerpo y el sarcófago, parándose a la puerta. Cuando la Reina Lupa vio la escena, quedó estupefacta y dedicó su palacio a Santiago.
Santiago es el Patrón de España. Cuentan que en la Batalla de Clavijo, ocurrida en el año de 844, luchando españoles contra musulmanes, Santiago estuvo presente, montado en un caballo blanco, conduciendo a la victoria a las tropas del Rey Ramiro, salvando así todo el Norte de España, desde los Pirineos hasta Galicia.
Hay también otra versión de la leyenda de Santiago, según la cual se cuenta que cuando la nave con su cuerpo arribó a Galicia, se llenó de conchas de vieira. La concha de vieira es la insignia de los peregrinos de Compostela.
