Lo "mágico" de la terapia
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 28/06/2018 09:43:57
Traducción de Teresa
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Autor Aurora Reis
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"Terapia es cosa para locos. ¡Dios me libre!
¡Tengo más que hacer!
Te crees que voy a gastar mi dinero $ con esa charla barata.
Yo consigo resolver mis problemas solito.
¿Qué? ¿Te parece que estoy loco?
¿Que tengo problemas?
¿Que no consigo resolver mis problemas?" - y por ahí va.
Hacer terapia no es un proceso sencillo ni tampoco indoloro. Hace falta echarle mucho pecho, mucha raza, coraje y una dosis de confianza.
Creer que uno es capaz de transformarse. Porque el terapeuta no va a hacer milagros. Él sólo va a facilitar tu proceso de desarrollo hasta donde tú quieras ir (¡y gracias!).
Él no puede obligarte a ir por caminos por donde tú no quieras ir. No puede empujarte "colina abajo" y decir: "¡búscate la vida!" No puede arrojarte a un cuarto oscuro y decir: "busca la luz". Eso sería maldad y no terapia (si bien ciertos "pseudo terapeutas" equivocados puedan considerar que sí).
Terapia es confiar en el proceso del florecimiento. Es confiar que se puede llegar allá. Es saber que el otro sabe cuando estará listo para entrar en el cuarto oscuro (y que de nada sirve apresurar las cosas, simplemente porque no resultará).
Es aceptar que el otro - en el papel de paciente/cliente - tiene su propia sanación en su interior, por debajo de la herida, por detrás de la lágrima. Es saber que, en fin, muy poco se sabe de cómo realmente ayudar a esa persona, porque quien se ayuda, al final, es ella misma.
Es ella quien da los pasos al frente, la que se apoya en la mano del terapeuta (a veces para no tropezar), y se enfrenta. Que es ella quien tendrá su propia vida en la mano, con autonomía, su "alta" e independencia.
El alta de un paciente (cuando éste está preparado para partir) viene no como el final de un proceso, sino como un volver a empezar, una vuelta al punto de donde nunca se ha partido. Viene al encuentro de sí mismo, en una perspectiva más amplia y elevada. Viene con el sabor del triunfo y de la victoria sobre el dolor, la enfermedad y la muerte.
Lo "mágico" de la terapia es este eterno recomenzar, recrear, reconstruir. Es un marco desde donde se alcanza un nuevo punto de vista, un mayor autoconocimiento: el conocimiento más elevado que se pueda tener.
Ha llegado la hora de enfrentarse. ¡Si todavía no has empezado, ten valor!
Te aseguro que valdrá la pena y que tú saldrás tan fortalecido como nunca antes pudiste imaginar.
Confía,
Entrega,
Acepta y
Agradece - como enseñó tan bellamente el querido Profesor Hermógenes.
Abre tu corazón al amor y a la transformación, a la sanación que viene de dentro - profunda y duradera. ¡Amén!
Aurora
En homenaje a las terapeutas que caminan conmigo, así como a los colegas de profesión.
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