Lo que realmente importa...
por Rosana Braga em STUM WORLDAtualizado em 08/01/2007 12:39:27
Traducido por Melissa Park - [email protected]
Tal vez usted ya se haya hecho esta pregunta: “¿que es realmente importante en su vida? ¿Quien realmente importa?”. Se que este parece ser un cuestionamiento muy simple, pero cuando nos sumergimos profundamente en la cuestión, descubrimos que ¡no siempre vivimos a partir de aquello que realmente tiene importancia para nosotros!
Somos incitados, casi hipnotizados, diariamente, a engullir verdades que no son nuestras, reglas impuestas por quien no sabe nada sobre nuestro corazón, leyes inventadas sin tomar en cuenta delicadezas como un corazón, una alma, un sentimiento. Apenas determinaciones en la tentativa de manipularnos, de juzgarnos, de imprimirnos rótulos que nada dicen sobre nuestros dolores ni tampoco sobre nuestros amores.
¡Y así nos vamos olvidando de lo que realmente importa! Nociones sobre “cierto” y “errado” o “bueno” y “malo” ganan sellos políticos. Y de ahí para la demagogia, la hipocresía y el ridículo, la distancia es prácticamente ¡ninguna! Pero aceptamos y hasta nos esforzamos, casi sintiéndonos culpables si no lo hacemos, para digerir esas medidas enyesadas y tantas veces, estúpidas.
Ni notamos más la sutil diferencia entre lo raso y lo profundo, lo divino y lo insano, lo bello y lo patético. El otro día, paseando por el tránsito de Belo Horizonte, se aproximó a la ventanilla del carro donde yo estaba un joven disfrazado, con los cabellos parados, canturreando sin parar y bailando por los corredores. Entregaba panfletos. Trabajaba por su pan de cada día. Imposible no encontrar la gracia a su absoluta espontaneidad delante de un escenario aparentemente fuera de lo normal...
Y pensé en un instante: como es linda la locura que la alegría de vivir nos provoca... ¡Y vivan los locos de amor, estén donde estén, hagan lo que hagan!
Pues es eso que deseo para mí y para usted en este tiempo de recomenzar, de rehacer los planes, de recordar los sueños, de reabrir los caminos torcidos de esta búsqueda sagrada: la locura de la alegría de vivir... pautada en aquello que realmente tiene importancia.
Porque más que obedecer las reglas y leyes, más que encajar en los conceptos que definen extremismos vacíos, más que seguir el flujo “hecho bicho” que nada puede hacer para escapar de su destino sórdido, deseo que usted y yo tengamos apenas una línea de conducta: la de actos inspirados en los buenos sentimientos; y apenas un tipo de carácter: ¡aquel comprometido en hacer el bien (considerando siempre nuestra sublime imperfección)!
Y eso, en mi opinión, nada tiene que ver con pertenecer a esta o aquella conceptuación. Religión, color, opción sexual, sexo, clase social, apariencia física, nacionalidad, profesión o simbología adoptada son elecciones o contingencias personales, pero no revelan la grandeza de un espíritu. Es su conducta aliada a su carácter que lo hace digno de un amor merecido.
Que el 2007 sea – de verdad – ¡con muchos menos rótulos, mucho menos preconcepto y más, cada vez más, regido por lo que tiene importancia! Y en el fondo, en el fondo, la gente siempre sabe lo que realmente importa, especialmente cuando decide abandonar la postura mediocre de jueces del Universo ¡para actuar con el corazón!