Lo Sagrado
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 07/05/2010 12:26:57
Traducción de Teresa - [email protected]
La enorme presión que sufrimos, en los días que corren, para acompañar los innumerables avances tecnológicos, puede enredarnos en una peligrosa armadilla. Con tiempo cada vez más escaso para dedicarnos a nuestra interioridad, al contacto con nuestro mundo subjetivo, corremos el riesgo de alienarnos de aquello que realmente importa, o sea, el significado más profundo de la vida.
Dedicarse a objetivos y metas meramente materiales constituye, para muchos, el único sentido de la existencia.
Además se nos estimula a competir y a querer vencer siempre al otro, demostrando así, no solo a nosotros mismos como al resto del mundo, cuánto mejores que él somos.
Si bien la autoestima y la confianza en uno mismo sean elementos fundamentales para nuestra armonía interior, estas cualidades han de ser desarrolladas sin la participación obsesiva del ego, que no se satisface con poseerlas, sino que solo reconoce su valor si éste viene refrendado por el mundo exterior.
Y así vamos poco a poco perdiendo la dimensión de lo sagrado, – nuestro verdadero origen –, del aspecto divino de nuestra existencia, sin el cual nos volvemos meros robots a la espera, tan solo, de que el éxito y el poder se materialicen.
Es preciso rescatar el ser esencial con que hemos llegado al mundo, en un ejercicio paciente de bruñido. Y aunque estén presentes el miedo y la inseguridad, hemos de tener también la certidumbre de que la luz se encuentra allí, solo esperando ser reconocida.
El hombre moderno
El hombre moderno es el primer hombre en toda la Historia que no tiene ninguna idea de lo sagrado; vive una vida bastante mundana. Le interesa el dinero, el poder, el prestigio, y considera que eso lo es todo. ¡Esa es una noción tan estúpida! Su vida está rodeada de cosas pequeñas, muy pequeñas. No tiene idea de cosa alguna mayor que él mismo. Ha negado a Dios, ha dicho que Dios está muerto. Ha negado que haya vida después de la muerte, ha negado la vida interior.
Solo cree en negar el centro; de ahí ver tanto tedio por todas partes. Eso es natural, porque sin algo mayor que tú para relacionarte, tu vida será tediosa, aburrida. Una vida solo se convierte en una danza cuando es una aventura. Y solo puede ser una aventura cuando hay algo más elevado que tú para alcanzar, para realizar.
Lo sagrado simplemente significa que no somos el fin, que somos tan solo un paso, que todo aún no ha sucedido, que aún mucho tiene que suceder. La semilla tiene que convertirse en un brote, el brote tiene que convertirse en un árbol, el árbol tiene que esperar a la primavera y explotar en miles de flores y liberar su alma para el cosmos. Solo así se sentirá colmado.
Y lo sagrado no está muy distante: solo tenemos que empezar a investigar sobre ello. Al principio estamos tanteando en la oscuridad, claro, pero enseguida las cosas empiezan a entrar en sintonía, luego empezamos a tener vislumbres del más allá, alguna música nunca antes oída empieza a llegar a nuestros corazones: ella agita nuestro ser, empieza a darnos un nuevo color, una nueva alegría, una nueva vida.”
Osho – A must for morning contemplation.