Los Secuestradores de Alma son: ¿Abusadores emocionales, Psicópatas o Narcisistas Perversos?
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:35:15
Traducción de Teresa - [email protected]
Los psicópatas fingen toda clase de emociones cuando tienen un objetivo en mente y entienden que necesitan hacer uso de ellas para seducir y conquistar. Y, como son excelentes observadores, desde muy pronto aprenden a imitar las emociones, teatralizándolas con impecable maestría. Incluso pueden parecer calurosos, pero son totalmente insensibles y con absoluta ausencia de sentimientos o empatía por quien quiera que fuese.
Pese a que en principio sea difícil de concebir que hay algo muy ruin en el otro miembro de la relación, el día a día, en la convivencia con tales psicópatas, de alguna manera siempre va a revelar el modo en cómo funcionan. Y aunque tengan la maestría de confundir la mente y la percepción de quien osase dudar de ellos, en algún momento, aunque se demore, siempre será posible desenmascararlos.
Cuando se perciben descubiertos, incluso así intentan manipular al otro, hasta el punto de vaciar por completo la raíz de la percepción, distorsionando todo el razonamiento lógico que puedan tener, infiriendo verdades inventadas. Y cuando ya no hay posibilidad de persuasión, rápidamente deciden cambiar de rumbo, cambiar de vida, de amigos o de lo que fuese.
Psicópatas y Narcisismo Perverso:
Los Psicópatas también saben hacer uso de los ropajes narcisistas cuando lo consideran necesario para el desarrollo de sus pretensiones. En tales ocasiones aparecen como los más encantadores y, por lo regular, conquistan las simpatías de todos. Las otras personas son contempladas por ellos como simples herramientas para poder lograr sus deseos. Lo cierto es que, en el fondo, lo que los mueve viene de un gran vacío, que aparte de causarles ansia por la satisfacción inmediata de sus deseos, los convierte en seres humanos altamente inquietos, que incluso cuando están en silencio, en su interior están a todo vapor tramando algo en su mente. Están intentando llenar una falta que nunca podrá ser llenada. En esa trama no es poco frecuente que se sirvan del sexo, tanto como vehículo para la satisfacción de sus deseos, como en plan de permuta o moneda de cambio; a fin de cuentas, ya que existe una ausencia del sentir, buscan frenéticamente algo que de algún modo pueda llenarlos. Debido a eso están inquietos, y, no teniendo la capacidad para entrar en contacto con sus angustias más primitivas, están siempre cambiando de situaciones, de rumbos y de conquistas. Como consecuencia, incluso cuando algo equivocado sucede en sus metas, la culpa siempre se la echarán al otro, o al mundo, pero jamás a sí mismos.
En sus relaciones se muestran posesivos y celosos al extremo; no por los celos en sí, sino porque para ellos las personas a su alrededor tienen que funcionar como objetos suyos y nada más que suyos. Sus víctimas están en cárcel velada en función de servirlos, sin que éstas puedan cogitar jamás sobre la hipótesis de poder existir individualmente y con autonomía. En sus estructuras de base, se configuran como personalidades antisociales, pero camuflan ese estatus emocional adhiriéndose a las más variadas tipologías de personalidad. El telón de fondo emocional, no obstante, es la bajísima o nula aceptación de la frustración, y la prueba más contundente de esto acaba ocurriendo en sus estallidos de agresividad desmedida, que siempre se producen en los bastidores y con los de su convivencia. En lo secreto, donde nadie vea ni compruebe sus actitudes. Después de esto, por su ausencia de sentimientos y empatía, callan la boca de sus víctimas invirtiendo verdades, haciéndose ellos las víctimas y empleando técnicas hábiles para manipular las situaciones, hasta el punto de que los agredidos frecuentemente se sienten culpables por la agresividad del psicópata travestido esta vez en víctima y en narcisista perverso seductor.
Los narcisistas clásicos presentan sus características de autoengrandecimiento ya al comienzo de las relaciones. Los Psicópatas, por el contrario, jamás dejan en evidencia sus rasgos.
El mundo está repleto de tales psicópatas, y por difícil que sea de concebir, ellos están entre nosotros mucho más de lo que podemos suponer. Su marca es servirse de las personas e inventar toda clase de personajes según la demanda de sus futuras presas. Ellos son especialistas como nadie en saber lo que las otras personas más necesitan recibir. Se ponen máscaras convincentes de comprensivos, generosos, amorosos, serios, simpáticos o lo que sea. Inclusive haciendo uso de la personalidad Narcisista Perversa también, como un engranaje más para facilitar la expresión, que camufla sus intentos de psicópata. Imaginad el estrago.
Si tú te encuentras en esta situación, no dudes en buscar ayuda.