Los Sueños - El Lenguaje del Alma 1
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 03/03/2010 12:25:01
por Osmar Francisco dos Santos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Todos soñamos como media cuatro veces por noche; no siempre recordamos nuestros sueños, pero ellos representan nuestra más importante “ventana” al inconsciente y es allí donde están nuestras frustraciones y traumas que impiden el libre acceso al gran potencial de nuestra mente. Aún hoy, incluso ciento diez años después del lanzamiento del libro de Freud sobre la interpretación de los sueños, para la mayoría éstos aún representan un gran enigma, pero podrían ser una herramienta decisiva para entender nuestro inconsciente, siendo que la importancia de comprenderlo e interactuar con esa parte de nuestra mente, será determinante para un salto cuántico en nuestra evolución, visto que las instituciones, tal como están organizadas, ya no responden a los anhelos sociales en ninguno de los apartados básicos de la calidad de vida.
Hay sueños famosos que, según la historia, cambiaron el rumbo de vidas y hasta de comunidades, como el sueño del Faraón, interpretado por José de Egipto, el cual versaba sobre siete vacas flacas que devoraban a siete vacas gordas y siete espigas flacas que devoraban a siete espigas llenas. Esa interpretación valió a José el salir de la cárcel y acceder al cargo de primer ministro. La historia cuenta varios sueños importantes, como los que han guiado los grandes descubrimientos.
Todos nosotros, ciertamente, tenemos relatos importantes sobre nuestros sueños, sin embargo, pocos de nosotros sabemos trabajar con ellos. Para que esto sea posible es preciso que comprendamos un mínimo acerca de su estructura, funcionamiento y propósito.
Los sueños ocurren en estados alterados de la conciencia de vigilia, específicamente durante el bajón de amperaje eléctrico en relación al que tenemos estando despiertos. Por ese motivo las fases de sueño están marcadas por ondas electromagnéticas que pueden ser medidas en los conocidos electroencefalogramas.
En estado de vigilia están conectados cuatro principios o vehículos que definen nuestra personalidad y representatividad, que son: el físico, el vital (que corresponde al aura y puede ser identificado por las fotos kirlian), el emocional o astral (que corresponde al vehículo de las manifestaciones mediúmnicas, como la psicografía y la psicofonía) y el mental concreto que se refiere a nuestra parte cognitiva. Las actividades del sueño son hoy estudiadas haciendo el mapa de las actividades cerebrales nocturnas durante el sueño (polisonografía), con el objetivo de identificar períodos de más de diez segundos en que la respiración queda interrumpida y la persona sufre apnea del sueño, disfunción que perjudica la calidad de vida durante el día, al producir somnolencia diurna y afectar a la memoria.
Durante el período de sueño, se quedan en la cama el cuerpo físico y el vital, que no se separan, lo cual acarrearía la muerte. Los otros dos cuerpos, el emocional y el mental concreto, que forman la personalidad, quedan libres a causa del estado eléctrico de bajo amperaje con que funciona el cerebro durante el sueño y, sin las limitaciones de las dimensiones tiempo y espacio, producen los sueños, que en gran parte son manifestaciones del mundo inconsciente.
Es importante saber que la memoria del inconsciente, utilizada en el lenguaje de los sueños, es una memoria muy antigua, caracterizada por símbolos, distinta de nuestra memoria de vigilia, que archiva conceptos. Por ese motivo el lenguaje onírico nos parece tan absurdo. Al no comprenderlos, nuestra reacción más racional es despreciarlos. Explicada, aunque muy superficialmente, la cuestión eléctrica de la manifestación de los sueños y el por qué de su producción durante el sueño, aunque los estados de relajación e hipnosis también producen experiencias análogas a aquéllos, una ligera comprensión de los tipos de sueños es el primer paso para interpretarlos y así beneficiarnos de sus orientaciones.
Los tipos más comunes de sueños son los que llamamos fisiológicos y su función es simplemente la de proteger el sueño, visto que esto es fundamental para la liberación de los neurotransmisores por las glándulas endocrinas, responsables por nuestro equilibrio homeostático (frecuencia cardíaca, respiración, tensión arterial, centro del hambre y de la sed, ritmo sináptico, etc.)
Este tipo de sueños satisface necesidades fisiológicas y evita que las preocupaciones nos despierten. Si pese a ellas conseguimos dormir, por ejemplo: Si nos dormimos con sed y esa necesidad puede despertarnos, soñamos que estamos bebiendo agua. Evidentemente, no satisfacemos la necesidad física de la sed y tan pronto como despertemos iremos a tomar agua. Lo mismo ocurre en relación a cuestiones que nos preocupan.
El segundo tipo más común de sueños son los que denominamos sueños compensatorios, es decir, aquellos que corrigen un auto-concepto propio que tenemos respecto de nosotros, relativo a las personas con quien convivimos o a situaciones puntuales que consideramos no han tenido buen desempeño. En este caso, nuestros sueños podrán distorsionar absurdamente a las personas que admiramos tanto que nuestra idolatría nos hace sentir impotentes. En ese caso, nuestro inconsciente nos da un sueño disminuyendo a tal persona.
El tercer tipo de sueños quizá sea el más importante a estas alturas de nuestro desarrollo, pues se refieren a cuestiones relacionadas con nuestro drama psíquico inconsciente. Se muestran muchas veces repetitivos, lo cual demuestra que no los hemos comprendido, y por eso no hemos hecho las debidas correcciones en nuestra vida.
Estos sueños son los más utilizados en las terapias, pues aportan informaciones sobre aspectos del aparato psíquico, demostrando a través de los símbolos oníricos en qué situaciones emocionales se halla el soñador, al tiempo que sugiere actitudes correctivas.
A medida en que empezamos a anotar o a trabajar con los sueños en la relación terapéutica, éstos van construyendo con sus enredos una secuencia en la organización de la vida psíquica. Incluso para quien no conoce toda su representación simbólica, hay siempre mucha ventaja en anotar los sueños, pues el inconsciente reconoce ese contacto y los sueños se vuelven cada vez más claros.
Quien no logre recordar los sueños puede estimular el recuerdo, estableciendo antes de dormir la determinación de querer recordarlos. Al recordar los sueños, antes de despertar completamente y de levantarse, es necesario anotarlos total o parcialmente, o incluso memorizarlos, para que no se pierdan. Cada sueño, la mayoría de las veces, solo se refiere al propio soñador, aunque el inconsciente utiliza figuras conocidas en nuestra memoria para expresar parte de nosotros mismos.Otro tipo importante de sueños son los llamados “grandes sueños”, que tenemos pocas veces en la vida, pero que no olvidamos y, a veces, nos entra la duda sobre si estábamos durmiendo o no. Otra característica de los grandes sueños es que siempre estamos seguros de que son importantes. Traen mensajes profundos sobre nuestra vida, intuiciones, y pueden predecir acontecimientos que van a cambiarnos para siempre. Están relacionados con nuestra función trascendente, provienen del núcleo más profundo de nuestra psiquis.
Dr. Osmar Francisco dos Santos
link - Revista Holística de Calidad de Vida – Año 9. Número 93 – Diciembre – 2009, Pág. 30.