Luchando para ser un desdichado más
por Maria Isabel Carapinha em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:59
Traducción de Teresa - [email protected]
La vida pasa tan rápida y acelerada que no encontramos tiempo para ser felices.
Aquel gesto sencillo de un niño que te abraza y dice que te quiere, el beso de la persona amada, la paz interior que puedes sentir por estar bien contigo misma, la alegría de hacer el bien y tender la mano a quien lo necesita, la posibilidad de contemplar el brillo del sol, el color de las flores, de percibir los aromas diversos, la seguridad de que el mañana será siempre mejor porque hay seres de luz que miran por ti.
Puede que estés desperdiciando todo esto en tu vida. Son momentos que nunca volverán, son oportunidades de contactar con la felicidad. La felicidad se resume en buenos momentos vividos, y la sumatoria de tales momentos es lo que te lleva a una vida feliz y realizada.
Tú que luchas por tener un nivel de vida por encima de la media, que luchas para mantener las apariencias y el status social, que te rindes a la llamada de la mercadotecnia, siempre consumiendo desenfrenadamente, estás, sí, caminando hacia la infelicidad. Tener cosas buenas y vivir confortablemente es muy importante y nos hace sentir bien, pero cuando esto se convierte en obsesión y es lo único que importa, ten la seguridad de que el desequilibrio energético se ha instalado en tu vida.
Aquel apartamento maravilloso, con una enorme barbacoa y un ambiente gourmet, no puede dejar de formar parte de tu realidad y también - claro está - el aire acondicionado central que cubre todo el apartamento y el coche importado en el garaje también son imprescindibles, pero eso forma parte de un nivel social atractivo, que te hace trabajar y estudiar horas y más horas; pero al cabo de los años, cuando todo eso esté pagado, habrás de detenerte, cansado, y sentirás un inmenso vacío interior. Ese vacío se produce porque lo realmente importante en tu vida lo has dejado de lado: la atención a tus hijos, el contacto profundo con las personas que amas, tu crecimiento personal y espiritual, han sido simplemente olvidados.
Si te encuentras en ese loco régimen de vida, ten la seguridad de que vas camino de ser un desdichado más.
Otra cuestión muy importante a observar es tu salud, pues la lucha desenfrenada por los objetivos nos conduce a una enorme falta de límites personales; somos capaces de trabajar doce o catorce horas diarias en cosas que no nos gustan, simplemente porque el sueldo vale la pena. El síndrome del pánico es uno de los logros de las personas que viven sin límites personales y bajo intensa presión; llega un determinado momento en que tu cerebro te hace parar.
Lo que acabamos de abordar se resume en una única expresión: Desequilibrio Energético, que se compone de los siguientes aspectos: salud física, emocional, mental y espiritual, aparte de las interferencias ambientales y conductuales. Una vez el desequilibrio se ha instalado en nuestra vida, buscaremos intensamente una compensación en otro aspecto y, si nuestro emocional no se realiza como desearíamos, nos entregamos al trabajo como vía de escape de la realidad. Si nuestro aspecto mental no está equilibrado, llegaremos a preocuparnos por todo y por todos, tendiendo al control, simplemente por no confiar y entregar al Universo nuestro caminar. Si tu aspecto salud se desequilibra, te convertirás en víctima de la vida, sin siquiera intentar encontrar el origen de tus enfermedades. Si en cambio es tu aspecto espiritual lo que has dejado de lado, no habrá contacto con tu supraconsciente, y todo será mucho más arduo y difícil de realizar.
El equilibrio energético es, por lo tanto, el primer aspecto a verificar en tu vida, si quieres dejar de ser un desdichado más. La función de la Mesa Radiónica es hacer un completo análisis de tus frecuencias, para proceder a su equilibrio, eliminando los posibles bloqueos que impiden a tu vida marchar en la forma deseada.
La frase luchando para ser un desdichado más puede ser algo fuerte, pero sirve para detenerte y analizar este momento, verificando el rumbo que estás dando a tu vida.
Tengo una gran amiga que era dueña de una empresa textil en el interior de São Paulo, quien durante muchos años se había dedicado intensamente a la empresa, abandonando por completo su vida personal y familiar, pues necesitaba conquistar la tan soñada estabilidad económica. Esto casi le ha costado la vida, pues tuvo algunos accidentes de tráfico, ya que viajaba mucho, y varios problemas de salud debidos a la intensa fatiga.
Por los incentivos fiscales, decidió entonces mudar su fábrica para el Nordeste. Su hermana pasó a atender los negocios en el interior de São Paulo y ella se fue para el Nordeste.
En la soledad de otro Estado, empezó a analizar mejor la existencia que estaba llevando. Sentía que no se había realizado en algunos aspectos de su vida, como el emocional, y acudió a mí como uno más en busca de tratamiento. Una cosa que me dijo tan pronto llegué a su casa en el Nordeste me pareció increíble; al abrir su armario me enseñó media docena de piezas y me dijo: ¿te acuerdas cómo era mi guardarropa? Pues bien, he descubierto que para vivir no necesito nada de aquello, que yo era una persona consumista, materialista.
Me encanta atender a amigos, ya que puedo llevar a cabo el seguimiento de sus progresos cada día. Empecé su tratamiento con la Mesa Radiónica, equilibrando sus frecuencias y eliminando sus bloqueos y permanecí allá durante algunas semanas.
Pasados dos meses ella se había convertido en otra persona, trabajaba y se dedicaba a los negocios, pero de una manera controlada y muy enfocada, lo cual hacía que su trabajo rindiese mucho más.
En el aspecto salud pasó a cuidarse mucho más. Y en lo emocional, había conocido a una muy buena persona, que tenía todo que ver con ella y con su manera de ser y eso sucedió después de que se conoció mejor, se amó más y se dedicó a otros asuntos aparte de los profesionales.
Equilibrio.
En resumen: tu vida está compuesta esencialmente de cuatro puntos, que pueden compararse a las cuatro patas de una mesa. El aspecto salud, el emocional, el espiritual y el económico. Si uno de ellos está cojo o roto, la mesa acabará por caerse.
¡Elige conscientemente en tu vida y sé feliz!