Madurez
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 09/02/2009 15:27:45
Traducción de Teresa - [email protected]
Para mí, el principal desafío de la vida consiste en alcanzar la madurez. Pero esta es una cualidad que independe de la edad cronológica. Muchos jóvenes se revelan extremadamente maduros en sus actitudes, mientras que algunos adultos continúan procediendo de modo adolescente.
El principal atributo de la madurez consiste en asumir la responsabilidad por nuestras elecciones. Mientras no alcanzamos esa fase, seguimos con miedo a tomar decisiones por recelo a hacer una elección equivocada.
En vez de aceptar el error como un importante camino hacia el aprendizaje y el crecimiento interior, la mayoría de las personas tiene pavor a cometer errores, muchas veces por haber sido educadas de forma rígida y, como consecuencia, haberse convertido en niños y jóvenes a quienes nunca estaba permitido equivocarse.
El error es un método eficaz cuando conseguimos aprender con él y no repetimos las mismas actitudes equivocadas. Sin embargo, desear obtener el cien por cien de seguridad antes de elegir algo, nos paraliza y acaba dando como resultado una vida de estancamiento y congoja.
Al cometer un error podemos revisar nuestras decisiones, pues la vida no es estática, sino que es cambio permanente y nos concede siempre la posibilidad de optar por nuevos caminos.
Habremos de decidir, por encima de todo, si estamos dispuestos a pagar el precio que fuese necesario por aquello que estamos eligiendo.
La madurez consiste en no hacer al otro aquello que no queremos para nosotros. Ser conscientes de que cada uno de nuestros actos, por menor que sea, tendrá una consecuencia, es el primer paso para evitar la armadilla del egoísmo, donde solamente nuestros deseos encuentran espacio.
A partir del momento en que tomemos decisiones conscientes y enfrentemos, valerosamente, las consecuencias de nuestros actos, podremos en fin celebrar la llegada de la madurez, un momento precioso en que pasamos a asumir nuestra autenticidad, con independencia del juicio ajeno.
“EN TODAS LAS COSAS SÉ UN MAESTRO
DE LO QUE HACES Y DE LO QUE DICES Y PIENSAS.
SÉ LIBRE.
La libertad es el supremo objetivo de la verdadera religión – no Dios, no el paraíso, ni siquiera la verdad, sino la libertad. Esto ha de ser comprendido, porque este es el mensaje esencial de Gautama, el Buda, para el mundo. La libertad es el más alto valor según él, el summum bonum – no hay nada más alto que eso. Pero con “libertad” no quiere él decir “libertad política”, “libertad social”, “libertad económica”. Con “libertad” él quiere decir “la libertad de conciencia”.
Nuestra conciencia está en profunda servidumbre: estamos aherrojados. Dentro está nuestra cárcel, no fuera. Las paredes de la cárcel no están por el lado de fuera de nosotros: ellas existen en nuestros instintos, existen en nuestros deseos, existen en nuestra inconsciencia.
La libertad es el objetivo.
La consciencia es el método para alcanzar el objetivo”…
OSHO.- The Dhammapada – The Way of The Buddha.