¿Maestro, mentor, guía o ángel de la guarda?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 15/08/2013 13:46:08
por Roberto Dantas - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Aunque tú ya sigas un camino espiritual, posiblemente ya te hayas deparado con esta duda, tan corriente, incluso para los estudiantes y practicantes más avanzados. No es raro, tampoco, que alguna que otra vez se me hagan preguntas sobre estas diferencias entre tales entidades.
El mundo espiritual puede a algunos parecer complejo y muy simple a otros.
Antes, sin embargo, quiero hacer un “paréntesis”, una digresión para levantar un punto que entiendo crucial para comprender tales entidades y sus funciones. Las religiones no son más que “métodos” de que el ser humano puede echar mano para desarrollarse, alcanzar el mundo espiritual, comprenderlo o mantenerse conectado a él. Siendo así, cada doctrina tiene su teología propia, por la cual el buscador logra esos objetivos en su jornada de desarrollo aquí en la Tierra. Las religiones no son más que facetas del gran prisma universal, a través del cual accedemos a la fuente de la vida, lo Divino o Dios.
Cuando decimos “maestro, mentor, guía, ángel” estamos utilizando una nomenclatura que es específica de determinadas religiones, siendo que en algunas éstos son comprendidos con otras denominaciones o ni siquiera tenidos en cuenta, por cuestiones específicas relativas a las formas de contemplarse a sí mismo, a la espiritualidad y a la vida. Formas estas que están directamente ligadas a grados de desarrollo espiritual, o sea, en cada grado de evolución en que estamos, habrá una u otra doctrina o teología que nos parecerá más coherente con nuestra comprensión en tal momento.
Pero ¿qué es un mentor espiritual? En el libro “Misioneros de la Luz”, Chico Xavier nos dice que el mentor espiritual no es un simple “aparato”, sino un espíritu que a través de la renuncia a sí mismo, la abnegación y la humildad, elige: “callar para que otros hablen; dar de sí mismo para que otros reciban”, o sea, que opta por servir de puente transmitiendo conocimiento y ayudando a su “pupilo” a desarrollarse en un determinado campo de la vida.
El mentor, también confundido algunas veces con el guía, no necesariamente auxilia a médiums en centros espíritas.
Todos nosotros tenemos uno o más mentores que nos acompañan, por ejemplo, profesionalmente. Se trata de un espíritu que ha alcanzado una fase algo más avanzada que nosotros, y por ello elige donar su conocimiento a un espíritu que puede ser auxiliado. Elige ayudarnos, como forma de evolucionar espiritualmente en su propio desarrollo a través de un trabajo que también es de caridad.
Los maestros son seres más desarrollados que han alcanzado tal grado de elevación que ya no necesitan volver a encarnarse. Ellos ya permanecen en planos superiores al nuestro, pero posiblemente aún accesibles a través de rituales o práctica específicas, como por ejemplo la “canalización”. Tenemos los maestros de la Gran Fraternidad Blanca: Maestro Jesús, Madre María, Maitreya, El Morya, Maestro Gautama, Maestro San Germán y otros.
Guía espiritual o espíritu protector es un hermano espiritual – un espíritu que forma parte de nuestra familia espiritual – alguien que formó parte de nuestra vida actual y ya está desencarnado, o algún antepasado que no ha encarnado en esta generación, pero que guarda sentimientos astrales de cariño y afinidad con nosotros, y que nos acompaña con el fin de protegernos. Están más cerca de nosotros en momentos específicos de peligro, tristeza o en momentos difíciles de la partida, que ofrezcan obstáculos personales complicados de salvar. Dependiendo de nuestra sensibilidad, podemos percibirlos cuando sentimos calor a un lado de la cara o a través de voces o visiones en sueños o incluso en estado de duermevela.
En cuanto a los Ángeles, los más conocidos son los ángeles de la guarda, que son seres espirituales más sutiles, forman parte de la jerarquía divina y por ello nunca encarnaron ni encarnarán, pese a poder manifestarse en forma corpórea cuando es necesario.
Los ángeles son seres espirituales incorpóreos (Hb. 1:14). No tienen cuerpo físico, pero pueden asumir forma corpórea (Gn. 18:19). (Sl. 104:4; Hb 1:7; Ef. 6:2; Mt. 8:16; 12:45; Lc. 7:21; Apc. 16:14). La palabra ángel quiere decir “mensajero”. Ellos guían y guardan a los creyentes - (Sl. 91:11; Hb. 1:14).
Cuando nacemos se nos asigna un ángel de la guarda para protegernos. A pesar de que él está mucho más cerca de nosotros durante los primeros 7 años de vida, continúan accesibles durante toda nuestra jornada terrena, bastando conectarnos con ellos pidiendo su ayuda, a través de la plegaria y otras prácticas. Ellos tienen papel de protección como el guía o espíritu protector y tienen también un papel amparador.
Contactar y mantenernos conectados a nuestros amigos y hermanos espirituales es un proceso sencillo, pero que exige esfuerzo, trabajo, disciplina y cambios de actitudes que tienen reflejo en nuestra vida espiritual. La ley espiritual de la afinidad y sintonía rige ese contacto y acceso, que se obtiene a través del estudio de nuestra propia espiritualidad, de nuestra vida emocional, mental y espiritual.
El acceso a estos hermanos depende del grado de evolución y desarrollo personal en el proceso de auto-conocimiento y de la consolidación de actitudes morales a través de la reforma interior. El buscador ha de procurar conocerse profundamente, sus pensamientos y sus emociones, las motivaciones que con frecuencia están subyacentes e inconscientes y que se reflejan en creencias, actitudes repetitivas y situaciones difíciles que nos afectan en ciertos momentos de la vida, repitiendo patrones de comportamiento. Pero desde luego podemos ser conscientes de que nunca estamos solos.
Roberto Dantas
