Magdalena, una mujer Iluminada
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 29/11/2018 09:46:49
Autor Wilson Francisco
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Traducción de Teresa
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Magdalena tuvo una juventud casi igual a la de otras mujeres. La diferencia es que su carácter impulsivo y su inteligencia hicieron incómoda su presencia en la familia. Contrariaba las costumbres.
Y por ello fue expulsada de casa, yendo a vivir al barrio de las meretrices, donde fue bien acogida.
En la Biblia consta que ella vivía dominada por siete demonios. Un claro simbolismo de los conceptos y prejuicios de la época.
Una muchacha que abandona a la familia no tiene carácter ni moral y entonces estará dominada por el diablo. Como Catalina de Siena, el demonio atacaba su estómago y consumía sus alimentos.
Es en el estómago donde está el alimento, la sustentación, y se sabe que las graves vampirizaciones se producen en esta zona, de ahí que se nos aconseje tapar el ombligo como protección contra invasiones de todo tipo.
Yves Laloup dice que un demonio invadía el estómago de Magdalena, consumiendo su alimentación y provocando regurgitaciones.
Y explica que, a decir verdad, el demonio no existe. Toda esa acción nefasta que puede dominar la mente y el cuerpo humano, presentándose a veces como larvas o insectos, es resultado de las actitudes enfermizas de la mente humana.
Yo estoy de acuerdo con ese pensador y añado. La vampirización también puede tener origen en la mente de Espíritus localizados en el mundo paralelo, todavía con sensaciones y pensamientos terrenos, los cuales realizan interferencias graves e incluso causan compulsión alimentaria.
Un día, Magdalena encuentra a Jesucristo. Él visitaba la casa de un apóstol. Éste no cumplió con la costumbre de la época, que exigía del anfitrión lavar los pies a un Maestro que lo visitase.
Fue la oportunidad de María de Magdala. Vertió sus óleos del vaso de alabastro, lavó los pies de Jesús y los secó con sus sedosos cabellos.
Jesús bendice su actitud, bajo las miradas acusadoras de los apóstoles. Y más, expulsa a los demonios que vio acosándola.
Se vuelve hacia el pueblo y los orienta: los pecados de esta mujer quedan perdonados porque ella amó mucho.
¡Era el advenimiento de una nueva Era! ¡Quedaba instaurada en el Planeta Tierra la Ley del Amor, la misericordia absoluta que no castiga, bendice!
¿Amnistía total, exención plena? Sí. El Amor cubre la multitud de los pecados y evita el círculo de errores y consecuencias fatales.
El Maestro invita al ser humano a una nueva trayectoria. Venir a la Tierra para desarrollar sus talentos, cargar con su zurrón y enfrentar los desafíos de la vida, actuar en la sociedad, haciendo lo mejor para sí mismo y desarrollar con altivez el Amor Propio.
Las religiones no siguen esa enseñanza de Jesús, porque no entienden, por miedos ¡o porque no están preparadas!
Los evangélicos evitan decir las parábolas y enseñanzas de Jesús, diciendo y exaltando lo que los profetas enseñaban.
Esa actitud contradice a Jesús. Él afirmó que reunía todos los mandamientos y los profetas, sustituyéndolos por dos mandamientos: Ama a Dios sobre todas las cosas. Y el segundo: Ama al Prójimo como a ti mismo.
Los espíritas dan prioridad a la expiación y a las probaciones. Sí, está la Ley de Causa y Efecto. Natural. Jesús va más allá, enseñando que el Amor cubre la multitud de los pecados.
El Amor, preconizado por Jesús, lo trasmuta todo. Tú te curas e irradias esa energía hacia el Universo. La persona que fue afectada por ti, por la Ley de la Sincronicidad recibirá esa energía allá donde esté, y podrá ser curada. Magdalena, tras el Encuentro, sigue a Jesús y el registro bíblico dice que fue la primera persona en ver a Jesús después de la resurrección.
Ciertos historiadores cuentan que, tras el regreso de Jesús al mundo espiritual, ella ayudó a la divulgación del Cristianismo y después fue a vivir en el Valle de los Leprosos, donde terminó su jornada aquí en la Tierra.
Para meditar con alegría y gratitud al Sagrado Femenino, comparto este poema de Samuel Souza de Paula, del Libro Curas Bioxamânicas:
Soy femenina, soy mujer. Yo beso el viento y saboreo las flores. Yo amo la vida y acaricio mis sombras. Soy la manifestación de lo femenino, el arquetipo felino, la rosa delicada, la luz desconocida.
Abrazo mis miedos con amor. Curo mis anhelos con placer, sin dolor.
Vivo la sabiduría de lo Femenino Divino.
Nutro mi cuerpo expresando mi Sagrado olvidado. Soy la trinidad femenina. Soy natural. Soy yo misma.
Un corazón florido, un encuentro permitido, un femenino despierto, una mujer redescubierta.