Más allá del horizonte - Vida que sigue...
por Wagner Borges em STUM WORLDAtualizado em 23/02/2009 14:21:33
Traducción de Teresa - [email protected]
¡No hay muerte! Solo hay cambio de dirección y de planes.
No puedo demostrarte esto. Pero me lo he demostrado a mí. Y eso me basta.
No es cuestión de doctrina espiritualista, esta o aquella. ¡Es un hecho!
Por lo menos para mí. Y también para otros que ya han vencido la barrera de la carne.
Personas que se ven como centellas vivas, como pájaros libres, durante el sueño.
Y que recuerdan las cosas del espíritu, con las cuales se identifican.
No, no puedo demostrarte nada de esto, ni lo deseo. Eso es cosa del tiempo y la vida.
Ya me siento feliz con la certidumbre que tengo y con los vuelos espirituales que hago.
Y, si escribo sobre estas cosas del espíritu, nadie más que yo conoce los motivos.
No soy maestro de nada. Ni discípulo de cosa alguna. Solo soy yo mismo.
Por tanto, no esperes ninguna revelación contundente por mi parte.
No tengo respuestas para cuestiones universales ni tampoco tal pretensión.
Mal me conozco a mí mismo. Pero lo que sé ya me da para el gasto de ser feliz.
No puedo darte una fe que no haya nacido en tu propio corazón.
Al igual que no puedo vivir y amar por ti. ¡Tu vivir es tuyo!
Me parece que mi certeza incomoda a tu incertidumbre y tus dudas.
Sin embargo, tus dudas no incomodan a mi certeza. Ni me quitan el sueño.
Entonces, ¿cómo puedo darte una certeza sobre una duda que no es mía?
O sea, si te incomodan tus dudas, el problema es tuyo, ¿no es cierto?
Y ¿por qué debería yo esforzarme por un problema que es solo tuyo?
No, yo no soy quien eliminará tus dudas. Es el tiempo. Es la vida. Es la experiencia.
Nada puedo demostrar. Solamente escribo lo que siento y veo en otros planos.
Y, si alguien se siente bien leyendo y se acuerda de una Causa Mayor, ya es bueno.
No soy profeta. ¡Gracias a Dios! Ni tampoco súper médium, o mega yoghi.
Soy solo yo mismo, tu hermano de jornada en esta vida, aprendiendo un montón de cosas.
Pero, que hay mucha vida allende la muerte, ah, eso sí. ¡Y qué cosa estupenda es eso!
Como dice mi hija mayor, que vive en Río de Janeiro: ¡Ahí, qué chachi!
O, como dice un gran amigo espiritualista, que vive en Salvador: ¡Qué chulo!
En cambio, mi hija benjamina, que vive aquí en São Paulo, hoy me preguntó lo siguiente:
Padre, espíritu es gente, ¿no?
Y yo tan solo respondí lo que sé: Sí, hija. Los espíritus son gente. Y, algunos, son muy estupendos, lo mismito que la gente. Y otros, algo despistados, también iguales a la gente.
Sí, ellos son gente que vive allende la carne, sonriendo o llorando, alegres o tristes, maravillosos e imperfectos, simples y complejos, iguales a la gente, por cierto…
Están vivos, como la gente. Viven, aman y siguen, siempre aprendiendo…
Entonces, es eso. Te digo a ti lo mismo que le dije a ella: ¡Los tipos están vivos!
¡Y qué estupendo tener la certeza de eso! Aunque esto no demuestre nada a los demás.
¡Ah, pero que da una alegría en el corazón que es demasiado, eso da!
Y esto no se explica, solo se siente. Es como la vida, no se explica, solo se vive…
Es como el amor, no se explica, solo se siente… Y quien ama, lo sabe.
Y quien siente, sabe que, cuando corazón habla a corazón, ya no hay más que decir.
En lo demás, Paz y Luz para ti.
(Respuesta a ((Aunque estos escritos sean contestación a la carta de un lector lleno de dudas e inquietudes existenciales (que leyó mi libro ‘Falando de Vida Após a Morte’ – Hablando de Vida Después de la Muerte - , publicado por la Editora Madras en 2004, quizás puedan ser útiles a otros, para reflexiones. Por eso los envío en abierto para todos)) Carta de un Lector) (*)
(Estos escritos van dedicados a los trabajadores espirituales, encarnados y desencarnados, de todas las líneas, que operan a favor del bien de la humanidad, cada uno a su manera, pero siempre en nombre de la Luz).
Wagner Borges – sujeto con cualidades y defectos, 47 años de encuadernación, padre de Helena y de María Luz, maestro de nada y discípulo de cosa alguna, contento solo por existir y saber que la vida continúa… Y por saber que espíritus son gente desencarnada, y la gente son espíritus encarnados, todos viviendo en la misma Fuente Inmanente: El Corazón del Gran Arquitecto del Universo, Señor de todas las vidas.
