Más con menos... Parte II
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 13/09/2011 13:00:04
por Nelson Sganzerla - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Pero cuál es el punto;
Ha llegado la hora del plan B; en caso de que no lo tengas, empieza a pensar: la ciudad grande, las grandes capitales ya no ofrecen calidad de vida, y por mejor que vivas, tendrás que desplazarte al trabajo, desde tu condominio cerrado con todas las medidas de “seguridad”, a excepción de aquellos que trabajan en casa (como me ocurre a mí); te enfrentarás en tu día a día a una vida congestionada por la mañana y por la noche, estarás a merced de todo tipo de contratiempos, como las inundaciones en verano. Entonces ¿qué es lo que te ata a vivir una vida atribulada? Sin tiempo para los hijos y para la familia…
¿El colegio de los niños? Si el pueblo no es minúsculo, hay escuelas tan buenas como las de las grandes ciudades y menos costosas todavía; dependiendo de tu trabajo, puedes montar un despacho en casa con la opción que te dan ADSL e Internet, y esporádicamente programarte para ir a la ciudad solo a reuniones importantes; lo digo porque la mayor parte de las reuniones las puedes solucionar desde casa, por teléfono.
Ha llegado la hora de pensar en calidad de vida para tu familia, lejos del consumo desenfrenado, lejos de las malas costumbres de la ciudad grande, donde las personas no se saludan aunque vivan en el mismo barrio y frecuenten el mismo supermercado; no es nada agradable comenzar el día luchando por una plaza de aparcamiento, por un hueco en las calles y avenidas, soportando los bocinazos de los maleducados delante de tu casa, sufriendo a los que aparcan en doble fila o en plazas reservadas para minusválidos, tolerando a quienes se saltan la cola, a los que no respetan el paso de peatones, a personas que atropellan a otras personas, el delito banalizado en cada cruce por conductores embriagados.
Esa es la ciudad grande, hecha por una superpoblación en busca de una vida que jamás tendrán, aunque crean que viven en el paraíso de todas las oportunidades. Si para el nativo ya no ofrece condiciones para cierta calidad de vida, no será diferente para el migrante, que ni un amigo tendrá, con quien contar en los momentos de aflicción.
Hace mucho las grandes ciudades eran graneros de oportunidades, pero ya las industrias se batieron en retirada, debido a los altos impuestos, a la interferencia de los sindicatos y de la mano de obra no cualificada; hoy quien prospera en las grandes ciudades es el que pertenece al sector servicios, el que se amarga a diario en un trabajo sin derecho a vacaciones ni fin de semana con la familia, y sufre las impertinencias y la mala educación de los nuevos ricos al otro lado de un mostrador.
Comienza a formarse un nuevo concepto de vida con calidad; la tendencia del hombre o de la humanidad, se quiera o no, es volver al principio, donde cada cual tendrá su importancia en la producción del alimento para su familia. Es la vuelta a la economía de subsistencia, ¿te acuerdas del huerto de nuestra abuela? Tenderá a volver, ya que muchos de nosotros no desearemos envenenar a la familia con agrotóxicos. La mayoría de los intermediarios ya no tendrá ocasión para lucrarse sin siquiera haber plantado una lechuga.
Esa es la filosofía del más con menos… Más calidad de vida, menos despilfarro, menos toxinas, menos alimentos industrializados, menos depresión, menos enfermedades de la ciudad grande, menos contaminación, menos violencia, menos carestía, menos pobreza en las esquinas de las grandes ciudades; no te iludas, la tecnología está ahí para servirnos, pero no cumplirá tal función si no sabemos usarla en favor de la humanidad, en favor del bienestar de los pueblos de este planeta.
Sí, habrá una limpieza, la verdad es que ya se está produciendo desde hace años, pero solo la ven quienes tienen ojos para ver; a mí no me corresponde mostrar lo que es claro, en el mundo entero, el fin de las oligarquías y de los feudos, la caída de las dictaduras, que durante años han esclavizado y subyugado a sus ciudadanos; están cayendo, y una a una caerán en corto espacio de tiempo. Los tiempos de la tiranía han llegado al fin.
Los señores que detentan el poder están viendo como se abre la cortina dejando al descubierto su podredumbre, a través de las denuncias de aquellos que han sido por ellos dominados y han visto su dignidad arrojada a los cerdos, y hoy han llegado a ser conscientes de ello. Que no se asombren, caerán uno a uno; esa es la ley del universo que aquí llamamos física (Acción y Reacción); por esa ley todos caerán, más temprano que tarde, y nada restará de esos señores, que sufrirán lo que hicieron sufrir a todos sus vasallos, a los cuales tenían subyugados.
Ha llegado la hora, no te ofusques con la condición de superioridad que tienes hoy frente a tu prójimo; si no haces nada por el otro también tú serás afectado; acumular sin repartir va contra la ley divina, y lo quieras o no, estás trabajando para un sistema que no es el tuyo; a cambio, ese sistema te recompensa con migajas, que te parecen suficientes para ser feliz, pero lo cierto es que tú desconoces lo que es la plena felicidad.
El sistema solo sirve a los poderosos, quienes a través del sudor de tu trabajo o de tu inteligencia construyen imperios de los cuales tú jamás formarás parte. Procura comprender esto, date cuenta de que todo está en ti, que todo viene de ti y procura decir basta a todo cuanto te avasalla como ser humano y como persona que eres… No permitas que te usen y que subestimen tu capacidad de pensar.
Hoy yo lo he comprendido, hoy estoy libre de las amarras que me sujetaban, he comprendido que no soy, no debo y no quiero ser prisionero de ningún sistema que me subyugue; he comprendido que todo lo que yo haga en esta vida aquí en el Planeta Tierra tiene un retorno, y la responsabilidad es mía y de nadie más; por eso soy libre para vivir y camino por donde mejor me parezca, sin tener que depender de ningún vampiro de mente de esos que hay por ahí.
Hoy entiendo que con mucho menos puedo disfrutar más de la vida, tanto en satisfacción como en felicidad, libertad y conciencia de mi papel aquí en la Tierra; hoy no necesito vivir en una gran ciudad, con centro comercial, mercado 24 horas, condominio cerrado con circuito interno de TV, ropa de marcas que se aprovechan del trabajo esclavo, y personas de cara ceñuda ¡que ni siquiera me dan los buenos días!
Soy consciente de que todavía somos pocos los que pensamos así; a fin de cuentas, el sistema que está ahí es seductor y apasionante, manda buscar todo lo que se necesita, cuando se tiene el vil metal para pagar; lo sé, soy consciente de ello, pero no hago de eso un fin, sino un medio… No te engañes, la felicidad no es tan cara.Hoy estoy descubriendo la verdadera libertad de poder contemplar el mar y la arena de la playa sabiendo que este es mi nuevo lugar, tal como lo fue un día el patio de mi casa en la gran ciudad, que hoy ya no reconozco; hoy me he armado de valor y he decidido poner en práctica mi plan B para tener el privilegio de tener más y de vivir más, con mucho menos…
Piensa en ello…
Nelson Sganzerla