Mediumnidad y prejuicio ¿cambiamos esto?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 22/03/2018 10:12:01
por Maria Silvia Orlovas - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Después de ver la película "Más Allá de la Vida", dirigida por el veterano Clint Eastwood, me puse a pensar por qué motivo se contempla la mediumnidad con tantos prejuicios. Incluso los propios médiums. Constantemente recibo personas para sesiones de regresión a vidas pasadas que dicen ser médiums, pero de alguna forma han bloqueado su percepción sutil, o porque no han encontrado un sitio adecuado para desarrollar su don y no han persistido en la búsqueda, o bien porque tienen miedo a lo que podrían ver; y con esto sienten que su vida está entrabada, saben que deberían estar viviendo otras cosas.
Quizá les falte coraje, quién sabe persistencia, o bien una forma correcta de enfrentarse a lo desconocido, porque he de estar de acuerdo en que, al principio, ver o sentir cosas que los demás no ven y no sienten, no es nada fácil. Muchas veces los padres, la familia, quitan al niño aún pequeño aquella espontaneidad natural, pues el diálogo, el amor, la aceptación y el saber escuchar son fundamentales para empezar a tratar de la cuestión. Y está claro además que hay casos clínicos envueltos en la mediumnidad, lo cual perturba la vida a mucha gente.
Puedo afirmar, con todo, que aunque difícil, el tratamiento es fundamental. En nuestro país hay miles de centros espíritas y grupos espiritualistas, pero no siempre las personas están abiertas o dispuestas a cambiar su vida. Y, en tratándose de llevar a cabo contactos espirituales, la vida nunca será la misma, pues hay una expansión de conciencia que obliga a los implicados a contemplar la vida de manera diferente.
Desgraciadamente el tabú es tan natural que incluso personas sensibles, con una mediumnidad controlada, tienen miedo a servirse de la propia intuición y se atienen a las reglas, intentan aplicarse en trabajos tradicionales para tener mayor seguridad, en fin, se escudan en normas para sentirse seguras. ¿Estarán equivocadas?
Considero que no, pues cada uno de nosotros tiene su forma de lidiar con los desafíos y la mediumnidad ciertamente muchas veces lo es, siendo que muchos casos mediúmnicos son bastante problemáticos, rodeados de perturbaciones, temores, obsesores; pero tratados correctamente pueden ser solucionados, transformados, liberando a los implicados.
Es preciso restar dramatismo a esas situaciones, alejar el miedo a lo desconocido y ver las cosas tal como de hecho son. El mal y la perturbación antes de estar en el otro están en nosotros mismos, en nuestras ideas, en la manera que tenemos de ver el mundo y en la reducida importancia que damos a la emoción, que es la puerta de entrada de la percepción mediúmnica. ¿Cuántos y cuántos casos de síndrome de pánico, por ejemplo, se dan en personas mediúmnicas, que no saben lidiar con aquello que sienten? ¿Cuántas noches mal dormidas podrían ser evitadas si los implicados trabajasen el sentimiento de perdón, comprendiendo que, si están envueltos en esa perturbación, es que de veras tienen algo que ver en el asunto?
Es preciso dar un paso más allá del perjuicio y aprender a lidiar con todas las facultades que Dios nos ha dado. Y para ello hemos de estudiar más, amar más, evolucionar en nuestras creencias, acceder a nuevos conocimientos y técnicas, hacer cursos, ayudar a los demás e intentar dialogar con las emociones.
Negar el mundo oculto no soluciona el caso y tampoco hace desaparecer los síntomas. La muerte y lo desconocido forman parte de la realidad humana, y las emociones y sentimientos son los canales que ligan espíritu y materia, lo aceptemos o no. Personalmente me parece mejor tratar de desarrollar el don de la mediumnidad.
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