¡Menos ego y más amor!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 06/02/2010 11:47:07
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El ego es la parte más superficial del individuo, la cual, modificada y hecha consciente, tiene por funciones la comprobación de la realidad y la aceptación, mediante selección y control de parte de los deseos y exigencias procedentes de los impulsos que emanan del individuo. El ego obedece al principio de realidad, o sea, a la necesidad de encontrar objetos que puedan satisfacer al id sin transgredir las exigencias del superego. Cuando el ego se somete al id, se vuelve inmoral y destructivo; al someterse al superego, enloquece de desesperación, pues vivirá en una insatisfacción insoportable; si no se somete al mundo será destruido por él.
Es importante registrar que la palabra ego, que significa “yo” y procede del latín, es encontrada en los diccionarios seguida de sus derivados, como el adjetivo egoísta, que es el individuo que solo se preocupa de satisfacer sus propios intereses. O egocentrismo, que es la tendencia a que todo se refiera a las propias perspectivas, tomadas como centro de todos los intereses. O bien egolatría, que es la adoración de sí mismo.
Osho, en “Más Allá de las Fronteras de la Mente”, registra que el “ego es un fenómeno social – él es la sociedad, no eres tú. Pero él te da un papel y una posición en la sociedad. Y si ya quedas satisfecho con él, perderás la oportunidad de encontrar el yo”. Y sigue su razonamiento: “La sociedad está interesada en sí misma, y es así como debe ser. Ella no está interesada en el hecho de que tú deberías convertirte en un conocedor de ti mismo. Le interesa que te conviertas en una pieza eficiente en el mecanismo de la sociedad...”.
El movimiento hippie, que marcó la década de los 60 con la predicación de valores como paz, amor y libertad, contrario a los valores asociados a la violencia y a la competitividad del modelo capitalista, bien que intentó mostrar al mundo que otro mundo sería posible, o sea, un modelo alternativo de sociedad donde la afirmación del ego agresivo y competitivo dejaría de existir...
Quizá el ideal hippie haya fracasado debido al exagerado consumo de drogas, asociado a la concepción de amor libre sin medir las consecuencias del acto sexual como generador de responsabilidades en los casos de gravidez. Quizá...
Con todo, el gran mérito del movimiento hippie fue haber intentado la realización del sueño de una sociedad justa, igualitaria, libre, en la cual las relaciones de amor predominarían por encima de los egos, egoísmos, egocentrismos y egolatrías.
Y la meta buscada por los hippies de los años 60, la verdadera humildad, permanece desafiándonos en pleno siglo XXI. En ese sentido... en esa línea de raciocinio, Osho nos informa de que “existe dentro de nosotros un centro oculto, un centro que conllevamos durante muchas vidas. Ese centro es nuestro verdadero yo”. Y sobre aquello que buscamos en la filosofía o en la religión, Osho nos advierte de que “nadie puede intentar ser humilde y nadie puede crear la humildad mediante el propio esfuerzo. Cuando el ego ya no existe, una humildad viene hasta ti. Ella no es una creación, ella es una sombra de su verdadero centro: el alma”.
Un hecho asociado a la humildad traduce perfectamente lo que tenemos que aprender en relación a las influencias del ego en nuestras vidas... es lo que nos cuenta el autor: “Un faquir – un mendigo – estaba orando en una mezquita de madrugada, mientras todavía estaba oscuro. Era un religioso cualquiera para los musulmanes, y él oraba y decía: “Yo no soy nadie, yo soy el más pobre de los pobres, el mayor pecador entre los pecadores”. De pronto había más de una persona orando. Era el emperador de aquel país, y él no había percibido que había alguien más allí orando – estaba oscuro y el emperador también estaba diciendo: “Yo soy tan solo un vacío, un mendigo a tu puerta”. Cuando oyó que alguien más estaba diciendo lo mismo, el emperador dijo: “¡Alto! ¿Quién es ese que está intentando superarme? ¿Quién eres tú? ¿Cómo osas decir delante del emperador que tú no eres nadie, cuando él está diciendo que no es nadie?”
El tercer milenio está ahí, viene a anunciar la Era de la Sensibilidad, que rescataría de una forma perfeccionada los valores predicados por los hippies. Época en que la paz y el amor solidario y abarcador, serían los cimientos de una sociedad que tendría por objetivo, por encima de los egos, el bien común y la verdadera humildad. Por tanto, la anunciada Era de la Sensibilidad comenzaría con menos egos y más amor en las relaciones interpersonales... hasta el momento en que el ego sería, definitivamente, sustituido por el yo verdadero que identificaría e integraría el individuo con el universo a través de la expansión de su conciencia.
La metáfora del árbol, registrada por Osho, retrata lo que deberá ocurrir en los próximos siglos en relación con el proceso de sustitución del ego como centro orientador del “principio de realidad”.
“El árbol no está haciendo nada – tan solo una brisa, una situación, y la hoja seca simplemente cae. El árbol ni siquiera percibe que la hoja seca ha caído. Ésta no hace ruido alguno, anuncio alguno – nada. La hoja seca simplemente cae y se desmorona en el suelo, solo eso. Cuando hayas madurado a través de la comprensión, de la consciencia, y hayas sentido con totalidad que el ego es la causa de toda tu infelicidad, un día tú simplemente ves la hoja seca cayendo. Ella se deposita en el suelo y muere por sí misma. Tú no has hecho nada, por tanto no puedes afirmar que la has dejado caer. Simplemente ves que ha desaparecido, y entonces el verdadero centro surge. Y este centro verdadero es el alma, el yo, el Dios, la verdad, o como lo quieras llamar”.
Psicoterapeuta Interdimensional
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