MERECEMOS SER FELICES... PERO ¿SABES TÚ QUÉ HACER PARA CAMBIAR TU VIDA?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 22/10/2011 10:07:28
por Bruno J. Gimenes - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Aumento de la conciencia, elevación moral, auto-ayuda, auto-conocimiento, despertar, evolución espiritual o desarrollo de la espiritualidad. Estos son algunos de los diversos nombres utilizados para indicar ese proceso de búsqueda que tiene todo ser humano, en algún momento, en algún lugar, durante el período de su vida.
A menudo surge un vacío en el pecho, una tristeza, mucha ansiedad, miedos, inseguridades, que pueden ocasionar sufrimientos e incluso enfermedades. Esos son momentos que ocurren en la vida de cualquier ser humano; en otras palabras, le pasan a cualquiera de nosotros, los que vivimos la vida moderna.
Y bien, ¿qué hacer cuando aparecen las dificultades y los sufrimientos normales? ¿Dónde encontrar consuelo, un camino y la ayuda para superar los problemas, cada vez más presentes en nuestra vida?
La respuesta es sencilla: ¡dentro de nosotros mismos!
¡Sí! Hemos de aprender a reconocer que las respuestas a nuestros anhelos están dentro de nosotros mismos, aunque, cuando miramos a nuestro “Yo Interior” lo que vemos es la agitación mental, la falta de fe y la falta de conciencia acerca de quiénes realmente somos.
Para cambiar ese escenario, que nos inclina hacia la enfermedad y a una calidad de vida afectada por innumerables aspectos, hemos de aprender a alimentar en nosotros mismos una fuerza, un camino que es manantial de luz dentro de nosotros.
Definitivamente, tenemos que aprender a encontrar los caminos por nosotros mismos, sin trasladar jamás a terceros la tarea de la conquista de nuestro bienestar. Somos los responsables por nuestra felicidad, lo mismo que somos responsables por nuestros sufrimientos.
En el momento actual de la humanidad, nos envuelve una lluvia de informaciones y conocimientos nunca antes imaginada, que hace posible que, incluso llenos de inseguridades y agitaciones, tengamos innumerables caminos para revertir ese proceso y, consiguientemente, empezar a recorrer un sendero en que la buena calidad de vida esté siempre presente.
Hay que aprender a silenciar la mente y a conectarnos con Dios – sea el que fuere – de un modo sano y sincero.
Hay que aprender a encontrar minutos de pausa en nuestro día a día, al objeto de respirar mejor, de pensar acerca de nuestra misión en la Tierra, de nuestra evolución como individuos. Hay que aprender a conquistar la capacidad de ser dueños de nuestra felicidad, lo cual es perfectamente posible.
Estamos aturdidos por el universo de informaciones, conocimientos, tecnologías, ruidos y perturbaciones del medio en que vivimos, y así ya no se puede permanecer de brazos cruzados, esperando el día en que el dolor, el estrés y el sufrimiento se hagan insoportables, para entonces pensar sobre esa cuestión. ¡Ahora es el momento!
Busquemos calidad de vida. Llamémosla evolución espiritual, auto-conocimiento, despertar de la conciencia o el nombre que sea, pero empecemos inmediatamente a dar más importancia a nosotros mismos.
¿Cómo?
Encontrando minutos de silencio, respirando mejor, leyendo un poco, perdonando más, amando más, haciendo pausas para que nuestra alma respire también. Debemos dar atención a las cuestiones que alimentan nuestro ser, también debemos cuidar bien de lo que alimenta nuestro cuerpo. Practicando la amabilidad, la oración, la amistad, venciendo nuestro orgullo y nuestra falta de fe, ciertamente ya daremos significativos pasos hacia un cambio positivo.
Hemos nacido para ser felices y por eso necesitamos serlo, pero no es posible cargar esa responsabilidad en nadie más que en nosotros.
