Mirar hacia arriba... y a los lados
por Sergio Scabia em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:54
Traducción de Teresa - [email protected]
Soy un ser privilegiado, ciertamente. Aunque conviva con obvias limitaciones, finalmente vivo feliz, pues respiro el auto-conocimiento, estoy inmerso en la búsqueda de la verdad y recorro el camino de la espiritualidad las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Y eso no tiene precio.
Y cada día, siempre de mente serena y corazón abierto, nuevas informaciones y experiencias pasan a formar parte de mi equipaje, reforzando aún más mi fe, perseverancia y determinación de seguir adelante.
Ya no es preciso viajar para encontrar fuera, a veces lejos, aquello que desde siempre llevo conmigo en mi interior, lo que habita permanentemente en mí, siempre actualizado y a mi disposición, y al cual tengo acceso cuando es preciso, bastando tan solo silenciar mi mente.
Sí, aún lucho bastante para lograr mantener este estado de armonía, para no perder la conexión con la Fuente, con el Todo, pues los ruidos del ambiente son fuertes y omnipresentes.
Sé que es fácil sucumbir a los infinitos llamamientos del mundo material que nos rodea, implacable, sin respeto, sin ética, sin amor... el mundo efímero de las ilusiones no libra a los débiles de espíritu, los indiferentes que ignoran las leyes de la vida, los que prefieren formar parte de la manada en vez de asumir su unicidad, su poder innato, el rumbo de su propia vida, convirtiéndose en candidatos a enfermedades del alma, del cuerpo, y a una vida chata, estereotipada y sin sentido.
Ya es mucha hora de que NOSOTROS hagamos algo para cambiar esta situación.
Respeto su libre albedrío a todo el mundo, claro, pero sé que hemos de llegar con sensibilidad también al corazón de esos seres y encaminarles amor incondicional y vibración de bienaventuranza, permitiendo así que la Luz penetre hondamente en su alma, todos ellos como hermanos en esta andadura.
Tú y yo ciertamente ya hemos sufrido tanto como ellos o más, hasta que las sincronías, circunstancias preciosas de la vida nos han llevado, por el amor o por el dolor, a salir del cascarón e iniciar una jornada de auto-descubrimiento, de toma de conciencia y de infinitas recompensas sutiles.
Sí, este es una vez más un llamamiento, una petición a los lectores del Boletín para que cada uno se haga, si no está ya en tal condición, un misionero, un punto de Luz pura, a fin de mejorar el entorno con su presencia firme, consciente, suave y divina. Cada uno con su manera peculiar de ser, usando sus instrumentos únicos y su intuición para transformar su hogar, su ambiente de trabajo o de esparcimiento en un templo espléndido de belleza y paz, un lugar de inmensa alegría.
Hay personas que, aún muy enganchadas en la racionalidad, en la inflexibilidad, en el fundamentalismo religioso, sabotearán nuestra acción, pero quien está en la Luz no teme a la oscuridad ni a la sombra, y las semillas plantadas germinarán a su debido tiempo. Confía en ti mismo y en la Fuente; la transformación llegará, y será para siempre.
Sin vuelta atrás.
Los tiempos están más y más propicios para la acción.
El corrompido y manipulador sistema material que aún nos gobierna, da amplias señales de debilidad, de incapacidad - o de total falta de interés - para lidiar con las cuestiones básicas de la humanidad y cada vez más nos damos cuenta de la inmensa podredumbre, ignorancia y primariedad que forman parte esencial de la personalidad de quienes gobiernan el mundo. Sí, somos regidos por seres sin ideales, sin carácter, de alma pequeña y ego gigantesco. Poco o nada bueno para la humanidad o el planeta Tierra brotará de tales individuos que por encima de todo sitúan los fríos números, poniendo a la economía como principal indicador para evaluar un país, aunque se éste se halle destrozado en ética, educación, salud, seguridad pública, distribución de la renta u otros aspectos determinantes.
En cambio, mucho se está haciendo en el mundo entero, aunque no interese a los medios de comunicación el divulgarlo. Muy pronto debemos llegar a una masa crítica de formadores de opinión, libres de condicionamientos y con la conciencia expandida, de modo a producir y ensanchar el campo energético positivo y la vibración de Luz de la Tierra. Nuestro poder es fabuloso... somos seres de Luz, que llevamos a la Divinidad en nuestro pecho. Podemos co-crear, moldear la realidad en nuestro entorno, transformar sombra en Luz, fealdad en belleza, tristeza en felicidad, depresión en servicio al Todo.
Todo es posible cuando entramos en sintonía con la fuente y la clareza de nuestro pensamiento, la persistencia y el foco en nuestras actitudes orientan nuestro día a día, nuestra misión de vida.
¿Cuántas y cuántas existencias no habremos ya cruzado en nuestra andanza cósmica, cuántas valiosas experiencias no habremos llevado a cabo hasta el momento, para encontrarnos tan abiertos y conscientes?
Se hace mucha hora de aunar fuerzas, de aumentar nuestro radio de acción. En lo que a mí respecta, no desistiré nunca de ser yo mismo, fiel hasta el final a mi esencia y a la misión que he aceptado al encarnarme; en el tiempo de vida que me resta pretendo hacer lo máximo, lo mejor que puedo para pasar adelante el mensaje, auxiliar a "despertar" a tantas personas como me sea posible, y de todas las formas, a socorrer a quien sea preciso, a ser un instrumento de la gloria del Creador, del Universo.
Se acerca la Navidad, tiempo de acordarnos de nuestro Guía Mayor, de honrar su Presencia, de reflejarnos en el espejo de sus actos, de sus cualidades, que son la Humildad, la Sencillez, la Unidad y un Amor infinito - sobre todo - para con todos. Y me ha venido ahora la intuición de recordar que no estamos entrando solamente en una buena época para distribuir regalos. Es el tiempo de emplear a cada momento la más bella forma de Amor: el Perdón, para con todos nuestros compañeros de viaje, ya sean de la familia carnal o de la familia espiritual.
¡Sé Bienaventurado y feliz!
Doy las gracias aquí a los queridos y pacientes Guías y además a toda la pandilla que permite que este Sitio exista: Rodolfo, Sandra, Teresa, Marcos, Anderson, Ian, Lidiane... ¡ y Tú! Quedo profundamente agradecido a Marcio de Kallipolis por su presencia en mi vida.