NAVIDAD DEL NIÑO LUZ
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:14
Márian - Marta Magalhães - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
En diciembre se puede percibir cierto alboroto en el aire...
Personas que corren de aquí para allí.
diciendo que el tiempo parece volar.
En la mente, muchas cosas que hacer.
Y en el corazón, una alegría que se debate.
Pero allá en lo más hondo sabemos el por qué,
pues desde muy pequeñitos hemos oído contar aquel cuento de un precioso niño.
Que nació muy pobrecito.
Un niño estrella que ha venido a brillar para siempre iluminando nuestro camino.
El niño Paz,
El niño Amor,
El niño Luz, Jesús.
Jesús, la estrella anunciada, brilla en los corazones desde hace más de dos mil años.
Este niño que un día se hizo hombre tenía un sueño, el sueño de despertar a la humanidad para el milagro de la VIDA. Quería enseñarnos que la felicidad está bastante más cerca de lo que podemos imaginar. Él vino a decirnos que somos dioses, señores de nuestras decisiones y capaces de liberarnos de los grilletes de la ignorancia. Y Él nos trajo la clave para ello, Él vino a enseñarnos cómo AMAR, y terminó su misión de una forma inusitada, ofreciendo su propia vida para que sus palabras de VERDAD permaneciesen fluyendo por lo eterno por medio del viento del espíritu, penetrando en los corazones de todos los buscadores de la Luz.
Él nos reveló que el AMOR se ejerce siempre con compasión, misericordia y verdad. Él dio ejemplo de ello, conviviendo con personas de todas clases y tratando a todos con igualdad y comprensión.
Jesús era dulce pero firme, indicaba el camino a seguir sin tratar de convencer a nadie. Su presencia significativa y suave era suficiente para modificar toda vibración a su alrededor. La VERDAD era su arma frente a los hipócritas, Él no medía las palabras para expresar su indignación ante la mentira, la cobardía y la injusticia. Al mismo tiempo nos enseñó que perdonar y poner la otra mejilla es la forma más sublime de rendir el espíritu.
En realidad Él era un ser humano como cada uno de nosotros, pero con algo no común a la mayoría: él no tenía duda alguna sobre su origen, sino que sabía y creía, tenía la fe inquebrantable de que Dios y Él eran UNO SOLO.
Este SER iluminado por la Luz astral es mi Maestro desde que yo era pequeño, pero fue durante mi adolescencia cuando pude conocerle mejor. Fue en esta época cuando conocí los Evangelios y éstos me revelaron a Jesús el hijo del hombre. Entonces me encanté con Él, con sus palabras, con su Ser. Conocí a un hombre íntegro y altruista, compasivo y tolerante, humilde, pero dueño de su divinidad. Un hermano, un amigo, un Maestro.
Entonces, aunque decepcionada al ver que la mayoría de la gente iba en dirección contraria a su declaración de AMOR, y que el mundo estaba lleno de egoísmo, envidia, rivalidad, prejuicios, guerras, miseria y hambre, yo aún albergaba la expectativa de ver el gran cambio que Él decía que iba a suceder.
Jesús ya hablaba sobre eso en su tiempo, y llenó nuestros corazones de esperanza al decir que llegaríamos ver un mundo de paz y unión si nos amásemos los unos a los otros verdaderamente. Él afirmaba que cuando el Espíritu de Verdad llegase hasta nosotros conoceríamos la VERDAD, el AMOR sublime. Una vez, Él dijo: ¡Levantad los ojos y mirad los campos, pues están blancos y listos para la cosecha!
¡Sabemos que los tiempos han llegado, la hora ha llegado, el cambio está en puertas!
Por eso, cuando las campanas tocan anunciando la Navidad, sentimos toda la esperanza del mundo gritar dentro de nosotros. ¡Es tiempo de Amar, compartir, cantar a los cuatro vientos que Jesús ha nacido y para siempre estará en nuestros corazones brindando la Vida, agraciándonos con sus palabras de Amor y libertad!
¡Ven, preciosa criatura!
¡Eres el Maestro de los Maestros!
¡Gracias por premiarnos con tu Luz!
¡Ven, niño Jesús!
Márian
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