Niveles Mentales y EMDR
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 21/07/2010 12:10:55
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Traducción de Teresa - [email protected]
¿Cómo creer que estamos lúcidos y no alucinando cuando algo sobre nosotros mismos nos viene a la mente? ¿Cómo mantener contactos con nuestras profundidades y promover cambios o disfrutar contenidos difusos, con clareza y autonomía? En resumen, ¡¿cómo salir de posible sonambulismo crónico para despertar más, aún más lúcidos?! ¿Cómo salir de esa impotencia sobre nosotros mismos?
Nuestra mente tiene la facultad sensorial de la inteligencia, capta informaciones archivadas en las neuronas cerebrales por los demás sentidos nuestros.
Por la captación neuronal es posible obtener mensajes de lo que nos ocurre a nosotros mismos. Tenemos la capacidad de captar e imprimir múltiples tipos de información. Por manifestación de la voluntad podemos entrar en sintonía con nuestras conexiones cerebrales y traer a la consciencia la información allí almacenada. La gran cuestión consiste en cómo alcanzar ese intento.
Vamos a comprender cómo funcionan nuestros niveles mentales y de qué modo la EMDR puede ejercer influencia sobre el proceso de lucidez y ganancia de uno mismo:
La frecuencia BETA es el estado de vigilia en el cual llevamos a cabo actos comunes de nuestra vida tales como hablar y pensar. Ahí se vivencian los cinco sentidos físicos: tacto, gusto, olfato, vista y oído. En nuestro día a día cuando estamos despiertos, vigilantes, estamos en BETA. Para tu curiosidad, a ese nivel, los tiempos cerebrales varían entre 9 y 14 ciclos por segundo.
El nivel ALFA se establece cuando hay relajación. Podemos disfrutar de él de modo consciente o inconsciente. Podría ser una vertiente del estado alcanzado en la meditación, por ejemplo. En ese estado creamos, pensamos, deseamos y además programamos los sueños. Es un estado de sueño no profundo, en el cual no soñamos, es ese estado previo al sueño, donde aparecen oscilaciones de consciencia e inconsciencia. Los tiempos del cerebro varían entre 5 y 8 ciclos por segundo.
En el nivel TETA se requiere relajación profunda. Se alcanza cuando se duerme profundamente, cuando se sueña. En esta frecuencia se verifica el denominado sueño REM, también caracterizado por los movimientos rápidos de los ojos. Es cuando estamos procesando experiencias profundas y procurando resolver conflictos, donde trazamos experiencias de nuestros deseos y recursos. Espacio de auto-experimentación. En TETA los tiempos cerebrales son de entre 2 y 4 ciclos por segundo.
El nivel DELTA es la cota de la inconsciencia. Espacio de actuación del subconsciente. Se asemeja al estado de coma. La frecuencia de los tiempos cerebrales está en la franja de entre 0,1 y 1 ciclo por segundo.
Nuestra mente está en permanente estado de concentración alternada y la atención es fluctuante. Nuestros estados de consciencia varían ininterrumpidamente sin darnos cuenta de ello. Por ejemplo, si enfocamos la atención en la solución de conflictos específicos, ya sean en lo emocional, en cuestiones de trabajo, o de algún otro tipo, a todo momento estaremos captando informaciones de las diversas variaciones de frecuencias cerebrales que se nos ofrecen.
Recibimos ideas más intuitivas dependiendo de la frecuencia de los tiempos cerebrales en que estamos en ese momento y el cerebro varía esa frecuencia según nuestras necesidades.
Es posible que estés objetando que no es exactamente así, que a veces estamos horas y horas buscando solución para un problema y no conseguimos absolutamente nada. A algunos las respuestas les llegan por sueños o durante un baño, por ejemplo, cuando la mente se calma…
La gran cuestión es que, por lo que hemos aprendido, por las demandas del día a día, por las creencias y temores personales, acabamos muy distantes de entrar en contacto con nuestros propios recursos. Que tienen reales posibilidades y capacidades para la solución de los problemas. De cualquier orden que éstos sean.
¿Cómo entra la EMDR en todo esto?
Este increíble descubrimiento de la Dra. Francine Shapiro ha revolucionado nuestras puertas de acceso cerebral y, por consiguiente, a la solución de conflictos.
Abordaje éste de protocolo altamente riguroso y eficiente añadido al movimiento bilateral que, de algún modo, reproduce en la persona el estado de sueño REM, si bien con la persona despierta y sin hipnotizar. Se accede a los beneficios de las modificaciones en las frecuencias cerebrales y se consigue resolver prácticamente cualquier cuestión que se plantee. Se viaja por los significados interiores en una lógica no racional de la mente consciente y sí en la lógica matriz juntamente con asociaciones simbólicas, no en la que elabora la mente. Se observa cómo se presentan los eventos hasta que en determinado momento se reprocesan experiencias de vida, bajo un prisma totalmente diferenciado.
En este camino, los hemisferios cerebrales se intercomunican, varios segmentos de nuestro cerebro se procesan, desde el cerebro que solo entiende la experiencia por la supervivencia, hasta el que solo entiende por la vía sentimental/afectiva e incluso el cerebro que piensa sobre todo, reprocesan la cuestión que ha de trabajarse, en una danza en que la participación conjunta de esos aspectos se produce debido al objetivo/comando que tenemos de intención de solucionar los conflictos. Con las herramientas de la EMDR todo se va organizando hasta que se llega un punto de alta lucidez y perturbación cero en relación a la situación de conflicto.
Observación: Quienes tengan interés en saber más sobre EMDR pueden buscar más artículos míos en este Sitio o en Google.