No alimentes las culpas del pasado
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 30/08/2012 12:18:39
por Bernardino Nilton Nascimento - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Cuando logramos comprender, cuando tenemos conciencia de quiénes realmente somos, cuando nuestras actitudes empiezan a ser impulsadas por nuestros propios pensamientos, nuestro mayor deseo pasa a ser encontrar un medio fácil y eficiente para sustituir los malos pensamientos por una postura más grata, que nos aporte equilibrio y alegría de vivir.
Los reflejos de nuestros actos y pensamientos pasados no deben ser mantenidos vivos en el presente. Hay que sustituir los momentos malos del pasado y procurar vivir el momento con alegría, con pensamientos positivos. Debemos disfrutar de una vida enfocada siempre en el ahora, pues somos infinitamente capaces de modificar cualquier situación. Para verificar tal evolución solo hay que comprender qué representábamos en la era primitiva y qué representamos hoy para el mundo.
El Creador sabe cuán capaces somos de modificar situaciones desfavorables transformándolas, pues Él sabe que ha dejado dentro de nosotros una caja de herramientas fundamental, de que puede echarse mano cuando hace falta cambiar toda nuestra decoración interior, de la tristeza para una vida de alegría. Entre tantas herramientas, dos de ellas se destacan por su gran poder para modificar rápidamente cualquier situación: “la fe y el amor”.
Podemos poner fe en cualquier creencia, y todo se transformará conforme a nuestros deseos. En cuanto al amor, basta dejar que se desarrolle dentro de nosotros y él se transportará a nuestro exterior, promoviendo varios cambios en favor nuestro. Sin embargo, esas dos grandes herramientas solo pueden utilizarse en el presente.
¿Cómo debemos liberarnos de los miedos del pasado? Es sencillo. Lo pasado, pasado está. Debemos verificar cómo nuestros sentimientos están posicionados en el presente. La mejor manera de enfrentarnos al miedo es encararlo y enfrentarlo.
Antes del amanecer, a menudo la noche se presenta triste, llena de dudas y desánimo. Debemos combatir todo eso con la fuerza de nuestra fe siempre inquebrantable. Es preciso no dejar espacios en nuestra mente para el miedo del pasado. Debemos seguir adelante. Todo pasa, y si algo de antes vuelve a atormentarnos, se debe a que lo permitimos.
Hemos de tener el conocimiento, aunque pequeño, del mundo, de la doctrina oculta que constituimos. Somos un fragmento del Espíritu Divino, que nos regala la fuerza del amor interior y nos permite tener fe en nosotros mismos y en el Creador. Nuestro momento presente debe ser la fuerza de nuestra razón. Debe permitirnos elegir lo mejor para nuestra vida, con toda libertad.
Nuestros pensamientos, que son consecuencia de nuestra memoria, deben estar listos para bombardearnos con buenas emociones y reacciones.
Una petición ha de hacerse con un sentimiento profundo de calma y con tranquilidad absoluta. Siendo así, es seguro que seremos atendidos, pues la certidumbre proveniente del corazón con toda la fe hará que el viento del universo sople a nuestro favor, conforme a nuestros deseos.
Aunque para que ese viento sople con toda la fuerza es preciso que dejemos el pasado en su debido lugar.
Podemos buscar en la Biblia la historia de Jacob, quien pasó una noche entera peleando con el ángel para que lo bendijese y no lo dejó mientras no fue atendido, comprobando al amanecer que su petición se había cumplido.
Así es igualmente cuando pretendemos obtener algo con toda la voluntad proveniente de lo más hondo del corazón. Nunca abandones tu súplica mientras no tengas señales de que ha sido aceptada. Siente como el viento empieza a soplar a tu favor. Incluso después de los signos del éxito pueden aparecer algunos obstáculos, pero éstos serán señales de advertencia, comunicando que cada cual también ha de hacer su parte. Los obstáculos son estímulos. Ellos nos permiten profundizar en nuestros estudios, en nuestros deseos. El viento divino sopla cada día más fuerte con cada prueba de nuestra fe y de nuestro deseo cabal de realización de nuestros sueños.
Una de las señales es el sentimiento de absoluta calma, aun sabiendo que la tormenta no ha pasado todavía, y la visualización clara de posibilidades para la solución de problemas hasta entonces insolubles. Esas señales nos hacer ver cómo nuestros objetivos van siendo diseñados.
La vida es simplemente maravillosa, cada uno de nosotros tenemos el poder de realizar y modificar cualquier tipo de situación. El poder de la fe y la magia del amor hacen cosas aparentemente imposibles.
Entonces, no hay culpas del pasado en el presente. Lo que sí hay es un pasado que ha quedado atrás. Vivimos un presente con el deseo de un futuro siempre mejor y que deseamos realmente vivir. Dejemos de lado las culpas, y con actitudes de fe y de amor, mostremos a nosotros mismos y al mundo nuestra nueva vida, más alegre, con más placer, más amor al prójimo y a nosotros mismos, y más confianza en Dios.
BNN