No todo es personal
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 24/02/2012 16:50:02
por Maria Silvia Orlovas - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Hay algunas lecciones de la vida que me gustaría mucho haber aprendido cuando tenía 15 años. Saber que no todo lo que te dicen debe ser llevado al terreno personal es una de las grandes lecciones.
Cuánto tiempo pasamos sufriendo, desgastándonos por cosas que suceden, por fracasos, por malas palabras que oímos de otros, por haber recibido una crítica. Algunas cosas parecen tan significativas que, si no nos trabajamos, pueden perseguirnos por el resto de la vida, lo cual es ciertamente terrible. A veces esas situaciones se producen en la familia y otras en el ambiente profesional; pero sea donde fuere, seguir arrastrando ese fardo es muy perjudicial, y en algún momento es preciso despertar fuerzas internas para modificar nuestros registros.
Aun comprendiendo que muchas situaciones son kármicas, lecciones no aprendidas en vidas pasadas que vuelven a tumultuar nuestro camino, he aprendido que no todo hemos de llevarlo al terreno personal, ni mucho menos cargarlo en nuestra memoria o contenido emocional.
Me he dado cuenta de que no todo lo que nos sucede, o algunas situaciones a que nos enfrentamos, es personal. En general las personas reaccionan agresivamente porque se están enfrentando a un mal momento o porque son amargadas, o simplemente porque no tienen nada mejor que ofrecer. Y si no nos cuidamos, al convivir con esas criaturas vamos contaminándonos, ya defendiéndonos, ya disputando también, pero principalmente, dejando de mirar hacia nosotros mismos y de enfocar nuestra atención en nuestro propio camino. Cuando nos dejamos afectar por las críticas perdemos el foco de nuestra vida, mirando y preocupándonos por el otro.
Difícilmente una crítica es constructiva y, cuando esto sucede, puede ser que tú, ya lastimado, herido por otras situaciones que ya ocurrieron, acabes por no encaminarte en buena forma. Todo lo contrario, pues dentro de una manera de vivir llena de vicios conductuales, la posibilidad de saber lidiar con aquello que hacen o dicen los demás es bastante difícil.
Así, intenta mantenerte en la luz cuando percibas un ambiente muy crítico, pesado, tumultuado. Y analiza también por qué estás viviendo ese tipo de situaciones.
La educación demuestra elevación espiritual. Amabilidad atrae amabilidad, cariño, amor, también son atraídos por personas legítimamente amables, que tienen el coraje de mostrar un corazón dulce. Porque también de nada sirve sonreír e intentar ser delicado mientras tus emociones hierven de rabia. Porque eso es falsedad y los demás se dan cuenta cuando no decimos la verdad.
Es preciso ser políticos en las relaciones, porque no todo es para decir, pero también hemos de procurar ser auténticos, y no guardarnos lo que pensamos, por temor a las reacciones ajenas. Recordando que para ser manso, bondadoso, será preciso un incansable entrenamiento, a fin de contemplar al otro, ponerse en el lugar del otro, y a menudo pasar por alto lo que no conviene.
Olvidar es una gran virtud. Pero ¿por qué nos fijamos en el mal, cuando todos tenemos cosas buenas para mirar?
Personas negativas, tristezas, estrés, siempre aparecerán en nuestra vida.
Críticas, errores, forman parte del caminar y de nuestro perfeccionamiento. Si tenemos la suficiente autoestima como para oír las críticas y aprovechar las percepciones positivas para nuestro perfeccionamiento, ciertamente no hará falta defendernos tanto de aquellos que no nos respetan o comprenden. Y para eso sirve la vida espiritual, para darnos equilibrio suficiente a fin de practicar la ecuanimidad y la tolerancia en nuestras relaciones. La espiritualidad nos permite ser dueños de nuestro destino y amos de las situaciones.
