Nuestros Límites
por Graziella Marraccini em STUM WORLDAtualizado em 21/11/2008 14:26:20
Traducción de Teresa - [email protected]
Los seres humanos tenemos límites diferentes de los que poseen los animales. Quien tiene un perro o un gato en casa ya se ha dado cuenta de que el primero tiene un olfato privilegiado y que el segundo tiene un oído privilegiado. Esto se debe principalmente a que a lo largo de la evolución de la vida sobre la Tierra, cada especie ha desarrollado las peculiaridades necesarias para su supervivencia. Los seres humanos parecen tener algunos dones más que muchos animales, pero son limitados en su habilidad de ver y percibir la energía a nivel físico, y por esa razón son limitados también en su capacidad de absorber enteramente esas mismas energías. Para que podamos sentirnos ‘colmados’ por una determinada energía, es preciso poder entrar en sintonía con ella, aun sin verla o sentirla con nuestros órganos físicos. ¡Todo lo que deseamos puede encontrarse muy cerca de nosotros, justamente a nuestro lado, sólo que no lo percibimos!
Nuestros cinco sentidos evitan que percibamos la realidad y toda su complejidad. Solamente algunos seres dotados de poderes extra-sensoriales son capaces de percibir ‘más allá de la materia’. Nuestros cinco sentidos funcionan como un filtro y nos permiten un retrato muy limitado de lo que es la realidad de la vida. Hasta la ciencia médica nos enseña que la humanidad utiliza solamente el 4% de la capacidad del cerebro; siendo así, ¿qué hacemos con el 96% restante? Y ¿cómo hacer para tomar decisiones importantes en la vida cuando somos limitados y vislumbramos solamente una porción microscópica de la realidad? Uno de los grandes maestros cabalistas enseñó que los seres humanos normalmente perciben las cosas por su opuesto. O sea, empleamos la comparación. Pondré un ejemplo: considera a una persona que hubiese vivido en completo aislamiento desde que nació. Entonces, coloca frente a esa persona un bebé humano y un corderito recién nacido. Ella verá que el bebé humano no consigue alimentarse solo, no logra levantarse y mucho menos andar por ahí. ¡Después verá al corderito que luego de nacer se levanta, va hasta la ubre de la madre y logra mamar solito! ¡Y si de pronto se inicia un fuego al lado de ambos, solamente el corderito logrará escapar! ¿A qué conclusión llegará esa persona? Que el corderito es muy superior al ser humano, ya que nace con tamaña potencialidad, ¿no es cierto? En esencia, el bebé recién nacido es el más desprotegido, pues sus cinco sentidos están menos desarrollados. No obstante, al crecer, el bebé se vuelve cada día más experto y el corderito permanecerá con aquel potencial inicial, ya innato, que le fue ofrecido por el instinto de supervivencia de su propia raza. El ser humano podrá aprender y desarrollarse mucho mejor, a medida que aprenda a servirse de sus herramientas iniciales (sus cinco sentidos) y de sus herramientas cognitivas y materiales.
La astrología nos enseña que el perfeccionamiento de esos cinco sentidos tiene mucha relación con el planeta Mercurio, su posición en el mapa natal, sus aspectos con otros planetas (o sea, sus influencias) y también su marcha – directa o en retrogradación. La octava superior de Mercurio es el planeta Urano, en una vibración mucho más sutil. La ciencia nos explica que las razas poseen una característica hereditaria que se denomina ‘memoria de las células’, o sea, una especie de ADN de la especie. Por ejemplo: el gato ya nacerá maullando, corriendo tras los ratones o las miñosas, tendrá un oído desarrollado, (una especie de sexto sentido), huirá del perro y gustará de ronronear cuando se le mima. Esto es común a la especie y difiere muy poco dependiendo de la raza del felino: callejero o de raza, todos tienen esas cualidades comunes en mayor o menor grado.
Sin embargo, la ciencia sabe que el ADN no lo es todo y que los genes no controlan nuestra vida. La Epinergética (ciencia que significa “control sobre la genética”) modificó completamente (hace unos diez años), los conceptos de que el ADN tenía el completo control sobre el desarrollo de nuestras células. Los científicos en la última década han descubierto que “los patrones de ADN transmitidos a través de los genes no son definitivos, es decir, ¡los genes no comandan nuestro destino! ¡Las influencias ambientales como la nutrición, el estrés y las emociones pueden afectar a los genes, aunque no causen modificaciones en su estructura!”
(Extraído del libro “A Biología da Crença” (La Biología de la Creencia) del biólogo norteamericano Bruce H. Lipton).
¡Bruce, un científico, explica que “estamos hechos a imagen del Universo”! Demuestra, en su libro, que el Gran Universo/Dios influye en todas nuestras células ¡y que esas células “adoptan un determinado comportamiento cuando su cerebro (el de las células), la membrana, reacciona a las señales del ambiente”! Entonces, enemigos de la astrología, ¿no equivale esto a reconocer que nosotros, los seres humanos, inmersos en ese gran Universo de energía, también somos influenciados por el comportamiento del TODO? ¡Reaccionamos, al igual que lo hacen todos los organismos vivos, a las influencias energéticas que hacen moverse las galaxias con todos sus sistemas planetarios! ¿Equivaldría esto a decir que si estuviésemos conectados con el TODO podríamos sacar provecho de esa energía? Las indagaciones no terminan aquí y Bruce concluye: “Como somos máquinas de proteína, por definición estamos hechos a imagen del ambiente, ya se le llame Universo o, como muchos prefieren llamarle, el propio Dios”.
Y nosotros, ¿influenciamos también el TODO? Cuando no conseguimos sintonizarnos con el Todo acabamos modificándolo y entramos en completa desarmonía con el ambiente, ¡pudiendo incluso destruirlo! Es en este punto de autodestrucción donde está nuestra evolución en la Tierra. Esa es una amenaza verdadera y no tenemos más que dos opciones: cambiar o morir. Entonces, incluso en nuestra vida diaria, hemos de tener esto siempre en mente: o nos sintonizamos de forma armoniosa con el ambiente en que vivimos ¡o moriremos!
Me parece que esa conciencia ya se encuentra bastante difundida especialmente en los medios más espiritualizados; personas conscientes y deseosas de marcar la diferencia se movilizan en el mundo entero. No obstante, todavía me sorprendo con actitudes egoístas de personas ‘que se dicen inteligentes’ que insisten obstinadamente en no integrarse con el TODO. ¡Proceden como si no tuvieran nada que ver con el mundo y la sociedad en que viven y continúan en la agresión a los demás y al medioambiente, creyéndose, de alguna forma, inmunes a la destrucción que ellos mismos provocan!
¡Algunos aún se ríen en mi propia cara cuando les digo que soy ‘astróloga’ porque quiero comprender mi lugar en el universo! “¿Cómo – observan – una persona tan inteligente como tú, da crédito a esas tonterías?”La astrología, esa maravillosa herramienta de auto-conocimiento, no es más que una forma fácil para comprender de qué modo debemos armonizar nuestra vida, (nuestros actos, nuestras elecciones y reacciones) para poder entrar en sintonía con esa o aquella energía del momento cósmico que estamos viviendo.
El momento cósmico de nuestro nacimiento determina nuestra sintonía energética con el TODO.
Bien, queridos lectores, las indagaciones son muchas y no terminan aquí. Me gustaría recibir vuestras opiniones y continuar esta reflexión en los próximos artículos.
Esta semana, para abrir nuestra mente a una nueva dimensión de percepción, vamos a entrar en sintonía con la energía del Genio Mikael cuyo planeta correspondiente es Mercurio. Su salmo para oración es el 120.
¡Buena semana, en sintonía con el TODO!