Pacto Espiritual
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 22/03/2018 10:12:00
por Maria Silvia Orlovas - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Ya en la misma semana del estreno de la película "Nosso Lar" (Nuestro Hogar) fui al cine, y me puse muy feliz con lo que vi. Una película bien hecha, fiel a la trama, que transmitió su recado, tanto a personas que aún no conocen la vida espiritual como para quienes ya están desde hace años en esa andadura.
Durante la película fue cuando me acordé de algo muy importante, que a veces se olvida, cuando el tema es el karma: el pacto espiritual.
Cuando nos enfrentamos a una situación sabiendo que es algo kármico, enseguida deseamos cambiarlo, hacer que sea de otra forma, en fin, queremos dejar de sufrir. Y eso es muy saludable, porque de cualquier forma necesitamos crecer. Hemos venido a esta vida para rescatar cosas, arreglar relaciones, perdonar a otras personas y nada de eso es así de tranquilo y trivial. A veces, algo aparentemente natural conlleva mucha energía e, incluso sin querer, sufrimos por la cuestión.
Es muy fácil mirar la vida ajena y juzgar, pensar en soluciones, decirle al otro qué tiene que hacer, pero cuando se trata de nuestra vida, nos quedamos presos, a veces ciegos, sordos y mudos. Esa es la situación a que llamo kármica. Cuando todo parece conducir a un camino y simplemente no logramos seguir por él. Atravesar la barrera puede ser un gran salto, un verdadero alivio y no debemos dejar de intentarlo.
Esto ha quedado muy claro en la película, cuando uno de los personajes va a reencarnarse y los miembros de su familia espiritual comentan entre sí: "Ojalá consiga cumplir lo pactado".
Sí, amigo lector, todos tenemos nuestro pacto, cada uno de nosotros hizo sus acuerdos antes de esta encarnación. No somos víctimas de nuestro destino, ni de las personas. Somos lo que somos y las lecciones están en nuestro entorno, en la familia, en el trabajo, con los amigos, en cuestiones de salud.
Juzgar al mundo no trae consuelo alguno en esas horas críticas, en las cuales nuestro karma aprieta. Por cierto, es algo muy equivocado estar comparándonos con otras personas. Cada uno de nosotros tiene su mundo interior, sus sentimientos, emociones, forma de pensar. Cada uno de nosotros es un ser único, y, conscientemente o no, conectado al Padre. Hay una fuerza divina en nosotros, que nos impulsa a hacer lo mejor y a cumplir con lo pactado.
Encarnamos para rescatarnos, para evolucionar e, incluso en situaciones adversas, hemos de aceptar que esa es nuestra historia y cambiar, mejorar en lo que sea posible.
En esta misma semana he trabajado con algunos casos difíciles de soledad, de personas con enfermedades congénitas, cosas que solo el karma puede explicar. Y no había un caso mejor que el otro, ni una situación mejor que la otra. Cada una de las historias tristes se implicaba en un karma, un aprendizaje, cosas que se han dejado pendientes en vidas pasadas. Y, pensando en todo ello, me alegré al constatar que en muchas situaciones sin explicación, la terapia de Vidas Pasadas aporta gran consuelo. Me felicité por tener esa misión en mi vida, pues el camino de la mediumnidad no es fácil para nadie. Todo el tiempo estamos siendo probados en la fe, en el compromiso y en el amor. Y vencer nuestras sombras es una gran felicidad.
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