Palabras del Corazón
por Wilson Francisco em STUM WORLDAtualizado em 28/01/2008 14:26:10
por Wilson Francisco - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Yo suelo decir siempre que todos pueden ayudar, pues creo píamente en la condición divina del ser. Tú, que estás leyendo este artículo, eres un ser divino. Tienes tus debilidades, es cierto, tus dificultades, nada ves en el Universo, no siendo lo que te permiten tus ojos, y muchas veces, ni siquiera eso. Los obstáculos son tantos que la posibilidad de visión en tu cuerpo se hace pequeñita; te sientes empobrecida, la última de las criaturas. Y Dios está allá muy lejos, bendiciendo todo y a todos, sin embargo tú sufres y no vislumbras una luz al final del túnel. Pura equivocación. Aun en esa situación, o en otra cualquiera, tú también puedes ayudar a alguien. Ten la seguridad de esto, siempre hay un ser que necesita de ti; no de tu dinero, que ese puede andar escaso; ni de tus poderes curadores, que este talento todavía no ha surgido, pero puedes escuchar, hablar y escribir un recado.
Ahí viene Wilson nuevamente con esa historia de escribir cartitas a Dios. No, no es de eso de lo que voy a hablar hoy. El relato de hoy se refiere a una persona que me ha escrito, que consideraba no estar en condiciones para auxiliar a nadie. Yo le he dicho lo contrario. Que ella sí podía, y mucho.
“Recuerdo que Vd. me habló una vez acerca de que yo podía ayudar a muchas personas, con palabras de consuelo, llevando un poco de luz y entendimiento espiritual a quien sufre sin condiciones mayores de percepción. En aquella época, consideré que me decía aquello solamente para estimularme. Sin embargo, realmente, algunas personas ahora han acudido a mí para que yo les diga algo.”
Me permito aquí abrir un paréntesis, para decir que las informaciones y los toques que doy a través de los artículos o de los e-mails son realmente recados del alma. Esa amiga ahora cree en ello, ha tenido su experiencia personal.
Ella continúa: “el caso más conmovedor que me ha sucedido, fue el de una madre desesperada por la pérdida de su única hija, que ha muerto víctima de un mal súbito fulminante, hace casi dos años, en vísperas de los exámenes de selectividad para Medicina. Esa madre, psicóloga de formación, dio comienzo a su peregrinación en busca de lenitivos, de respuestas y contactos con su hija fallecida. Fue a un Centro Espírita y recibió el primer mensaje psicografiado. La niña dio señales claras de su “presencia” e identidad, con absoluta lucidez, demostraba estar muy bien. De ahí en adelante, ha habido varias cartitas. Se preocupaba por la madre, intentando ahorrarle mayores sufrimientos, diciendo palabras de cariño y apuntando muchas “certezas”, a fin de consolar a todos.
Con todo, pese al “privilegio” de las cartas del Más Allá, esa madre se consumía a ojos vistos, llegando al extremo de pasar un día entero apenas con un caramelito de menta... La Anorexia de mostraba devastadora, a cada día...
Ella acudió a mí, con tanta esperanza en la mirada desamparada, que era difícil contener la emoción...
Y pensé: ¿qué podría hacer yo para salvar a esa madre? Su vida estaba pendiente de un hilo... Después de algún tiempo, dejé un poco aparte mi trabajo y me puse a escribir en el computador, donde ya estaba desde hacía horas, diseñando... Me sorprendió el resultado, en pocos minutos tenía listo el texto que transformé en carta, mandándoselo a ella.
Confieso que recelaba que algo en su contenido pudiese causarle daños todavía mayores, no obstante, sentía un impulso involuntario de confianza y aguardé el resultado... Pasados unos tres días ella vino a mí, visiblemente transformada, con el ánimo renovado y un brillo inolvidable en la mirada... Me agradeció mucho, dijo que no conseguía dejar de leer el pliego, que cuanto más lo leía más belleza encontraba en todo lo que escribí...”
Pues bien, ahí está un acontecimiento nuevo, porque lo más común es que el mensaje llegado del Más Allá, impactante, cause transformación, porque al fin y al cabo es la propia criatura la que está allí transmitiendo un mensaje, aparte de los componentes místicos que envuelven la intervención de los Espíritus en el mundo físico, en reuniones espíritas. Tanto eso es verdad, que la gran misión de Chico Xavier en la Tierra ha sido precisamente la de intermediar entre los dos mundos, y traer a los seres queridos muertos para hablar con sus familiares, en un elocuente testimonio de que la vida continúa después de la muerte. Y, por increíble que pueda parecer, ni siquiera ese fenómeno extraordinario había podido servir de lenitivo para el corazón de la madre.
Y la amiga internauta sigue en su relato: “Wilson, estoy muy feliz. He sabido que ella ha recibido una invitación inesperada de la Secretaría de Salud Municipal, para asumir la dirección del sector de Psiquiatría; y aunque recelosa, ha decidido aceptar ese desafío... Hoy, pocos meses después, con 15 kilos más, de rostro sonriente, está desempeñando un lindo y muy reconocido trabajo, junto a miles de personas desequilibradas, que ha pasado a atender o a administrar en las rutinas de su trabajo; revelándose como una psicóloga creativa, dedicada y con muchos y muy gratificantes resultados...
En fin, su vida está salvada. Sé que he contribuido para ello de forma muy modesta, pues he servido de instrumento o cauce para una transformación de vida tan grandiosa...
He resuelto compartir con Vd. los resultados de esa aventura verdaderamente espiritual.
Y pensándolo mejor, Vd. verdaderamente tenía razón, puede ser un “camino” de luz, el comienzo de un “servicio” espiritual o de muchos otros, que aún podré llegar a descubrir. Lo curioso, y que también me ha motivado a abrirle a Vd. este texto, Sr. Wilson, es que por “coincidencia”, he encontrado rasgos muy semejantes de lo que había escrito, en algunos artículos de Vd. que he leído en la Web Somos Todos Um...”
Esa observación es importante, ella ha descubierto una “semejanza” de lo que escribo con su pensamiento y con todo lo que ha escrito para la madre y amiga desesperada.
Eso demuestra que las ideas, las poesías, todo está escrito en las estrellas, basta que tú te conviertas en cauce. Toma un lápiz, un bolígrafo, piensa en Dios, en el Universo, deja libre a tu alma para poder expresar lo que viene de dentro. Y verás. Las ideas surgen, sí, y pueden transformarse en bálsamo para alguien que sufre, o para ti mismo(a).