Para que entiendas cómo una relación puede ser una emboscada
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 07/02/2013 14:46:47
por Bruno J. Gimenes - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Hemos de tener mucho cuidado al desarrollar este tema, haciendo preferentemente una reflexión sincera sobre todos los aspectos que en él se contienen, porque cuando los conflictos surgen, una de las partes, o ambas, suelen fácilmente encontrar culpables sin antes analizar que siempre somos los responsables, tanto por el éxito como por el fracaso de una relación conyugal, a cualquier nivel.
Básicamente, desde el punto de vista de nuestra misión en la existencia humana, tenemos tres tareas que llevar a cabo:
1 – Purificar nuestras inferioridades: sanar el miedo, la ira, el pesimismo, la ansiedad, la tendencia a aislarse, a sentirse resentido, a deprimirse, la tendencia a la agresividad, entre otras muchas emociones negativas.
2 – Tratar de armonizarnos con espíritus antagonistas: en las relaciones está uno de nuestros mayores retos. Conseguir la armonía, perdonar, aceptar, tolerar, desarrollar la paciencia y el amor incondicional son los mayores desafíos que surgen en las relaciones, por tanto, se configuran como importante meta a alcanzar.
3 – Dar buen ejemplo: es de esperar que alguien que está sintonizado con su Yo superior y su esencia, tenga una tendencia natural a desarrollar actitudes que ayudan al prójimo, de las más diversas formas. Las actitudes de donación – en diversos aspectos de la existencia – y de compasión, surgen como consecuencia natural en las personas sintonizadas con su esencia.
Armonizar o sanar las relaciones es una de las principales misiones de la humanidad.
En una relación hallamos nuestras mayores afinidades, así como nuestros mayores desafíos. En una misma persona logramos encontrar aspectos de total afinidad e igualmente de falta de ella, por tanto, las personas, o mejor, las relaciones, siempre promueven grandes aprendizajes y cuando no los comprendemos y no evolucionamos, sufrimos.
Visto así con foco evolutivo, entendemos que la persona con quien nos relacionamos es la “perfecta”, en el contexto de la reforma interior, pues reúne las condiciones para hacer aflorar en nosotros – digo aflorar porque esos aspectos ya existen presentes en nuestra personalidad – los mejores y los peores sentimientos. Y ahí es donde está uno de los grandes retos: comprender que las personas con quienes nos relacionamos son nuestras profesoras, pues fácilmente consiguen – por medio de sus actitudes – hacer revelarse o aflorar nuestras inferioridades y, por eso, nos ponen en alerta respecto de aquello que efectivamente hemos venido a curar en esta existencia.
El desafío que más parece una emboscada
Desgraciadamente, esto no lo entendemos, por eso cuando en las relaciones surgen los conflictos tenemos la costumbre de echar la culpa de lo que sentimos a la otra persona, como si ella fuese la responsable por nuestros males: ¡gran error!
En ese momento caemos en la emboscada del egoísmo, pues sin darnos cuenta echamos al otro la culpa del sentimiento que nosotros tenemos. En otras palabras, huimos de nuestra responsabilidad, de mejorar nuestros sentimientos, y para justificar este comportamiento equivocado, nos parece más fácil encontrar culpables.
Vence este desafío
Comprende que, en cualquier tipo de relación, lo que la otra persona te hace sentir es un reflejo de ti mismo. Si te sientes enojado, ha sido el otro quien ha despertado este sentimiento, pero no quien lo ha construido. El enojo de este ejemplo está presente en tu personalidad, únicamente aguardando el momento en que, gracias a una acción externa, entrará en ebullición. Has de comprender que tú eres el responsable por lo que sientes. Entonces, trata de sanarte a ti mismo en vez de responsabilizar a los demás. ¡Procediendo así, vencerás los retos que presentan las relaciones y tendrás una vida mucho mejor!
Las otras personas son nuestro espejo
Permanece atento cuando surjan emociones de conflicto. Recuerda que ellas no han sido creadas por terceros, sino únicamente reveladas, pues ya existían dentro de ti. Nadie externamente crea en ti enojo, disgusto, miedo, irritación, intolerancia, sentimiento de carencia o acomodación. Esto es tarea que te incumbe exclusivamente a ti. De la misma forma, tú tienes total autonomía para eliminar lo que hayas creado, sólo hace falta conciencia, actitud enfocada en ese propósito y además un conjunto de comportamientos que marcarán la diferencia en tu vida.
Nunca dejes de hacer tu parte. ¡Cualquier negligencia te costará cara!
El secreto es poner el foco en tu reforma interior constante, jamás dejar de buscar tu evolución, tu mejora continua y la purificación de las emociones nocivas que pueden convertir tus relaciones (a todos los niveles) en “historias de terror”.