Para seguir adelante, mantente en movimiento
por Bel Cesar em STUM WORLDAtualizado em 16/09/2008 15:17:37
Traducción de Teresa - [email protected]
Esta noche he tenido un sueño muy curioso: estábamos reunidos en un gran grupo con Lama Gangchen en un congreso, y se nos avisó de que sucedería una catástrofe, como si estuviésemos ante el fin del mundo. Algunas personas empezaron a correr. Me acuerdo de estar parada frente a un televisor, escuchando a un hombre que decía: “vais a encontraros frente a un clon de vosotros mismos, pero no os asustéis, no son reales. En el momento en que entréis en ellos, ellos se disolverán.”
Desperté pensando en el miedo que surge cuando estamos ante ciertas tomas de decisión, que nos llevan a encarar de frente nuestra propia imagen y contestar con extremada honradez: “Al fin, ¿qué pienso de mí mismo?”
No sé qué contestar. Pero creo que eso puede ser una buena señal; ¡al fin y al cabo, cuando ya no sabemos qué decirnos a nosotros mismos, es que estamos a punto de conocernos nuevamente!
Es hora de reciclar nuestra auto-imagen, es decir, tener la libertad de dar una nueva oportunidad al reconocer nuestros cambios internos. “Antes yo pensaba así, ahora ya no.”
Cada vez que actualicemos la visión que tenemos de nosotros mismos, una fuerza renovadora surge para fortalecernos. Hay un cierto sabor de vida nueva. La imagen congelada sobre nosotros mismos ya empieza a derretirse. Tal como en el sueño, cuando entramos en nosotros mismos, la antigua percepción de nuestra auto-imagen empieza a disolverse.
Hoy temprano, un amigo querido con quien no hablaba desde hacía algún tiempo, me ha telefoneado. Al final de nuestra charla él me advirtió: “Vuelve a escribir”. Y yo contesté: “No sé, estoy sin inspiración.” Pero luego de colgar el teléfono, he pensado que este sueño podría ser un recomienzo para disolver el parálisis de mi creatividad.
Como fuente de inspiración, decidí hojear un libro que llevaba mucho tiempo parado en mi estante: Mujeres que corren con los lobos, de Clarissa Pinkola Estes. Enseguida encontré un fragmento sobre la historia del Patito Feo que me entusiasmó a escribir... Caso desees leerla en su integridad, está en la página 232 (Ed. Rocco). ¡Lo transcribo con la intención de descongelar la frialdad que sentimos cuando nuestra creatividad se queda congelada!
“Un ser humano congelado significa que está intencionadamente sin sentimientos, en especial para consigo mismo, pero también y a veces aún más para con los otros. Aunque ese sea un mecanismo de autoprotección, perjudica la psiquis-alma, porque el alma no reacciona al hielo, sino al calor. Una actitud gélida apagará el fuego creativo de la mujer. Inhibirá la función creativa”... “Cuando los escritores, por ejemplo, se sienten secos, áridos y sin vida, saben que la forma de volver a la fertilidad reside en escribir. Hay pintores que están ansiosos por pintar, pero se dicen a sí mismos, ‘deja eso. Tus cuadros salen extraños y feos’.”...
“Por tanto, ¿cuál es la solución? Haz como el patito. Sigue adelante, supéralo todo con la lucha. Toma luego la pluma, empieza a escribir y deja de refunfuñar. Escribe. Toma el pincel y, para variar, sé mala contigo misma: pinta. Bailarina, ponte la malla, átate lazos en el cabello, en la cintura o en los tobillos y dile al cuerpo que se mueva. Danza. Actriz, dramaturga, poeta, concertista o cualquier otra. En general, deja de hablar. No pronuncies ni una sola palabra más, a no ser que seas cantante. Enciérrate en una habitación con techo o en un claro del bosque bajo los cielos. Ejerce tu arte. Se sabe que lo que está en movimiento no se congela. Por eso, muévete. Sigue adelante.”
¡Agradezco a Clarissa por haberme mantenido en movimiento!
