¡Parisinos, orad por ellos!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 25/11/2015 09:06:09
Autor Wilson Francisco - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Dos días antes de que sucediese la trágica masacre en la ciudad de París, recibí una petición de apoyo espiritual para Juan. Él estaba hospitalizado y una bacteria desconocida afecta su cuerpo hasta ahora. Los médicos enviaron los análisis a Estados Unidos para obtener su parecer clínico.
Su mujer es católica y reza a los diversos santos, todos los días. Hice la sintonía y como de costumbre, me “vino a la mente”: Santa Genoveva. Los orienté: rezad y suplicad con devoción a esa Santa.
Selma preguntó: ¿por qué? No lo sé, respondí. Reza. Y permanecí con ella, a la expectativa de algo que aclarase esa intuición. Yo siempre hago así, “sobre lo que siento o sé”, informo. Y tengo siempre en mente que Dios, a veces, escribe derecho por renglones torcidos. Y en ese caso fue lo que sucedió.
Cuando estaba en casa y vi por la TV el ataque terrorista contra los parisinos, se hizo la luz. Era preciso que el Brasil y todo el planeta rezase con extremada fe, para proteger la ciudad de París. Y ¿cuál es la Santa que protege esa ciudad? Santa Genoveva. Era preciso en aquel instante un acto de coraje trascendente, divino. Y Dios me “habló”, aprovechando aquella situación, que envolvía a una esposa afligida, que reza y tiene fe. Esa energía Dios la necesitaba, para intervenir en aquel caso dramático.
Y otro detalle interesante, que pongo en esta historia, aparte de la petición que se me hizo y de mi prontitud en querer apoyar.
Hace cuarenta años conocí la vida de Jesus Gonçalves, un hombre cuya bravura social y espiritual me inspiró a crear la Sociedad Espírita Caravana da Fraternidade Jesus Gonçalves, que hasta hoy da apoyo a los enfermos del mal de Hansen de todo el Brasil.
¿Sabéis quién fue él en una vida pasada? Alarico, el rey bárbaro que invadió París. Santa Genoveva fue canonizada principalmente por lo que hizo en apoyo del pueblo parisino durante aquella trágica invasión.
En 2015 los protagonistas de aquella tragedia retornan. Santa Genoveva, para proteger París de nuevo. Alarico, ahora con el aspecto transfigurado, presentándose como Jesus Gonçalves, un Espíritu del Bien que me inspiró, por afinidad, a fin de que yo anunciase esa acción espiritual de apoyo.
¡Me siento emocionado y agradecido por protagonizar ese episodio y convoco al pueblo de todo el Planeta Tierra, para que junto con Santa Genoveva, podamos proteger París!
Santa Genoveva es la patrona de la ciudad de París, Francia.
Se le rinde homenaje cada 3 de enero. Genoveva nació en Nanterre, el año 422. Tenía 6 años de edad cuando fue consagrada a Dios por San Germán de Auxerre, con ocasión de un viaje que el santo hacía a Inglaterra.
Hasta los 30 años Genoveva llevó hábito religioso y se dedicaba a obras de caridad y a la penitencia. Su vida fue dedicada a Dios y a sus hijos. En París, por dos veces salvó a los franceses de la total destrucción; la primera durante una invasión de los hunos, comandada por Atila; y la segunda cuando el hambre, causado por la guerra, ya empezaba a ser fatal para la población.
Cuando de esta invasión Santa Genoveva intercedió junto al pueblo, que ya se preparaba para abandonar París, pidiéndoles que se quedasen y que orasen con fe y determinación, ayunando al lado de los parisinos. Atila renunció a atacar París y así Genoveva salvó la ciudad de la destrucción.
Santa Genoveva murió hacia el año 502, con más de ochenta años. Fue enterrada, por orden de Clóvis, en una basílica construida para recibir las sepulturas reales que, posteriormente, vino a llamarse Basílica de Santa Genoveva.
Actualmente su relicario está depositado en la Iglesia de Saint Étienne du Mont. También es invocada en las grandes calamidades y especialmente para obtener lluvia en tiempos de sequía.
Oración de Santa Genoveva:
Dios, nuestro Padre, por intercesión de Santa Genoveva, alejad de nosotros la peste, el hambre, las guerras. Que sepamos defender nuestra dignidad de ciudadanos libres y de hijos de Dios, que nos llamó a vivir en la paz y en la justicia, dejando de lado intereses mezquinos e individualistas. Danos, Señor, el coraje y la abnegación de Santa Genoveva, que supo practicar el Evangelio sirviendo a los hermanos, y que obtuvo en la oración fuerzas para debelar el peligro de la opresión y la desesperación del hambre. Jamás nos falte vuestra protección y auxilio en las dificultades por las que pasamos. Amén.
