Pasos de bebé
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 31/05/2014 11:27:36
Traducción de Teresa - [email protected]
por Tom Coelho - [email protected]
"Transportad un puñado de tierra todos los días y haréis una montaña".
(Confucio)
Muchas fueron las profesiones que he deseado ejercer. Del sueño pueril de convertirme en futbolista a la pretensión de, como astrónomo, poner la cabeza donde no raramente ella solía estar, o sea, en el mundo de la luna.
He acabado por seguir caminos más triviales, estudiando Economía y Comunicación Social. Pero un recóndito deseo recurrentemente me abraza: el de ser un científico, de aquellos estereotipados, con bata blanca, encerrado en un laboratorio, rodeado no de tubos de ensayo, sino de computadoras y máquinas de aceleración de partículas de toda especie.
Me explico. Cuando contabilizo al final del día el tiempo desperdiciado en desplazamientos, en el tránsito, autobús o metro, me pongo a imaginar la revolución que sería para la humanidad si se hiciese viable el tele-transporte cuántico, tal como fue preconizado por George Langelaan y reproducido en la película "La Mosca", vuelta a rodar en 1986 por el cineasta canadiense David Cronemberg.
Entonces, percibo que lo que busco es tiempo - su optimización, su mejor aprovechamiento.
Queremos el tiempo por entero, utilizado al límite. Y nos volvemos ansiosos. Pasamos a incentivar la cultura del "fast". El fast food de las comidas, el fast track de las decisiones, el fast love de las relaciones.
Esta ansiedad se manifiesta en nuestros actos cotidianos. Nos volvemos impacientes, queremos resultados inmediatos. Practicamos dos horas de ejercicio físico y enseguida pretendemos estar en forma. Y para toda la vida. Empezamos a leer un libro y ya nos gustaría saber cuál es su desenlace. Elaboramos una propuesta comercial y deseamos que el cliente nos responda con brevedad. Y de forma positiva.
En esta tonada, migramos hacia la angustia, invitando inconscientemente a la frustración, la tristeza y la melancolía a visitarnos. Iniciativas admirables se pierden por falta de constancia. Empezamos, pero no terminamos. Nos falta rematar.
APRENDER TAMBIÉN CON LAS MUJERES
Los bebés nada saben de ansiedad y angustia. Aún no han tenido ocasión de aprender estos conceptos, perdiendo así parcialmente su autenticidad. Hedonistas por naturaleza, viven el momento presente. Cuando descubren que es posible equilibrarse únicamente con las piernas, contemplando el mundo desde otra perspectiva, llegando a objetos antes inalcanzables al gatear, se dedican con gran empeño a practicar. Insisten, persisten, no desisten. Entre una caída y otra, la obstinación por el objetivo planteado. Y la certeza de la meta a cumplir: andar.
Pasos de bebé. Esta es la lección que debemos aprender. Con ellos y con sus madres. Porque las mujeres saben cómo dosificar la ponderación. Quizá los nueve meses de espera les hayan enseñado la virtud de la paciencia. Quizá los dolores del parto les hayan enseñado el poder de la resignación. Quizá la responsabilidad de amamantar en el silencio de la noche les haya enseñado el significado de la tolerancia.
Las relaciones más estables y los sentimientos más verdaderos son cultivados y conquistados. Son como una semilla que necesita agua para florecer y fructificar. Así son el respeto, la admiración y la confianza.
Pasos de bebé para cuidar la salud y paulatinamente reducir el tabaco, mejorar la alimentación y practicar actividades físicas.
Pasos de bebé para el auto-desarrollo, aprendiendo una nueva palabra en un nuevo idioma cada día, leyendo un capítulo de un libro cada noche, instruyéndose para instruir. Como diría Séneca: "Agrádate de aprender, porque te capacitará para enseñar".
Pasos de bebé en la vida profesional, ejecutando las tareas de costumbre, pero implementando gradualmente nuevos proyectos, compartiendo decisiones, promoviendo pequeños cambios reales que contemplen una planificación mayor y a más largo plazo.
Pasos de bebé para la vida personal y espiritual, porque el amor y la fe son aún más apreciables cuando son desarrollados en lugar de ser solamente impuestos, cuando son construidos en vez de meramente heredados y cuando son sentidos en vez de simplemente comprendidos.