Piedras que están en el camino o que colocamos en el camino
por Maria Isabel Carapinha em STUM WORLDAtualizado em 24/03/2010 12:20:30
Traducción de Teresa - [email protected]
La repetición de situaciones en nuestra vida, en muchos casos despierta curiosidad por su intensidad y proporción; ¡situaciones mal resueltas y sin un aprendizaje concreto vuelven a suceder y nos intrigan!
¿Por qué tengo que vivir esto nuevamente?
Muchos son los casos que atiendo en mi consultorio y tienen que ver con relaciones. Principalmente, después de pasar por alguna situación difícil, la persona busca la ayuda de la radiestesia para volver a vivir, para desprenderse de la energía que ha vivido. Yo, por otra parte, siempre evalúo qué es lo que hay por detrás de esta situación, y a través de la mesa radiónica verifico qué bloqueos energéticos son los que han conducido a tal vivencia.
Las vivencias afectivas mal resueltas llevan al sufrimiento real, nos deprimen, afectan a nuestra autoestima e incluso – por qué no decirlo – a nuestros deseos de vivir.
En muchos casos la persona se siente como si fuese la única en el mundo en pasar por todo aquello. El propósito y objetivo de la radiestesia en este momento, entonces, es auxiliarla a deshacerse de estas energías y armonizar todas las frecuencias vibratorias.
Aparte de trabajar profundamente los bloqueos energéticos al objeto de que esas situaciones no se repitan, hacemos también un estudio completo de compatibilidad energética entre las personas.
Hace algunos meses acudió a mí un muchacho que ya iba por su cuarto matrimonio y se le presentaba una nueva relación, pero recelaba mucho que la situación fuese repetitiva:
Se sentía atraído por una compañera de trabajo, él era abogado y ella trabajaba en el despacho de un amigo de él; eventualmente, encontraba a la chica en el juzgado y la atracción aumentaba a cada día. Según me relató, le parecía que la joven también se interesaba por él. No obstante, su miedo a una nueva relación, que no llegase a concretizarse y solo trajese sufrimiento, era mayor.
Un amigo le había indicado la radiestesia para cura energética y desbloqueo de situaciones repetitivas y había venido, entonces, a verme.
Según dijo al principio de su relato, su mayor temor era el de ser rechazado y, cuanto más se entregaba a una relación más deseaba huir de ella para que sus recelos no se viesen confirmados.
Empecé, así, todo el atendimiento en la mesa radiónica a fin de verificar qué era lo que estaba sucediendo energéticamente; fueron unas 5 sesiones hasta que consiguiésemos desbloquear todo.
La primera identificación de bloqueo se remontaba a cuando él tenía 5 años. Le dije que en la medición aparecía algún problema en esa fecha, relacionado con su madre y el sentimiento identificado era el de rechazo.
Inició entonces el relato, diciendo que un día su madre estaba bañándolo y cuando salieron del cuarto de baño les alcanzó una fuerte corriente de aire, y su madre sufrió una parálisis facial. Ella se sometió a diversos tratamientos, pero nunca volvió a su apariencia normal. Cuando le preguntaban qué había ocurrido, que saltaba a la vista en su apariencia, ella decía: fue por culpa de mi hijo, él acabó con mi vida. Yo siempre he sido una mujer bonita y, después de esto, ya no consigo mirarme al espejo.
El proceso de rechazo de la madre por él era enorme, y él pasó toda su vida intentando agradarla para tener su amor.
Hice todas las mediciones energéticas e identifiqué que este primer bloqueo de rechazo hacía que él nunca se entregase de veras al amor de nadie.
Cuando la relación se hacía más intensa, él buscaba a otra persona y, con eso, nunca se envolvía, simplemente por temor a ser rechazado.
Dando continuidad al tratamiento, identifiqué otro bloqueo energético, en torno a los 17 años de su edad. Él entonces me relató que había pillado a su padre con una amante dentro de su propia casa y después de esto empezó a tener ataques epilépticos.
Lo que ocurría era lo siguiente: él se envolvía con una persona y cuando tenía un primer ataque, a veces al cabo de años, por vergüenza desaparecía de la vida de esa persona sin ninguna explicación.
El bloqueo energético, en ese caso, estaba asociado al trauma generado cuando encontró a su padre en casa con otra persona, ese era el punto susceptible de tratamiento.
A partir de ahí, llevamos a cabo todos los desbloqueos de pasado y empezamos el procedimiento radiónico, utilizando el gráfico desenredador de relaciones. Fueron dos meses consecutivos de altibajos, pues ese tratamiento intensifica y hace presentes diversos recuerdos de relaciones mal resueltas y nudos energéticos formados. Al cabo de ese período, él me relató con mucha franqueza que se sentía curado:
Me encuentro tranquilo y abierto a una nueva relación saludable…
Le propuse, así, que llevásemos a cabo el test de compatibilidad de relaciones antes de un compromiso mayor; esto también le daría mayor seguridad, pues, al fin y al cabo, sería la primera relación después de hecha la cura.
Le expliqué, entonces, que necesitaba el nombre completo de las dos personas y la fecha de nacimiento, a fin de crear un testigo energético; haría entonces las siguientes verificaciones:
- compatibilidad espiritual
- compatibilidad emocional
- compatibilidad física
- compatibilidad mental
- compatibilidad energética
Él me solicitó hacer el test con aquella abogada que eventualmente veía en el juzgado. Me quedé quieta, pero pensé: él la conoció cuando aún no estaba curado, por tanto, la posibilidad de que no fuese una relación compatible era grande, pero nada mencioné y proseguí con la medición:
En ésta, identifiqué un grado de compatibilidad de más del 70% en el aspecto físico y energético, en los demás aspectos casi no había compatibilidad, o sea, sería otra relación destinada al fracaso, simplemente porque la vibración de él en el momento de conocer a la chica era una vibración de envolvimiento intenso y rechazo a continuación, y era exactamente lo que aquella sintonía indicaba.
Por esos y otros motivos, la cura de nuestra energía es fundamental para establecer relaciones sólidas y de crecimiento mutuo en todos los sentidos. Por eso digo: ya bastan las piedras que son puestas en nuestro camino para que podamos aprender lecciones y crecer; no tenemos necesidad de añadir más piedras a nuestro camino.
La falta de equilibrio y estructura energética hace que tropecemos en las piedras que nosotros mismos colocamos en nuestro camino, o sea, la presencia de situaciones repetitivas se intensifica.
