¿Pones en duda tu mediumnidad?
por Wagner Borges em STUM WORLDAtualizado em 18/10/2011 13:36:58
Traducción de Teresa - [email protected]
¿Por qué estoy siempre enfermo? En todos los lugares que frecuento me dicen que necesito desarrollar mi mediumnidad;
¿Por qué me encuentro mal en ambientes de mucha aglomeración, como los centros comerciales, los cines, los espectáculos?
¿Por qué desde pequeño siento mucha tristeza y lloro por nada, sin motivo que lo justifique?
¿Por qué mi humor es inestable, cambia súbitamente, como el tiempo de São Paulo?
¿Por qué mis manos y pies están siempre helados, y siempre tengo sueño y debilidad?
¿Por qué mi vida está bloqueada, nada fluye?
La mayoría de mis pacientes que tienen esas y otras quejas, verdaderamente, son médiums ostensivos (los que sirven de intermediarios entre los espíritus desencarnados y los encarnados).
No obstante, debido al desconocimiento, a la falta de preparación, los prejuicios y la ignorancia respecto de la naturaleza espiritual del ser humano, nuestra sociedad occidental materialista y tecnicista aún ignora o descalifica la mediumnidad, no contemplándola como fenómeno natural, inherente al ser humano. Si por una parte la ciencia médica y psicológica, por basarse en un modelo solo físico y orgánico, cerebrocéntrico, busca tratar al paciente médium únicamente con medicamentos, lo entiende como un fenómeno físico-químico y pasa por alto su mediumnidad, por otra parte, muchas religiones la mistifican, atribuyéndola al diablo o a Satanás.
También están los charlatanes, los oportunistas, los inescrupulosos, que se aprovechan de la debilidad y vulnerabilidad en que se encuentran los médiums desajustados o en desequilibrio, para explotarlos financieramente. Según mi entender, la salud es fruto de un organismo en equilibrio energético, mientras que la enfermedad sería consecuencia de la ruptura de ese equilibrio.
Por eso estoy plenamente de acuerdo con lo que sabiamente dijo el Dr. Pierre Weil – gran exponente y divulgador de la Psicología Transpersonal en el Brasil (la psicología transpersonal está considerada como la cuarta fuerza dentro de la psicología, después del psicoanálisis, el behaviorismo y la psicología existencial) – sobre los médiums: Tengo la impresión de que los sensitivos y los médiums son personas que tienen verdadera aptitud y vocación para curar a los demás, y que el hecho de captar enfermedades de otros reequilibra su propio sistema energético. Si dejasen de hacerlo, se desajustarían, al igual que un gran pianista o pintor se desajustaría si dejase de practicar su arte.
No en vano muchos pacientes médiums que acuden a mi consultorio, erróneamente rotulados por la psiquiatría como enfermos mentales, esquizofrénicos, borderline, psicóticos, bipolares, con trastorno de pánico, depresivos, etc., tras pasar por la TRE (Terapia Regresiva Evolutiva) – La Terapia del Mentor Espiritual – Abordaje psicológico y espiritual breve, creado por mí, se convierten en médiums equilibrados, rescatando su equilibrio biológico, psicológico, social y espiritual.
Véase a continuación el caso de una paciente que ponía en duda su mediumnidad, padecía depresión desde pequeña, y vino a descubrir en esta terapia, la TRE, que la causa de su depresión advenía del hecho de no estar donando energía como médium de incorporación.
Caso Clínico: Depresión
Mujer de 45 años, viuda, dos hijos.
La paciente acudió a mi consultorio diciendo que desde pequeña sentía una tristeza profunda, dolorida, lloraba mucho, pero sin un motivo que lo justificase.
Los psiquiatras la diagnosticaron como paciente depresiva. Tomaba antidepresivos, pero, según la paciente, en vez de mejorar, su tristeza se había agravado con el paso de los años. Me contó que tenía una hermana gemela, que había fallecido a la edad de dos años.
También deseaba conocer su verdadero propósito de vida, así como su camino espiritual, pues cuando frecuentaba un centro espírita se encontraba mal. En todas las casas espíritas por las que había pasado, le decían que necesitaba trabajar como médium de incorporación, y que su depresión se debía a que no estaba desarrollando su mediumnidad.
No obstante, ponía en duda su mediumnidad, no quería ejercerla, pues temía equivocarse como médium y causar perjuicio a alguien. Asimismo, deseaba comprender por qué sus manos siempre estaban heladas, la mano derecha temblaba constantemente, y sentía mucho sueño y debilidad.
Por fin, estaba indignada por no haber tenido oportunidad de estudiar, no prosperaba, solo tenía pérdidas (había llegado a perder un apartamento y un coche), y vivía de la pensión del marido fallecido.
Después de la 1ª sesión de regresión, al pasar por la 2ª, relató: Hay un ser espiritual… Lo siento muy cerca de mí (la paciente gime y tiene contorsiones – estaba incorporando a ese ser espiritual).
- ¿Puedes identificarte? – Pregunto al ser espiritual.
Yo necesito trabajar, pero ella (la paciente) no me deja (habla airadamente y en voz muy alta). Por eso la atormento… Necesito ayudar a las personas, pero ella no me permite la incorporación. Ella tiene que darme paso (incorporar), y no solo a mí, sino a otros seres. Hablaron de una casa espírita para que ella trabajase solamente con los seres iluminados, pero esto no lo aceptaré (habla muy enojado). Ella sabe que yo tengo que trabajar, lo presiente, pero no acepta trabajar con gente de las tinieblas. Entonces andamos cerca de ella, sorbemos su energía. Teníamos un acuerdo hecho estando ella aquí con nosotros en las tinieblas, de que cuando se reencarnase nos ayudaría, trabajando con nosotros… Ella era uno de los nuestros, se reencarnó para ayudarnos. El acuerdo era para que ella trabajase primeramente con los seres de las tinieblas, después con los seres de luz. (Pausa).
El temblor que ella siente en la mano derecha viene de la negra vieja, su guía espiritual. Yo ya tuve una encarnación en la que vine contrahecho, lisiado (el cuerpo de la paciente se contrae en contorsiones).
Aquí está muy oscuro, aún estoy allá en el fondo, en las tinieblas… La tristeza que ella siente desde niña es mía, pero ella no lo cree. Su llanto también es mío, pues me arrimo a ella (el ser de las tinieblas habla con ira, llorando mucho). Si ella nos ayuda, nosotros también la ayudaremos a ella.”
En la 3ª y última sesión, la paciente me dijo: “Veo a una mujer rubia, de blanco. Es alta esbelta, lleva una bata hasta los tobillos (es la vestimenta corriente de los seres de luz).
Ella es alegre, sonriente, transmite mucha paz y serenidad… Siento un estremecimiento de pies a cabeza. Esa joven está bailando, rueda alegremente, como jugando.”- Pregúntale en pensamiento quién es (la comunicación con los seres espirituales, ya sean de la luz o de las tinieblas, se verifica en pensamiento, telepáticamente, de forma intuitiva).
“Dice que es mi hermana gemela, que desencarnó cuando tenía dos años… Me pide que lleve un recado a mi madre, que ella la ama mucho, que está siempre ayudándome, ya que es mi orientadora, mi mentora espiritual. También me pide que no ponga en duda mi misión”. (Pausa).
- ¿Cuál es tu misión?
“Es trabajar ayudando a mi prójimo, sirviendo de instrumento a los seres espirituales como médium de incorporación. Dice también que como médium, la negra vieja es mi principal guía. Dice que necesito ayudar a aquellos seres de las tinieblas, mediante la incorporación. Revela que como voy con retraso en mis trabajos mediúmnicos, tendré que trabajar con ambos lados (seres de las tinieblas y de la luz).
Además, revela que debo trabajar en un centro de candomblé, y que los seres de luz me ayudarán a elegir el lugar adecuado. (Pausa).
Le pregunto por qué ella me dejó.
Dice que era su momento, que habíamos asumido un compromiso en el astral de permanecer juntas hasta los dos años en la vida actual, y pasado ese tiempo, ella se desencarnaría a fin de ser más tarde mi mentora espiritual. Afirma que nunca me ha dejado, que siempre está amparándome… Siento un estremecimiento por todo el cuerpo, una corriente de energía.
- Pregúntale que puede ser esa corriente de energía.
“Dice que tengo mucha energía, y que por eso necesito donarla, ayudando a otras personas con mi mediumnidad de incorporación”.
- Pregúntale por qué pones en duda tu mediumnidad.
“Dice que me da miedo equivocarme y volver a las tinieblas”.
- ¿Qué puede ocurrir en caso de que no trabajes como médium?
“Dice que voy a desencarnar y volver a las tinieblas”.
- Pregunta a tu mentora espiritual por qué no prosperas y no puedes concluir tus estudios.
“Dice que no me aflija por ello, ya que si estudiase no podría cumplir mi misión como médium, puesto que solo me preocuparía de ganar dinero. Ella me recuerda que nada ocurre por casualidad. (Pausa).
Le pregunto por qué mi resistencia en orar.
Dice que son los seres de las tinieblas, que me lo estorban. Les da rabia porque quiero rezar y ellos no quieren. (Pausa). Confirma que esa tristeza profunda y el llanto por nada – desde pequeña – viene de aquel ser de las tinieblas, pero afirma que todo eso se acabará cuando empiece a trabajar como médium de incorporación. Mi mentora espiritual dice: - ¡Hermana, has sido muy avisada para trabajar como médium de incorporación!”
- Pregúntale de dónde viene tu resistencia a asumir tu mediumnidad.
“Dice que viene del temor a equivocarme, a asumir responsabilidades como médium. Pero ella me ruega que no tenga miedo, porque los mentores de luz están siempre ayudándome.
Afirma que los seres de las tinieblas que voy a incorporar en el centro de candomblé son hombres y mujeres, pero allí estarán los mentores de luz, acompañando y observando todo. Dice que mi negra vieja también me ayudará en ese trabajo”.
- Para finalizar el tratamiento, pregunta a tu mentora espiritual si tendrás que volver más adelante a esta terapia.
“Dice que no tendré tiempo para volver a esta terapia, ya que voy a trabajar mucho como médium. Dice que ya he descansado mucho.
Me pide que no tenga dudas, pues habrá todavía muchas lágrimas de felicidad para mí. Esa duda viene también por influencia de mis enemigos de las sombras que no quieren que yo ayude a aquellos seres de las tinieblas, como a los encarnados. Hay una guerra entre ellos para no perder a sus soldados. Ella me ruega también que sea fuerte, ya que aún habré de hacer un trabajo muy bonito. Me abraza, me pide que me quede en paz, da las gracias a usted, dice que es muy iluminado… Se despide y se va.”