Por detrás de la cortina
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 21/09/2016 09:14:30
Autor Xavier Andre - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Por detrás de la cortina de vuestro intelecto y de vuestras emociones está vuestra autoimagen o ego. El ego no es vuestro verdadero yo, es la imagen de vosotros mismos que habéis construido a lo largo del tiempo. Es la careta por detrás de la cual os escondéis, pero no es vuestro verdadero yo. Y porque no es vuestro verdadero yo, sino tan sólo un fraude, vivís en el miedo. Deseáis aprobación. Tenéis necesidad de controlar. Y el ego os sigue dondequiera que vayáis.
Deepak Chopra
Prácticamente todas las personas en este mundo tenemos problemas en nuestras relaciones personales, y también la mayoría de nosotros sufrimos a nivel psíquico a causa de ellas. Muchos de nosotros cavilamos y debatimos sobre ellas, otros van al psicólogo, otros toman medicamentos, otros asimismo pasan por alto sus problemas hasta el punto de somatizarlos y llegar a sufrir una dolencia física.
Por ello, a menudo nada de lo que hagamos viene a ayudar y a cambiar nuestra situación de discordia psíquica. Y es que todos esos problemas surgen en la dimensión superficial de nuestro ego, no en una dimensión más profunda, la del espíritu. Cuando nos identificamos intensamente con nuestro ego, los problemas pronto aparecerán juntamente con él. Si no tuviésemos ese ego tan fuerte, tan delimitado, ninguno de esos problemas personales y psíquicos aparecería.
Es bueno, por lo tanto, ignorarlo, e intentar acercarnos a nuestro espíritu verdadero. En esa dimensión no existe el juzgar constante, no existe el bien y el mal, sino únicamente la pura existencia, y además una especie de alegría cuyo origen no somos capaces de explicar. En esa dimensión sólo existe el momento presente; y el pasado, con todos los problemas y abusos que sufrimos en él, no existe, de modo que muchos de los problemas que allí surgieron desaparecen por completo. Éstos son únicamente una creación de nuestro ego, que lucha por sobrevivir y pegarse a nosotros por medio del parloteo del pensamiento.
Alcanzar esa dimensión espiritual y permanecer en ella no siempre es fácil de hacer. A veces lo conseguimos con la meditación o con actividades en la naturaleza, como el alpinismo. Pero es ahí cuando nos damos cuenta de que tantos de nuestros problemas son en realidad una creación solamente mental. Los abusos y relaciones conflictivas que sufrimos en el pasado (¡y el pasado es ayer mismo!) no tienen tanta importancia en nuestra vida (excepto aquellos que hayan dejado marcas profundas en nuestra psique, tales como los malos tratos y las torturas) y la vida adquiere otro significado, más pleno, en el vivir el momento presente (siempre que éste no sea dificultado por enfermedades o avasallamientos personales, claro), en su sencillez: en el pasear, en el tomar un café sentado, en el contemplar el mar…
En esta dimensión espiritual ni siquiera existe el bien, porque el mal tampoco existe. No existe siquiera el perdón, porque cualquier mal que alguien nos hizo, o cualquier mal que hicimos a otra persona, se hizo por estar la persona dominada por el ego y no ser ella misma, el espíritu que cada cual realmente es. Y donde hay ego hay conflicto, hay lucha por el poder (que en realidad es miedo), aislamiento que produce sufrimiento y necesita expresarse a través de causar sufrimiento ajeno, como en la esperanza de algún alivio. Es como un fuego que cuanto más combustible se le eche, más intensamente arde.
Es conveniente, pues, abrir esa cortina, y alcanzar nuestro verdadero ser...
